Menos pobres pero más necesitados en Valencia
Los atendidos por Cáritas pasan de 106.000 a 71.000 en tres años. 22.000 son niños y menores
El número de personas que se benefician de las ayudas de Cáritas Diocesana de Valencia ha bajado de forma significativa en los últimos tres años: de 106.681 ha caído a 71.869. Pero la situación de quienes reciben ayuda de la organización humanitaria vinculada a lglesia ha empeorado debido al paro prolongado y a la pérdida de ayudas sociales públicas. Se trata de las dos principales conclusiones del último año elaboradas por la entidad, que las ha presentado este miércoles.
Los responsables de Cáritas han vinculado el descenso en el número de beneficiarios a "la marcha de personas", especialmente inmigrantes. Y han recordado que el Instituto Nacional de Estadística (INE) coloca a la Comunidad Valenciana a la cabeza de la pérdida de población.
En paralelo al descenso de personas usuarias, Cáritas ha detectado otra vuelta de tuerca en la "cronificación" de la pobreza en la Comunidad Valenciana: un 74% de los atendidos ya lo habían sido con anterioridad, y un 37% lleva dos años o más recibiendo alimentos.
Del total de personas que utilizan los recursos de la organización, 22.400 son niños y menores de edad. Los datos reflejan, destaca la entidad, que la pobreza tiende a ser hereditaria y que los hijos de personas en situación de exclusión social tienen muchas más posibilidades de serlo. La alimentación concentra más de la mitad del dinero destinado a paliar los efectos de la pobreza por Cáritas, que el año pasado manejó 4,3 millones de euros, la mayoría procedente de donaciones y cuotas de sus afiliados.
Como publicó este martes el INE, la tasa de riesgo de pobreza valenciana —del 25%— se sitúa tres puntos por encima de la española. Otras dos formas de medición de la pobreza utilizadas por Cáritas confirman que el problema es mayor en la Comunidad Valenciana y dan niveles de riesgo de exclusión aún más elevados. Las escalas Arope —que combina los datos del INE con estimaciones de carencia material y actividad laboral— y Foessa —basada en 25 indicadores— elevan al 32% la tasa de exclusión en la comunidad autónoma.
Cáritas distingue en su análisis, basado en la actividad de sus parroquias, más de 400, entre "participantes", que son quienes "llaman a la puerta" de la organización para solicitar ayudas y que en su gran mayoría son mujeres (73%). Y los "beneficiarios", que son quienes globalmente reciben recursos de la entidad, en estos normalmente se incluye a las mujeres solicitantes y a los miembros de sus familias.
En 2015 el número de beneficiarios descendió hasta 71.869 manteniendo de ese modo el descenso iniciado en 2014, cuando fueron 86.649. Un año antes, en el pico de la atención de la organización en Valencia, el número se disparó a 106.681 personas.
En el caso de quienes solicitan personalmente ayuda la diferencia ha sido menos acusada en los últimos años. En 2012 fueron 35.184 y, tras un moderado ascenso el año siguiente, bajó a 31.729 en 2014 y a 30.106 el ejercicio pasado.
Los responsables de Cáritas Valencia Ignacio Grande (director), Fani Raga (secretaria) y José María Taberner (vicario de acción caritativa y social) han afirmado que los datos no pueden interpretarse "en ningún caso como una mejoría". Sobre todo por la persistencia de quienes requieren ayuda de la entidad. La aspiración de la organización ha dicho Grande, es dar solo "un empujón" que ayudase a la situación de necesidad a los usuarios.
A pesar de la salida de la Comunidad Valenciana de inmigrantes, el 47% de los atendidos en 2015 fueron extranjeros. Los perfiles más comunes entre quienes reciben recursos de la organización son parejas jóvenes y mujeres con hijos a su cargo. También ha crecido el número de beneficiarios que tienen empleo, pero que dada la condición "precaria" de su puesto de trabajo necesitan ayuda de "forma intermitente".
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