El 112 resuelve el misterio del episodio de peste en Barcelona
La limpieza de unos colectores de la depuradora de El Prat causó los malos olores del pasado 18 de noviembre
El episodio de malos olores que sorprendió a Barcelona la tarde del 18 de noviembre de 2015ya tiene explicación científica. El origen de aquella peste como de estiércol se antojaba un misterio irresoluble: primero se le echaron las culpas a un payés del delta del Llobregat que había abonado sus campos; más tarde, luego de varias hipótesis sin contrastar, la Generalitat se dio por vencida. No había respuestas para el enigmático hedor. Ahora, la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), en una investigación de la Fiscalía, ha hallado el foco original, según ha podido saber EL PAÍS: la limpieza de colectores y tuberías en la depuradora de aguas de El Prat. Lo ha hecho, en parte, gracias al rastreo de las llamadas que los ciudadanos hicieron ese día al teléfono de emergencias 112.
La UPC ha conocido el origen de los malos olores con una especie de viaje atrás en el tiempo. Los investigadores han calculado la “retrotrayectoria” de la masa de aire, es decir, el recorrido que hizo desde las poblaciones en las que fue detectado el olor hasta su lugar de origen. Ese cálculo han podido hacerlo gracias a las llamadas que aquella tarde hicieron los ciudadanos, preocupados por el mal olor, al teléfono 112. La hora y el lugar desde el que se efectuaron las casi 200 llamadas recibidas han servido como puntos de “registro”. “Si dispones de más de un punto, esas retrotrayectorias coinciden con el punto de emisión”, explica el profesor que ha destapado el misterio, Xavier Roca, que dirige el laboratorio del aire y medio ambiente de la UPC y lleva más de tres décadas estudiando la contaminación atmosférica.
Las llamadas a Emergencias se concentraron entre las 14 y las 17 horas. Son un testimonio fiel de la trayectoria (de sur a norte) que siguió el olor: El Prat, L’Hospitalet de Llobregat, Sants, Eixample, Guinardó y Nou Barris y Badalona. En un momento dado, no hubo más comunicaciones: la masa de aire pestilente se dirigió hacia el mar y allí parece ser que no perturbó a nadie. Esos distintos puntos, en cualquier caso, se trazaron. Y todos ellos coincidieron con la misma fuente emisora: la depuradora de El Prat.
Ese día, 18 de noviembre, se habían llevado a cabo unas tareas de mantenimiento en la depuradora, que gestiona el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y explota la empresa Emssa. Así consta en un informe del Departamento de Territorio. Los técnicos limpiaron los colectores y las tuberías de la instalación, situada en el margen izquierdo del Llobregat, justo en la desembocadura. La hipótesis de que la depuradora causó el episodio ya se tuvo en cuenta en un primer momento, pero fue descartada cuando el AMB comprobó que no se había producido “ninguna anomalía” en el funcionamiento de las instalaciones de tratamiento de residuos. La depuradora da servicio a casi dos millones de personas, cubre el 35% de la ciudad de Barcelona y ocho municipios del Baix Llobregat como L’Hospitalet, Cornellà o Sant Boi.
Investigación del fiscal
Los investigadores realizaron una comprobación adicional para corroborar su hipótesis: con las mismas condiciones atmosféricas de aquel día (anticiclón), simularon la emisión desde el mismo punto de origen. Y observaron que el recorrido coincidía perfectamente con los registros de llamadas de los vecinos del área metropolitana.
La Generalitat consideró que el episodio se produjo porque ese día se dieron unas condiciones atmosféricas muy determinadas. Los investigadores, sin embargo, han analizado la meteorología de diez días antes y diez después del 18-N y han constatado que eran muy similares, por lo que llegaron a la conclusión de que tenía que tratarse de una emisión puntual. Tras revisar unas 200 instalaciones, el Gobierno catalán fue incapaz de resolver el enigma.
Ante la falta de una respuesta clara por parte de las autoridades, la Fiscalía abrió una investigación para aclarar el origen del hedor y si pudo afectar a la salud de los ciudadanos. Fuentes de la investigación descartan este último extremo. Pero advierten al mismo tiempo de que, sin los instrumentos necesarios para analizar al detalle todos los componentes del aire, no puede afirmarse con absoluta rotundidad. Se podría comprobar, por ejemplo, si a partir del 18 de noviembre hubo “un repunte de gripes estomacales” en el área de Barcelona, afirma Roca, ya que a través del aire pueden emitirse virus.
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