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Los médicos piden la gestión pública de la atención domiciliaria urgente

Metges de Catalunya considera que la privatización, en 1994, pone en riesgo el "continuum" asistencial

Jessica Mouzo

El servicio público de atención domiciliaria urgente de toda el área de Barcelona está en manos privadas desde 1994. Desde entonces ha pasado por diversos gestores, el último la empresa SAR Domus, que se quedó con el servicio de toda la ciudad en 2010 tras adjudicarse un contrato de 10,8 millones de euros por seis años. Los médicos prefirirían que el servicio volviera a ser gestionado por la Administración, al ver en peligro “el continuum asistencial” de los pacientes, según aseguran desde Metges de Catalunya. Desde el Sistema de Emergencias Médicas (SEM), encargado del control público del servicio, consideran que lo único que cambia es quién recibe la llamada una vez cierran los ambulatorios y defienden sus “niveles de calidad”.

“Yo debo intentar seguir a mis pacientes en todo momento. Para mí sería un privilegio poder hacer también la asistencia domiciliaria. Es más fácil dar una buena atención siempre desde el mismo proveedor”, apunta David Arribas, delegado del sindicato Metges de Catalunya (MC) en atención primaria del Instituto Catalán de la Salud (ICS). SAR Domus gestiona ahora toda la atención domiciliaria urgente de Barcelona después de que en 2014, el CatSalut también le adjudicase el servicio del área de Litoral Mar de Barcelona por 831.500 euros durante dos años. En 2015, SAR Domus completó su control sobre el área de salud de Barcelona al asumir también la gestión del servicio en Montcada i Reixac. Este año, según el SEM, se iniciará una nueva licitación.

“Como empresa, tenemos que reivindicar ese servicio para mantener el continuum asistencial, pero lo que está claro es que necesitamos más recursos. No podemos hacer más por lo mismo”, advierte el delegado de MC. El sindicato sostiene que la atención domiciliaria urgente es un servicio que debe formar parte de la actividad del ICS, la empresa pública que gestiona ocho grandes hospitales y el 80% de los ambulatorios.

Sin embargo, el servicio en Cataluña tiene unos sistemas de gestión muy dispares. En el 87% del territorio, el SEM es el encargado de coordinarlo. En el otro 13%, simplemente se encarga de redirigir al paciente al punto de atención continua más próximo que tenga. “El servicio se activa cuando cierran los centros de atención primaria (CAP). La diferencia radica en quién recibe la llamada y activa al médico, sea del CAP o uno subcontratado. Durante el día, la llamada la recibe el CAP y éste envía a su médico al domicilio. Cuando el ambulatorio cierra, el 061 CatSalut Respon (un servicio del SEM) recibe la llamada y activa al médico subcontratado, que acude al domicilio”, explica un portavoz del Departamento de Salud.

En Barcelona, el SEM capitanea el servicio. En 1994, cuando Salud le cedió la gestión, la atención domiciliaria urgente consistía “en reforzar a los profesionales en épocas de picos de demanda, como en invierno con la gripe”, apunta el director de operaciones del SEM, Fernando García. Y lo hacían a través de Scubsa, la empresa pública que subcontrató el servicio por primera vez. Lo adjudicó a la empresa MH Servicios Sanitarios hasta que Salud la cerró cautelarmente a principios de 2008 por irregularidades en una inspección.

Paralelamente, en 2007, siendo consejera la socialista Marina Geli, el CatSalut decidió sacar a concurso público la prestación del servicio: la gestión y la coordinación del mismo seguía en manos del SEM, pero la ejecución de la asistencia quedaba en manos de una empresa externa. “En ese momento se vio la necesidad de soporte externo. Se vio como una buena solución. Fue una apuesta que se hizo en ese momento”, justifica García.

Defensa de la gestión

Ganó esa licitación la asociación de interés económico (AIE) Emergencies Plus. Salud le adjudicó el servicio, dividido en cuatro lotes, de toda Barcelona y del barrio de la Mina de Sant Adrià del Besòs por ocho millones de euros. Pero poco duró el grueso del contrato. El CatSalut rescindió el acuerdo tal y como se licitó después de que la adjudicataria se retrasase dos veces en poner en marcha el servicio. Emergencies Plus llegó a un arreglo con la Administración y redujo el contrato a 1,6 millones a cambio de renunciar a tres lotes. La consejería entregó entonces el servicio en las tres zonas que quedaron desiertas a Grup Mutuam a través de una adjudicación directa.

El statu quo se mantuvo hasta que en 2010 se licitó de nuevo todo el servicio y SAR Domus entró en juego. “Los niveles de calidad son muy buenos y el SEM controla siempre la calidad del servicio y todo el proceso”, explica García. Los médicos subcontratados pueden hacer lo mismo que un facultativo del ambulatorio, desde recetas públicas a una baja laboral. “Sigue siendo un servicio público que gestiona el SEM. El médico y el vehículo lo pone la empresa, pero nosotros hacemos la supervisión”, recuerda el director de operaciones.

Sin embargo, los facultativos no comparten esta opinión. A falta de datos oficiales, el sindicato médico sospecha que SAR Domus “algunas veces actúa más como coordinador que como ejecutor” y liquida algunas asistencias con una llamada telefónica emplazando a los pacientes a acudir a su ambulatorio durante el horario de visitas.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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