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Oriol Pujol niega tener dinero en el extranjero y el cobro de comisiones

El exdirigente de CDC dice que dimitió porque la instrucción del ‘caso ITV’ iba a ser larga

Oriol Pujol, durante su comparecencia en el Parlament.Foto: atlas | Vídeo: Atlas / Consuelo Bautista

Oriol Pujol Ferrusola negó este lunes en el Parlament el cobro de comisiones a su nombre o al de su esposa, Anna Vidal, así como la existencia de cuentas en el extranjero. Durante las casi tres horas y media que duró su comparecencia en la comisión de investigación, el hijo del expresidente de la Generalitat también negó haber regularizado nunca dinero con Hacienda.

El único de los siete hijos de Jordi Pujol que se dedicó a la política se negó en redondo a referirse al supuesto legado familiar de su abuelo Florenci y que el expresidente identificó como el origen de la fortuna oculta durante 34 años en el extranjero y confesada el 25 de julio de 2014. Oriol Pujol argumentó que no hablaría del tema porque ha provocado la imputación de sus padres y de sus hermanos Jordi, Marta, Mireia y Pere.

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El que fuera secretario general de Convergència Democràtica (CDC) estaba llamado a ser el sucesor de Artur Mas, pero abandonó la política hace ahora ocho meses, cuando dimitió de diputado y de todos los cargos en el partido. Lo hizo 11 días antes de la confesión de su padre al intuir que la instrucción iba a ser larga, según explicó ayer.

Oriol Pujol aprovechó su comparecencia para realizar una cerrada defensa del proyecto nacionalista y de la estrategia política de su partido. Arropado por toda la dirección de Convergència en la sala, no dudó en arremeter de manera comedida contra el diputado de Ciutadans, Carlos Carrizosa, y duramente contra Sergio Santamaría (PP), cuando este le acusó de actuar con nepotismo.

En otro momento, Oriol Pujol se refirió también a Mas diciendo que “es más sólido de lo que en ocasiones se ve en las sesiones de control”. Sonó a desquite porque en 2011, cuando aquel era presidente del grupo parlamentario, Mas inició su respuesta a una pregunta que le hizo con esta frase: “De vez en cuando también la acierta”.

Oriol Pujol está imputado en dos procesos por tráfico de influencias, acusado de mediar para beneficiar a un amigo empresario en el caso de las ITV y por intermediar en deslocalizaciones de empresas.

Pese a los informes policiales que le sitúan como el responsable de la trama de las ITV, ayer proclamó con altivez que “en ningún momento encontrarán en el sumario frases pronunciadas por mí” de las que se deduzca esa responsabilidad ni dando órdenes a nadie”. Es cierto, pero en las 38 escuchas telefónicas y el centenar de mensajes del sumario, al exdirigente de CDC se le describe como el intermediario para consumar los intereses empresariales de su amigo, el empresario Sergi Alsina.

El fiscal sostiene que, a cambio de ello, Oriol Pujol recibió una comisión de 46.400 euros a través de servicios profesionales realizados por su esposa, para la empresa Alta Partners, propiedad de Alsina. Como ya hizo en abril de 2013 ante la justicia, Pujol negó ayer las comisiones y defendió la actividad profesional de su mujer, abogada y economista, y que ejerce desde el año 2000.

“No ha habido nunca intención de hacerme partícipe de los beneficios de una empresa”, insistió, al tiempo que justificó su intermediación con diversas multinacionales. En la misma línea de la dibujada en la comparecencia de Mas del 7 de febrero, Oriol Pujol insistió en que su función de dirigente político implica atender intereses de diveros colectivos y que el intento de salvar puestos de trabajo era prioritario. De ahí su intermediación, explicó.

El diputado de ICV Marc Vidal le espetó que era la persona que “abría y cerraba puertas” en la Generalitat y Oriol Pujol se revolvió y le recriminó que hace una semana le preguntara a su madre, Marta Ferrusola, si era “una buena madre cristiana”. Vidal admitió que fue una pregunta “impertinente”.

Las casi tres horas y media de comparecencia acabaron con un alegato de Oriol Pujol sobre los artes de la política en el que citó a Juan Carlos Mondedero y Francisco Nicolás Gómez Iglesias, El Pequeño Nicolás, del que dijo que le fue a ver con “una carta de presentación” informal en nombre del Gobierno.

 Pujol se tomó poco en serio a su interlocutor, hasta que le confesó información muy privada que solo conocía el exdirigente de Convergència. Entre otros datos, “cosas del sumario” de las ITV, conversaciones privadas y sobre la situación política de Cataluña. En cuanto al dirigente de Podemos, Oriol Pujol dijo que “no es casual lo que le pasa”, en lo que sonó a una crítica a los servicios de espionaje y policiales del Estado y la supuesta “guerra sucia”.

En esa estrategia de encender el ventilador, Oriol Pujol también reveló que en mayo de 2011 se reunió en un hotel de Barcelona con la presidenta del PP en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, y que esta le preguntó por los trabajos que realizaba su esposa y por unas facturas. La causa judicial contra él estaba en aquella época bajo secreto de sumario y el entonces diputado no tenía conocimiento que estaba en el punto de mira de la justicia ni sabía de qué le hablaban. “No sé si a la señora Camacho se lo dijo su fiscal amigo”, dejó caer Pujol en alusión a la conversación del almuerzo en el restaurante de La Camarga, en la que la dirigente del PP se alude al caso Palau y a un “fiscal amigo”

Una hora antes, Oriol Pujol y el diputado del PP Sergio Santamaría protagonizaron un rifirrafe dialéctico después de que este le tratara de actuar con nepotismo y aquel le recriminara que “no se le cayera la cara de vergüenza” por realizar esas acusaciones. Oriol Pujol le afeó que hiciera esas críticas mientras Sánchez-Camacho “se pasa el Parlament por el cogote” y ha rechazado la convocatoria para acudir en varias ocasiones para explicar el almuerzo de La Carmarga.

Santamaría fue interrumpido por el presidente de la comisión, el diputado de la CUP David Fernández, que le recordó que se había excedido con creces del tiempo permitido y aquel le acusó de discriminarle. Fernández le instó a zanjar el debate, pero Santamaría insistió y fue entonces cuando el presidente de la comisión le sugirió paralizar la reunión y “tener una conversación privada”. El diputado independentista recordó que ha tolerado durante varios días los excesos de Santamaría en el uso de la palabra, pero que también podía ser autoritario y le requirió a no tener que mostarse así. La tensión se recondujo.

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