La confesión de un empresario sacude la instrucción de un gran fraude fiscal
El socio del Grupo Estación que denuncia una caja b engordada durante años acusa al perito de Hacienda de “ocultar” facturas falsas y pide que sea apartado
Los 11 años de instrucción judicial de uno de los mayores fraudes a Hacienda detectados en Galicia, cuantificado hasta el momento en unos seis millones de euros, ha sufrido una sacudida que extiende sombras sobre las pesquisas de la Agencia Tributaria. Serafín Montenegro, el copropietario del Grupo Estación que denunció a sus socios —su hermano Santiago Montenegro y Carlos Mosquera— en 2002 por engordar durante años una caja b en la compañía, ha remitido al juzgado un acta notarial del pasado 13 de octubre en la que un empresario confiesa que emitió facturas falsas para el Grupo Estación en los años 2007 y 2008 y que estas fueron entregadas a la Administración tributaria. Sin embargo, el perito de Hacienda al que la juez encargó investigar la actividad de la firma entre 2006 y 2008, José María González Seijo, descartó cualquier “defraudación tributaria” en un dictamen que dio pie al archivo de parte de las diligencias. El abogado de Montenegro pide a la titular del juzgado de instrucción número 1 de Padrón, Berta Vidal Gallego, que aparte del caso al inspector, que anule su peritaje y que reabra las diligencias.
El letrado asegura que el perito “ocultó y silenció” esa información “incriminatoria” para los administradores del Grupo Estación pese a que, asegura, él ya la conocía. Según dice el escrito del abogado de Serafín Montenegro —que después de denunciar la existencia en el Grupo Estación de una caja b ha sido imputado en la causa—, las facturas falsas obraban en poder de Hacienda porque fueron halladas en una inspección realizada por la Administración tributaria a la empresa que se las facilitó al Grupo Estación: Las Cinco Jotas, epicentro de una trama de masiva falsificación de facturas que se instruye en un juzgado de Vigo y que salpica a 500 firmas de toda Galicia. Y González Seijo, añade el letrado, participó en aquella actuación inspectora a la compañía viguesa: “Obviamente las conocía”, sostiene el escrito presentado hace unos días.
Un informe oficial cifra en 2,8 millones el impago de impuestos
Serafín Montenegro denunció ante Hacienda en 2002 a sus socios en el Grupo Estación después de ser apartado de la administración de las compañías, pero, según relató, debido a la inacción de la Agencia Tributaria decidió acudir a los juzgados. Aseguró que Santiago Montenegro y Carlos Mosquera gestionaban este importante grupo empresarial a través de una contabilidad b que se nutría de los ingresos de clientes a los que se les cobraba sin factura y de proveedores ficticios. Según su versión, corroborada por un peritaje de Hacienda y Aduanas, las cuentas del grupo —formado por tres firmas: Transportes y Grúas Estación, Talleres y Grúas Estación y Servicios Estación— incluyeron durante años gastos por servicios falsos o por la adquisición ficticia de carburante. Además de incumplir sus obligaciones con Hacienda, según el denuciante, los administradores vaciaron patrimonialmente la empresa y y adquirieron terrenos, naves e inmuebles a su nombre valorados en varios millones de euros.
La denuncia de Serafín Montenegro contra su hermano Santiago y Carlos Mosquera ha dado pie a 11 años de investigación judicial —más larga que la del Prestige— con imputaciones por delito fiscal, apropiación indebida, administración desleal, falsedad en documento mercantil y falsedad en cuentas anuales, entre otras. El perito de Hacienda que analizó la actividad de la empresa entre 2002 y 2005, Ángel Fernández Docampo, concluyó que el grupo “falseaba de forma organizada y sistemática los resultados económicos reales de su actividad” e hizo compras ficticias de miles de litros de gasóleo para inflar los gastos en sus cuentas oficiales, disminuir el verdadero beneficio y evadir el pago de impuestos. Este peritaje asegura que en estos años el Grupo Estación dejó de ingresar a Hacienda unos 2,8 millones por sociedades e IVA. Los socios acusados del fraude se quejaron del método de cálculo y la justicia ha accedido a revisar el informe tras 11 años de instrucción.
El autor de la confesión ante notario que ha dado pie a la solicitud de recusación del perito es José Manuel Costas Estévez, representante de Renovados de las Cinco Jotas de Galicia y Chita de las Cinco Jotas, compañías integradas en el grupo Las Cinco Jotas. Y algunas de las facturas remitidas ahora al juzgado de Padrón que investiga el caso Estación tienen efectivamente el sello del Equipo Regional de Inspección de la Agencia Tributaria en Pontevedra. Consultada por este periódico para recabar su versión, la Agencia Tributaria ha alegado que no puede comentar casos concretos. Según información a la que ha tenido acceso este periódico, en la investigación a Las Cinco Jotas Hacienda halló facturas falsas emitidas al Grupo Estación por valor de unos 99.000 euros (39.000 de 2007 y 60.000 de 2008) pero las envió al juzgado de instrucción número 6 de Vigo que lleva el caso de la empresa viguesa y no al de Padrón.
La confesión de estas facturas falsas de 2007 y 2008 se produce en un momento clave para la dilatada instrucción del caso Estación, ya que los últimos pasos judiciales apuntan a que los cargos contra los imputados podrían perder peso. La juez, tras el ahora cuestionado peritaje fiscal, ha decretado el sobreseimiento provisional y archivo de la diligencias en las que se investigaba la actividad del grupo empresarial de Padrón entre 2006 y 2008 (una parte, la relativa a los delitos distintos al fiscal está pendiente de recurso). Y ha ordenado también la instructora la revisión del peritaje realizado por otro técnico de Hacienda y que fue fundamental para cuantificar el fraude entre 2002 y 2005 en seis millones de euros. Para indignación del denunciante, la Audiencia de A Coruña ha dado el visto bueno a que, como solicitaron los socios acusados del fraude, se encargue de ese escrutinio González Seijo, es decir, el inspector de Hacienda al que Serafín Montenegro pretende apartar.
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