Mas-Colell pide que se eleve el objetivo de déficit para 2015 hasta el 1,4% del PIB
El consejero se niega a recortar el gasto presupuestario en otros 3.300 millones de euros
La incipiente reactivación económica no está aportando oxígeno a las finanzas de la Generalitat. Al contrario: nunca el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, había manifestado tener tantas dificultades para cuadrar unos Presupuestos que se antojan casi imposibles. El consejero se plantó este jueves y advirtió al ministerio de Hacienda de que no recortará el gasto presupuestario en los 3.300 millones de euros que requeriría la consecución de un déficit del 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB). “No lo haremos”, avisó. Mas-Colell reclamó, además, que se eleve ese listón hasta el 1,4% del Producto Interior Bruto (PIB).
En un desayuno en Tribuna de Girona, el consejero de Economía desgranó el recorte que lleva aplicando desde que tomó las riendas de las finanzas catalanas en 2011. El gasto global de los departamentos se ha reducido desde entonces en un 20,3%, y de un 17% en el caso del gasto social. La partida destinada a sanidad, educación y servicios sociales supone el 69% de todo el Presupuesto. “Solo desde la demagogia se puede insinuar que el gasto del resto de departamentos al margen de salud, enseñanza o bienestar sí se puede reducir drásticamente. ¿Hemos de cerrar las universidades? ¿Dejar de hacer promoción económica? ¿Despedir Mossos d’Esquadra?”, se preguntó Mas-Colell.
El consejero consideró que el objetivo del 0,7% del PIB fijado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para 2015 debería referirse al “déficit primario”, es decir, excluidos los intereses de la deuda. Estos han ido escalando a lo largo de los últimos ejercicios hasta los 2.077 millones de euros, un 85,7% más que en 2010. Por ello, el consejero reclamó “un objetivo real del 1,4%”. “Si la distribución del objetivo de déficit prescrito por Europa se hiciera de forma equilibrada, y de acuerdo con las disposiciones de la Ley de Estabilidad de 2011, nos correspondería un objetivo del 1,6%”, agregó.
Una vez entren en vigor las nuevas tasas ambientales, el Gobierno catalán considera que ya no tiene más margen para subir impuestos. Tampoco tiene opción de realizar nuevas privatizaciones después de haber vendido varios paquetes de inmuebles y de haber llevado a cabo las ventas de Tabasa y Aigües Ter-Llobregat y la cesión de depuradoras al Área Metropolitana de Barcelona. Así, la única opción para cubrir ese desfase de 3.300 millones entre los gastos y los ingresos previstos proviene de solicitar más transferencias del ministerio de Hacienda.
Para ello, Mas-Colell ha propuesto al ministro Cristóbal Montoro hasta siete fórmulas para obtener ingresos: compartir los rendimientos del IVA, aumentar los anticipos del sistema de financiación, recibir el fondo de competitividad de 2015, cobrar la deuda por la disposición adicional tercera del Estatuto, percibir una compensación por el impuesto de depósitos bancarios, fijar una compensación por los tributos que la Generalitat paga al Estado o bien pedir una compensación por los 850 millones que la Generalitat ha dejado de ingresar por la exenciones aplicadas a las transacciones de la Sareb, el banco malo.
Mas-Colell se reafirmó en su opinión de que “la política de financiación del Gobierno central con las autonomías” persigue la “asfixia”. El consejero aseguró que el Gobierno del PP está ejecutando una “ofensiva recentralizadora” que se ha visto “enormemente beneficiada por la crisis”. “Ha sido la excusa perfecta”, sostuvo Mas-Colell, quien dijo estar convencido de que el Gobierno central quiere administrar los recursos del Estado del bienestar directamente. “Simplemente se pretende anular el autogobierno en todos sus aspectos, tanto los normativos como los fiscales”, remachó el consejero.
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