Domecq arregla las goteras de la bodega diseñada por Calatrava

Laguardia se tuesta. Hay casi 24 grados en la cubierta de Ysios, y eso que son las nueve de la mañana. El sol madura los racimos de uva en los alrededores de la bodega de Domecq, a falta de dos meses y medio para que comience la vendimia, y golpea con saña en la cubierta metálica del espectacular edificio de Santiago Calatrava. A las 17 horas la temperatura llegó a los 38 a ras del aluminio. La característica estructura de grandes cuadrados metálicos que corona la cubierta, y se perfila contra la sierra de Cantabria es especialmente atractiva, pero tiene un grave problema, cuando llueve filtra el agua. Desde hace unos días, varios trabajadores se encaraman a la techumbre con un plan de acción, cubrirla con aluminio, respetando la estructura del arquitecto, pero corrigiendo las goteras que estaban complicando la vida en el interior, no solo de quienes trabajan en sus instalaciones, sino también el proceso de fermentación y envejecimiento de los caldos.

La empresa demandó a Calatrava en abril del pasado año —y la causa sigue adelante en el Juzgado número 4 de Vitoria— como proyectista, pero también como director facultativo de la obra y a la empresa constructora, Ferrovial, que la ejecutó. La bodega pidió a ambos dos millones de euros para financiar la reforma de la cubierta, aunque se ha decidido a repararla bajo su propia responsabilidad para evitar los problemas de habitabilidad que denunciaron en su día, a la espera de que la justicia les de la razón y les compense. Fuentes de la empresa evitaron pronunciarse ayer sobre la situación del pleito, limitándose a asegurar que “sigue su curso”. Domecq estaba ya cansado de las soluciones que le aportaba el arquitecto y que no han funcionado. Según un informe pericial solicitado por la propiedad y aportado en su día a la demanda, estos parches han acabado por agravar los problemas de estructura del tejado. La reparación propuesta por varios peritos, es decir forrar todo el tejado con aluminio siguiendo las formas que dibuja el actual, dejaría intacta la estructura y por lo tanto el impacto visual, al estar acabado en alumninio, sería el mismo del actual.

Los numerosos desperfectos complican la

Los trabajadores contratados por la bodega se encuentran en la fase previa al forrado, es decir la de acondicionado de los centenares de metros cuadrados que tiene el tejado. Los expertos entienden que esa obra no va a modificar el diseño de Calatrava. Es decir entienden que no va a tener afección alguna al diseño original de arquitecto valenciano, y por lo tanto tampoco a los derechos que tiene sobre su obra. La bodega quiere que la reparación esté finalizada para finales de septiembre o principios de octubre, época en el que comienza la vendimia. En la demanda Domecq especificaba que los numerosos desperfectos que tiene la techumbre complican “la habitabilidad de la estructura y puede generar un deterioro incluso mayor, obligando a gastos extra de mantenimiento que no estaban programados”. Al parecer la cubierta no soporta demasiado bien las tensiones de los cambios de temperatura que hay en la Rioja Alavesa, y las dilataciones están generando numerosos problemas de filtraciones debido, posiblemente, a problemas derivados de un insuficiente anclaje a la estructura del edificio.Después de un largo año desde que la propietaria de la bodega interpusiera la demanda, sigue habiendo goteras y humedades que deterioran la atmósferta en el interior y la alejan de las condiciones de estabilidad que requieren los vinos para madurar y envejecer de forma controlada.