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Regenerar un modelo clave que funciona

Sectores económicos y políticos coinciden en la defensa del grupo Mondragón por su trascendencia, pero alertan del riesgo de que no sepa adaptarse a la situación

Trabajadores de Fagor, en una de las manifestaciones en Mondragón tras el anuncio de que la empresa iba a concurso de acreedores.
Trabajadores de Fagor, en una de las manifestaciones en Mondragón tras el anuncio de que la empresa iba a concurso de acreedores.javier hernández

“No es una cuestión de liderazgo, sino de saber qué tipo de medidas tomar y cuándo”. Esta receta estratégica es el compendio de las distintas opiniones recabadas ayer por este diario en los ámbitos político y económico de Euskadi sobre cuál debería ser el escenario más adecuado para que la Corporación Mondragón (antes MCC) retomara su pulso industrial y financiero, convulsionado por el incierto futuro de Fagor Electrodomésticos y la precipitada renuncia de Txema Gisasola a la presidencia de este grupo cooperativo de 80.000 trabajadores, en medio de los zarpazos de la crisis económica.

De entrada, existe una preocupación compartida por “el cuestionamiento” del sistema cooperativo. “Teniendo en cuenta el porcentaje de paro en Euskadi o en España, ¿de cuánto paro estamos hablando en el conjunto de las empresas que pueden tener problemas dentro del grupo Mondragón?”, se preguntaba con cierto espíritu desafiante un analista económico. “Nos ponemos a hablar en contra de las cooperativas sin saber que es un modelo que hasta ahora ha sido rentable, que ha reinvertido lo que ha ganado y que puede resistir si se hacen las cosas bien”, señala un exdirectivo del grupo.

Incluso, este dardo también se extiende al Gobierno vasco. “Hasta ahora, todo eran fotos alabando la expansión, las plantas en China, se les llenaba la boca destacando el modelo Mondragón, y ahora parece que no sabemos hacer las cosas”, añade la misma fuente. El Ejecutivo de Urkullu ha sido especialmente crítico con la gestión acometida por Gisasola en la crisis de Fagor Electrodomésticos y ahora en el departamento de Arantza Tapia se sigue con especial intensidad el proceso de refinanciación de Eroski, aunque existe “confianza en que salga”, dicen.

En lugar de medidas drásticas se han puesto paños calientes y aspirina”

Pero dentro de MCC también ha llegado la autocrítica, a pesar de desenvolverse en un entorno refractario a la comunicación. El revés de Fagor Electrodomésticos y el “castigo en la calle” a muchos socios del grupo por parte de afectados en el escándalo de las subordinadas ha erosionado la confianza ilimitada en el funcionamiento del sistema cooperativista. “Se ha sido muy contemporizador cuando las cosas empezaban a ir mal. Hay que pensar que quienes tenían que tomar las decisiones ante la situación son trabajadores y compañeros y, en lugar de aplicar medidas drásticas, eligieron la aspirina y los paños calientes”, cuestiona un directivo del propio grupo. “Nos ha ido muy bien. Se ha ganado, se ha repartido, se ha reinvertido, pero no se ha sabido prever cuando han venido mal dadas y así nos encontramos”, destaca este directivo.

“Desde luego, aquí está claro que no se lo ha llevado nadie, como podría ocurrir en una empresa privada que tiene pérdidas, aunque tampoco tenemos a nadie que venga con el dinero para hacer una ampliación de capital cuando se nos plantean problemas financieros”, agrega.

Un experto en el cooperativismo, convencido de la plena vigencia de este sistema, sostiene, no obstante, que “falta ilusión” en el proyecto de MCC: “Ahora que han llegado al borde del precipicio hablamos del mercado, de lo local y de lo global, cuando otros en el mismo tipo de mercado han sabido salir”. Según su criterio, el problema radica exclusivamente “en las medidas estratégicas, y las medidas estratégicas las toman las personas”.

Apoyado en este principio, subraya que “quienes han compartido durante años y años las mismas medidas, la misma cultura y diría hasta el mismo pueblo”, en alusión directa a la Corporación Mondragón, “no pueden ser capaces de encarar las soluciones para las exigencias que la situación actual requiere”.

Las fuentes consultadas desde el ámbito económico han evitado entrar “en un carrusel de aspirantes”, porque entienden que “solo es una parte de la solución del problema”. De hecho, el sistema de elección y control del que se dota el modelo cooperativista relativiza el protagonismo de la presidencia, según destacan fuentes internas. “Otra cosa es que tiene que dar la cara, pero las medidas que se toman no son personalistas, porque tienen que pasar por consejos de representatividad”, recuerdan.

Quienes han compartido la misma cultura no son la solución”

No obstante, algunas decisiones estratégicas se han identificado directamente con los distintos presidentes del grupo y ahí es donde Gisasola sale mal parado, aunque se le reconoce “la poca suerte que ha tenido su presidencia en plena crisis”. Un ejemplo paradigmático son las subordinadas. “Las que se sacaron en el período 2003-2010 se han satisfecho sin ninguna pega, con unos beneficios muy por encima de los que estaban en el mercado y era el mismo producto que las de ahora, admitido por el Estado y sin pegas, pero entonces no había crisis y ahora no hay dinero por culpa de la crisis”, añora quien participó en el diseño de captación de músculo financiero.

Con todo, nadie en el Gobierno vasco ha lamentado esta renuncia por los múltiples desencuentros habidos durante la gestión de la consejera Arantza Tapia en el desenlace traumático de Fagor Electrodomésticos, aunque enfatizan: “Son decisiones que respetamos”. En el Ejecutivo nacionalista preocupa, sobre todo, la inestabilidad que ahora proyecta MCC en una situación de mercado muy comprometida. “Una cosa es que no se haya sabido responder con medidas eficaces ante lo que se avecinaba y otra es que se haga leña del árbol caído”, admiten en el entorno del departamento de Desarrollo Económico.

En el Ejecutivo siguen muy de cerca el proceso de refinanciación de los 2.500 millones de deuda de Eroski por la repercusión que alberga. Según un analista financiero, “las perspectivas son buenas, aunque es una operación compleja, porque hay que conseguir el visto bueno de los 22 bancos acreedores y las noticias sobre el grupo no son tranquilizadores precisamente”. Pero este poderoso grupo de distribución ya ha sabido superar anteriores retos sobre la refinanciación de su deuda. Quienes afrontaron este proceso de confianza ante los acreedores admiten que “hay fortaleza en Eroski, y eso lo saben los bancos”. “Los acreedores miran tu caja, tu ebitda, saben que tus edificios no son los de la burbuja inmobiliaria, sino que hay fondos interesados en su compra”, apostilla. Si así fuera, el próximo presidente de MCC se habría quitado un gran peso de encima. Y con él, la economía vasca.

Grandes retos a corto plazo

  • El plan de viabilidad de Fagor Electrodomésticos a partir de su concurso de acreedores, la financiación de la deuda de Eroski, el futuro de las subordinadas y la elección del presidente del consejo general son los grandes retos que le aguardan a corto plazo a la Corporación Mondragón.
  • El congreso general del grupo se celebrará en el próximo mes de mayo y es la fecha para la que se entiende que se habrá procedido a la elección de un nuevo presidente, en sustitución de la actual comisión gestora que cubre el vacío producido por la dimisión de Txema Gisasola, conocida el viernes.
  • Eroski negocia la refinanciación de su deuda de 2.500 millones con los 22 bancos acreedores. La obligada venta de activos, como ya ocurriera en otra etapa comprometida, es una de las salidas obligadas para propiciar el acuerdo.
  • La negociación de la deuda condiciona, a su vez, el canje pactado por Eroski con los principales bancos comercializadores sobre el futuro de las polémicas subordinadas. A su vez, dentro del conflicto suscitado, sigue adelante el proceso judicial de Adicae tanto contra la cooperativa como contra el BBVA.

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