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El vino regresa a sus orígenes

El Bages rescata un antiguo sistema enológico con la recuperación de viejas y grandes tinas de piedra seca

Vista de cuatro tinas restauradas en El Pont de Vilomara.
Vista de cuatro tinas restauradas en El Pont de Vilomara.Susanna Sáez

El vino vuelve a las viejas tinas del Bages. Una tendencia actual habla de volver a la maceración y la fermentación de las uvas en procesos naturales, en ánforas por ejemplo. Siguiendo esta tendencia, en el centro de Cataluña nace una experiencia única: recuperar estos depósitos cilíndricos de piedra seca con capacidad de hasta 10.000 kilos de uva. Son únicos en Europa y configuran un paisaje entre robles, encinas y pinos. Hay más de 100 tinas repartidas entre los pueblos de Mura, Talamanca y Roquefort, algunas en conjuntos de tres, cinco y hasta siete tinas juntas.

Bodegas Abadal ha iniciado un proceso experimental para producir tinto en la misma viña. Han aprovechado la única tina de la zona que aún conserva a su alrededor cepas —algunas de más de 70 años— para iniciar el proceso. El vino aún no está para ser comercializado —las uvas se recogieron en octubre—, pero tras unas primeras catas los expertos albergan esperanzas.

Uno de ellos, Josep Roca, el somelier del laureado restaurante Celler de Can Roca, asegura que se trata de “un tesoro escondido”. Ahora que la tecnificación en la producción del vino ha permitido la gran evolución del sector, Roca es partidario de iniciar un proceso inverso: buscar el origen para encontrar lo auténtico y este viaje es el que él mismo propuso a Valentí Roqueta, propietario de Bodegas Abadal. Para el somelier gerundense no se necesita "que los vinos desprendan fragancias de fresa, sino que tengan identidad y autenticidad”. A Roqueta ya le habían insistido antes que Roca, amigos de la familia como Jordi Aymerich, el Tinetes (sobrenombre que recibe por su pasión por las tinas), y Jordi Perich. Y finalmente, se lanzó a esta “locura romántica” de recuperar el vino de tina.

La tina recuperada de Mas Arbocet con dos enólogos haciendo pruebas con el vino cuyas uvas fueron recolectadas el pasado octubre.
La tina recuperada de Mas Arbocet con dos enólogos haciendo pruebas con el vino cuyas uvas fueron recolectadas el pasado octubre.SUSANNA SÀEZ

Las tinas del Bages responden más o menos a un mismo modelo de construcción. Cilíndricas, con la parte inferior, donde fermenta el vino, forrada en su interior por cerámica. Estaban situadas en un punto de desnivel, lo que permitía que la uva se cargara en la parte superior, sobre un piso de madera que separa este espacio de carga del de fermentación. En esta misma parte superior se prensaba con los pies y el vino se filtraba hacia la parte inferior a través de los estrechos espacios que quedan entre listón y listón. En la parte inferior se recogía el vino. Alrededor de esta zona se construía un pequeño habitáculo para protección de la zona de recolección, para guardar herramientas e, incluso, para poder dormir preservando el oro tinto.

Las exigencias comerciales de la historia explican esta singularidad que ha llegado hasta nuestros días. Alrededor del 1860, las viñas del gran productor de Europa, Francia, quedaron arrasadas por la filoxera. La desgracia de unos fue oportunidad para otros, y Cataluña abasteció durante unas décadas el mercado francés. Durante 30 años, hasta que la filoxera también hizo acto de presencia en Cataluña, la viña experimentó un crecimiento espectacular. El Bages fue la comarca de Cataluña con mayor cantidad de hectáreas dedicadas a la viña. “En la comarca no nos quedaron apenas bosques; las casas de payés recorrían a los sarmientos y las viejas cepas para calentarse en invierno”, asegura Joan Francesc Baltiérrez, secretario de la denominación de origen Pla de Bages. De este momento de esplendor es el paisaje de las tinas alejadas de las casas. “Se plantaba en todas partes, pero la distancia y lo inaccesible del lugar justificaba la construcción de las tinas”, explica Baltiérrez. Éstas eran “depósito” y a la vez un punto de producción de vino.

El vino de antaño en esta zona era duro. El de esta zona con más graduación que en otras partes del Bages. No tenía la atención que ahora requieren los caldos y las viñas, porque el principal valor era la cantidad por encima de la calidad. Ahora, bodegas Abadal no pretende retornar a este modelo, solo poner en valor una parte del proceso: la mezcla de distintos tipos de uva en la prensada (en la viña recuperada, Mas Arboset, hay más de diez variedades en poco menos de media hectárea cultivada) y la recuperación de una primera fermentación antes de extraer el vino para que siga su evolución en la botella.

 

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