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Paz-Andrade explica la crisis de Pescanova por la inversión en Portugal

Para el exconsejero delegado, la planta de Mira es el origen de la crisis. La compañía está en concurso de acreedores y con una deuda de casi 4.000 millones de euros

Inversión "temeraria", "huida hacia adelante", gestión "poco ortodoxa"... Para Alfonso Paz-Andrade, exconsejero delegado y todavía socio de referencia de Pescanova, la planta acuícola de la localidad portuguesa de Mira impulsada por el expresidente Manuel Fernández de Sousa está en el origen de la crisis que atraviesa la compañía, actualmente en concurso de acreedores y con una deuda de casi 4.000 millones de euros. Así lo expone en un editorial de la revista de su propiedad Industrias Pesqueras, titulado Carta abierta a la conselleira Quintana, en el que sostiene que el proyecto de Mira "atufa a mala gestión".

Tras repasar las distintas dificultades superadas por Pescanova a lo largo de su historia, el artículo afirma que "los proyectos expansivos de acuicultura la han llevado a una nueva crisis de mal pronóstico, tal vez insuperable". Por si había alguna duda de qué proyectos son esos, más adelante sitúa la planta portuguesa como ejemplo de "inversiones temerarias para su capacidad". Sousa embarcó a la empresa, añade, en aventuras "con poco rigor económico, excesivamente caras, gestionadas de forma poco ortodoxa y, si nos apuran, en lugares estratégicamente inadecuados, como la inversión en la planta de rodaballo, en Mira".

Paz-Andrade y Sousa son hijos de los dos fundadores de Pescanova, aunque el primero se apartó de las responsabilidades directivas en 2007 por sus diferencias, siempre soterradas, con el hasta hace poco presidente. Ambos están imputados en la Audiencia Nacional por su gestión en la compañía. A través de la revista que dirige, Paz-Andrade ajusta cuentas, aunque sin citarlo, con su exsocio, al que atribuye una "impropia y desesperada huida hacia adelante" en su gestión de Mira.

"No cabe duda de que el business plan aplicado ha resultado claramente inadecuado y mal ejecutado. Poca visión, ausencia de análisis, de caución, pésimo control interno y externo y falta de previsión ante la contracción crediticia impuesta por la crisis que se avecinaba", relata Industrias Pesqueras acerca de la inversión en Portugal. La planta de Mira, en la que se invirtieron 140 millones de euros, fue inaugurada en 2009 como alternativa al proyecto fallido de cabo Touriñán, vetado por el Gobierno bipartito. Paz-Andrade censura además el apoyo de la conselleira de Mar a esa planta.

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