300.000 trabajadores ven peligrar sus actuales condiciones laborales

De no remediar un acuerdo de última hora, esto es, este fin de semana, más de 300.000 trabajadores vascos se verán afectados por la pérdida de eficacia de sus actuales condiciones laborales. Este domingo expira el plazo que marca la reforma laboral para renovar los convenios ya vencidos. En Euskadi están pendientes de actualizar 112 convenios sectoriales y otros 414 de empresa, según datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL).

En la sede de este organismo se volvió a escenificar ayer el fracaso del último intento de acuerdo que buscaban los sindicatos y la patronal para conseguir una prórroga de la vigencia de los convenios que caducan ahora. Los representantes de CC OO, UGT y LAB —ELA no acudió a la cita— y de Confebask se levantaron de la mesa sin acercar sus posiciones, lo que deja en el aire el futuro de miles de empleados y podría desembocar en un aumento de la conflictividad laboral.

Los sindicatos plantean una solución similiar a la de Iñigo Urkullu

El encuentro entre las partes se celebró a instancias del lehendakari, Iñigo Urkullu, quien invitó la víspera a centrales y patronal a sentarse de nuevo con un solo objetivo: agotar el último cartucho antes de verse abocados a las consecuencias del fin de la ultraactividad —la prórroga automática de los convenios por la que estos extendían sus efectos más allá de los límites temporales pactados—, como establece la reforma laboral aprobada por el PP. CC OO, LAB y UGT plantearon una propuesta similar a la avanzada por Urkullu, consistente en ampliar el plazo para renegociar los convenios pendientes más allá del domingo, fecha en que decaerán y mantener el ámbito vasco de negociación colectiva.

Confebask, por su parte, propuso “preservar el ámbito de los convenios colectivos provinciales”, en línea con lo que ha defendido en el año y medio de negociaciones. Fallida la tentativa por salvar el ámbito vasco de negociación intersectorial, los representantes sindicales y empresariales se acusaron mutuamente de ser los causantes de la ruptura de las conversaciones. La responsable de Acción Sindical de UGT, María Ballesteros, avisó de que esta falta de acuerdo “va a crear más conflictividad” en Euskadi: “No va a ser pacífico”.

La conflictividad social podría apoderarse de las relaciones laborales

El secretario general de CC OO de Euskadi, Unai Sordo, arremetió contra Confebask y sus organizaciones territoriales, a los que llamó “hooligans” de la desregulación laboral. Su sindicato no renuncia a la negociación colectiva y seguirá intentado dar salida a los convenios antes y después del 7 de julio, aseguró en un comunicado. Por su parte, La patronal culpó a los sindicatos nacionalistas ELA y LAB del fracaso de las negociaciones, porque si ambas centrales hubieran querido “de verdad” proteger los marcos laborales, “no se hubiera llegado a esta situación”. Los empresarios expresaron, con todo, su “disposición a seguir negociando hasta el último día”, aunque no para prolongar la vigencia de los convenios con “carácter general y obligatorio”.

El portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, advirtió, antes incluso de saberse el resultado de la reunión entre sindicatos y patronal, de que “a partir del 8 de julio, si todo el edificio convencional de la negociación colectiva se viene abajo, los perjuicios podrían ser graves, tanto para las empresas como por los trabajadores”, así como “para el conjunto de la economía, que si no hay entendimiento en las empresas se vería evidentemente resentido”. Y los socialistas, a través de su portavoz, Idoia Mendia, lamentó la “falta de voluntad” de los empresarios para alcanzar un acuerdo que evite que “más de 300.000 trabajadores se quedan abandonados a su suerte”.