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dos años de mandato

Bildu acusa el desgaste de su gestión en San Sebastián

El alcalde Izagirre se aferra a su “nueva forma de hacer política” Los partidos de la oposición le reprochan que trata de esconder una “falta de proyectos propios”

Mikel Ormazabal
Izagirre baila en honor de Raimundo Sarriegi, en abril de este año.
Izagirre baila en honor de Raimundo Sarriegi, en abril de este año.JAVIER HERNÁNDEZ

Juan Karlos Izagirre dice que se le malinterpretó cuando afirmó aquello de que los ocho ediles de Bildu en el Ayuntamiento de San Sebastián “son más una cuadrilla de amigos que un equipo de gobierno”. El alcalde donostiarra quiso decir, aclara ahora, que la gestión diaria del consistorio la dirige un grupo de concejales unidos por la amistad y el “buen rollo”. Esta es la particular visión que Izagirre tiene de la política municipal tras haber consumido ya la mitad de la legislatura. Su situación de minoría en el consistorio le ha dejado al albur de los reveses de la oposición —PSE, PP y PNV suman 19 representantes—, lo que ha limitado los logros conseguidos por la coalición abertzale. Sus adversarios políticos ven más sombras que luces y coinciden en que “faltan proyectos propios” y “no hay capacidad de gestión”.

Cuando a Izagirre se le piden cuentas de su actuación, siempre recurre a los mismos argumentos: “Traemos una nueva forma de hacer política”, “apostamos por las personas y no por el hormigón” y “estamos fomentando la participación ciudadana”. Y si el balance lo hacen los grupos de la oposición, las críticas de estos van en la misma dirección y se resumen en que “la ciudad está paralizada”.

Yendo a lo concreto, Bildu se escuda en que manejar un presupuesto con 100 millones de euros menos es un hándicap que está condicionando las tareas de gobierno y el impulso de nuevas iniciativas. La coalición abertzale cita entre sus principales méritos las actuaciones encaminadas a evitar inundaciones en la vega del río Urumea, la política de transporte público, el empujón dado al centro de cultura contemporánea Tabakalera o el arranque de las obras de la estación de autobuses en Atotxa.

Izagirre defiende su gestión con argumentos sobre su "nueva forma de hacer política"

El regidor también incluye en su haber la capacidad que ha demostrado Bildu para “alcanzar acuerdos con todos los partidos de la oposición”. El Ayuntamiento tiene renovadas las cuentas municipales de 2013 tras no recibir ninguna enmienda a la totalidad. PSE, PP y PNV permitieron la aprobación del presupuesto al mismo tiempo que censuraron la incapacidad de Izagirre para seguir al frente del gobierno local.

Izagirre ha tenido que convivir estos dos años de legislatura con la amenaza constante de una moción de censura que socialistas y PP se han encargado de mantener viva en todo momento, aunque el PNV —socio necesario para hacer prosperar el desalojo de Bildu— siempre se ha encargado de desbaratarla. Los nacionalistas prefieren que en la ciudadanía vaya calando la incompetencia de Bildu para regir y cobrar la factura en las próximas elecciones municipales de 2015. Esta táctica se ha visto reafirmada tras constatar que en los últimos comicios celebrados, en octubre de 2012 al Parlamento autonómico, el PNV fue la fuerza más votada en la capital guipuzcoana, por delante del PSE y de la coalición abertzale (perdió tres puntos porcentuales con respecto a las municipales de 2011).

Por eso, el PNV ha optado por reforzar el discurso crítico con la gestión de Bildu: “No hay claridad de ideas en el Gobierno municipal. Hay demasiadas actitudes acomplejadas, y el futuro no va a ser fácil”, afirma Eneko Goia, portavoz del PNV, para quien “todos los proyectos vienen de legislaturas anteriores que han sufrido retrasos con Bildu”. Las “vueltas y más vueltas”, los “continuos replanteamientos” del equipo de Izagirre no han hecho sino posponer la ejecución de las iniciativas, según Goia.

El alcalde ha vivido estos dos años con la amenaza constante de una moción de censura 

El PSE considera que el balance es “muy pobre” porque “se han perdido muchos trenes”, opina Marisol Garmendia en alusión al rechazo de Bildu a proyectos como la pasarela de Mompás, el AVE vasco o el metro de Donostialdea, a la “inexistente política de vivienda” y a la “falta de un impulso decidido a la capitalidad cultural 2016”.

“Se han perdido dos años de legislatura y nos tememos que los dos próximos van a ser peores”, critica Ramón Gómez, del PP: “En una ciudad con 13.000 parados no se ha hecho nada para favorecer el empleo. En vivienda, un cero, y qué decir de las infraestructuras, por no hablar de la suciedad de las calles. Nosotros insistimos en que es necesaria una moción de censura, pero el PNV no quiere”. Gómez se pregunta “cómo es posible que una ciudad como San Sebastián pueda estar gobernada por una cuadrilla de amigos”.

Toros, basura y autobuses

M. O.

Si Juan Karlos Izagirre tiene que citar dos trances durante su mandato, estos son las riadas del Urumea que anegaron en noviembre de 2011 el barrio de Martutene y la detención en abril pasado de los ocho militantes de Segi condenados por pertenencia a banda armada. Pese a no proceder del núcleo dirigente de la izquierda abertzale, el alcalde donostiarra ha adoptado el discurso político de esta formación y evitado siempre expresar públicamente una condena del terrorismo de ETA, como le ha recriminado insistentemente el resto de partidos.

En el día a día, ha impuesto su criterio de impedir la celebración de corridas de toros en Illunbe, en contra del criterio de la mayoría de la corporación. Izagirre, en cambio, ha tenido que flexibilizar su inicial rechazo a la construcción de la estación de autobuses en Atotxa, un emplazamiento elegido por su antecesor. Suspendió la adjudicación de las obras para tratar de trasladarla a Riberas de Loiola, pero perdió el apoyo que inicialmente le dio el PP y a la postre, tras dejar pasar dos años en debates y otros trámites burocráticos, ha tenido que aceptar ejecutarla en Atotxa.

Y en el conflicto de las basuras, Izagirre y su equipo también han rectificado sus postulados. De ser partidarios del puerta a puerta y contrarios al quinto contenedor, han pasado a pactar con los socialistas la implantación de este último sistema de recogida de basura. Para justificarlo, el alcalde dice que él siempre ha perseguido lograr el 60% de reciclaje.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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