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PRESUPUESTOS

Urkullu lanza un guiño a PSE y PP al incorporar fiscalidad y control del gasto

Planifica un documento de mínimos para salvar sus Cuentas, que ya ha adelantado a los socialistas

Iñigo Urkullu, durante su intervención en la celebración del 50 aniversario de la cooperativa Copreci.
Iñigo Urkullu, durante su intervención en la celebración del 50 aniversario de la cooperativa Copreci.Juan Herrero (EFE)

El lehendakari, Iñigo Urkullu, avanzó ayer que planteará a los grupos de la oposición un documento de “mínimos”, como el acuerdo por el que apostó el pasado viernes en el Parlamento, para tratar de arañar prácticamente in extremis un acuerdo que permita salvar su proyecto de presupuestos para 2013.

Lo hará con un escrito que entregará personalmente, a lo largo de los próximos diez días, a los grupos y que incluirá, según fuentes involucradas en la negociación, medidas de fiscalidad y de control del gasto. Urkullu buscará así acercarse al PSE con las iniciativas tributarias, y al PP, con las de ahorro en la administración, con el objetivo de buscar consensos hasta ahora inexistentes.

El de Urkullu será el primer documento que la oposición reciba desde que el consejero de Hacienda, Ricardo Gatzagaetxebarria, inició la primera de las dos rondas de contactos con la oposición para acercar posturas en materia presupuestaria, hace casi dos meses. El encuentro del lehendakari con los socialistas ya se habría producido, aunque fuentes socialistas no confirmaron ayer este extremo apelando a la “discreción” reclamada por el líder del Gobierno. La reunión habría estado protagonizada por Urkullu y Patxi López.

Con la fecha de este viernes como tope para presentar enmiendas, tanto parciales como a la totalidad, esta podría ser la última oportunidad para el lehendakari, de esquivar un batacazo político —en la práctica, una prórroga es más compleja de gestionar que unos presupuestos en año, pero permite jugar con los números para adaptarla a las cifras de 2013— con acuerdos con una oposición que públicamente ayer se mantenía en la misma postura que al inicio de las negociaciones.

La devolución de los presupuestos se votará dentro de quince días, el 26 de abril y, en caso de que el Gobierno salvara ese escollo, a partir de entonces se procedería a negociar las enmiendas parciales.

La letra pequeña de la propuesta es aún una incógnita y la duda también se cierne sobre si la propuesta de Urkullu será suficiente para los grupos. Y es que lo que se antoja inamovible es el techo de gasto de 9.316 millones de euros, una cifra que EH Bildu y, sobre todo, PSE han insistido en modificar como condición esencial para cambiar su postura. Ayer mismo, la parlamentaria Idoia Mendia insistió en esta línea, al igual que Rodolfo Ares, que lo señaló como algo “imprescindible”.

El propio Ares, al igual que hicieron líderes del PP y PSOE a nivel nacional como María Dolores de Cospedal o Elena Valenciano, se mostró a favor de encuentros “discretos” como el que el pasado miércoles protagonizaron el lehendakari y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para tratar temas como la flexibilización del objetivo de déficit —fijada para este año en un 0,7%— y las discrepancias en torno al Cupo, una cuestión en la que Mendia vio una manera de “aliviar” las cuentas vascas si se alcanza finalmente un acuerdo. Todos los dirigentes del PSE que realizaron apariciones públicas ayer reclamaron a Urkullu que dé las explicaciones oportunas en el Parlamento sobre este encuentro que saltó a la arena pública el pasado fin de semana, algo que Txarli Prieto ya ha registrado, como una pregunta por escrito, para conocer los acuerdos alcanzados con Rajoy.

Lejos de circunscribir los interrogantes al nivel autonómico, la portavoz socialista en las Juntas Generales de Gipuzkoa, Rafaela Romero, interpeló a la diputada foral de Hacienda, Helena Franco, sobre los trabajos previos al encuentro y sobre si la Diputación guipuzcoana estaba al corriente del mismo. Romero afeó la forma “oscura” con la que se materializó el encuentro la pasada semana, pero el más crítico con la reunión, la segunda celebrada en estas condiciones de Rajoy con un presidente autonómico en las últimas semanas, fue sin duda el único parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, que reclamó explicaciones al lehendakari y censuró “la opacidad, el secretismo y la falta de transparencia del encuentro”.

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