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Una gran pinacoteca del Neolítico

El Tajo de las Figuras, descubierto hace un siglo en Benalup, lleva tres años cerrado a las visitas

Exterior del yacimiento del Tajo de las Pinturas en 1913.
Exterior del yacimiento del Tajo de las Pinturas en 1913.juan cabré

Los vecinos de la zona llamaban a las pinturas esquemáticas que adornaban las cuevas cercanas a Benalup (Cádiz) “pinturas de los moros”. Su conocimiento quedaba ahí, entre los autóctonos, hasta que un día, el médico del pueblo decidió que aquello podía interesar a alguien más. Avisó a un colega de Cádiz; éste se lo comentó a un sacerdote aficionado al estudio de la Prehistoria; y el religioso, Victorio Molina, lo puso en conocimiento de la Academia de la Historia. Era el año 1913, y el anuncio atrajo a Benalup a investigadores como Juan Cabré y Eduardo Hernández-Pacheco, que confirmaron el hallazgo de las primeras muestras de arte rupestre de la región.

El Tajo de las Figuras, como se conoce la principal cueva de este yacimiento, ha resultado ser una verdadera pinacoteca del Neolítico. En su interior se observan centenares de representaciones, animales y humanas, datadas desde este periodo hasta la Edad de Hierro. Declarado Monumento Arquitectónico Artístico en 1924, esta obra de arte rupestre no puede contemplarse desde hace casi tres años. La falta de seguridad en su acceso obligó a la Junta de Andalucía a prohibir las visitas al yacimiento. En el centenario de su descubrimiento, su contenido sólo se puede conocer a través de la exposición que un grupo de trabajo del Instituto de Educación Secundaria Casas Viejas, de Benalup, ha preparado para la ocasión.

José González, uno de los organizadores de la muestra, insiste en la importancia del yacimiento: por lo numeroso de las pinturas y, sobre todo, por su originalidad. En las paredes de la cueva pueden verse ciervos, caballos, cabras. Pero también aves. “Es algo casi exclusivo de esta zona. Estamos en un área de paso para las aves migratorias y, además, antes existía aquí la laguna de la Janda, donde anidaban multitud de especies. Por eso podemos distinguir flamencos o grullas, lo que no es habitual en las muestras de arte rupestre que conocemos”, explica González. También hay figuras humanas. Los investigadores han interpretado que las escenas que protagonizan son propias de pastores o ganaderos. Existen algunas escenas de caza, “pero eran ya un recuerdo de los habitantes, porque en ese periodo ya se habían convertido en ganaderos”. Y aún hay más: figuras simbólicas relacionadas con el sol, y pinturas de estilo esquemático que representan cabañas, empalizadas para guardar los animales y hasta nidos.

Actos de vandalismo

Otras cuevas situadas en las cercanías también cuentan con pinturas rupestres, aunque de menor relevancia, han sufrido más. Mientras que el yacimiento principal cuenta con un guarda de seguridad, el resto de abrigos no están controlados. “Es un patrimonio muy difícil de conservar y en algunas cuevas se han detectado actos de vandalismo, han pintado encima y no se ven las pinturas”, reconoce José González.

Benalup cuenta con un Centro de Interpretación del Cádiz Prehistórico con información sobre el Tajo de las Figuras, pero también sobre el resto de enclaves prehistóricos de Cádiz. Entre la Janda y el Campo de Gibraltar hay unos 180 abrigos similares a esta cueva, lo que convierte a la zona en una de las de mayor densidad de manifestaciones rupestres de España.

Benalup quiere convertir este enclave, que algunos investigadores han llegado a comparar a Altamira por la calidad de sus pinturas esquemáticas, en un atractivo más para la localidad. “Tenemos un proyecto para construir en la zona colindante a las cuevas, junto a la cola del embalse del Celemín, un centro de interpretación del Tajo de las Figuras”, cuenta Francisco González Cabaña, exalcalde y actual primer teniente de alcaldesa. El proyecto pretende, además de difundir la importancia del yacimiento, preservar las pinturas del desgaste que sufre con las visitas. Pero sigue sin ver la luz y, entretanto, el Tajo de las Figuras ha tenido que cerrar. La cueva se encuentra en un lugar elevado, de difícil acceso, y la Junta había habilitado una escalera metálica, casi en vertical, para el acceso de las visitas. Una entrada peligrosa que no se ha podido mantener abierta.

El Ayuntamiento de Benalup ha solicitado a la Consejería de Cultura que dote de medidas de seguridad al entorno del yacimiento para que vuelva a ser visitable. Pide también a la Administración autonómica la habilitación de un aparcamiento en la zona, y solicita la propiedad pública del camino que lleva al Tajo de las Figuras. En la propuesta, que fue aprobada en pleno por unanimidad el mes pasado, se incluye una petición también para el Ministerio de Fomento, al que el Consistorio solicita que lo incluya entre los beneficiarios del 1% cultural para la adecuación y difusión del conjunto rupestre.

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Mientras tanto, los responsables políticos se consuelan con que, al menos, la ausencia de visitas está impidiendo el deterioro de las pinturas. La Consejería de Cultura llevó a cabo, en 2005, trabajos de limpieza y consolidación de las pinturas. El tiempo las había dañado y también la acción de los turistas. Durante años, los visitantes mojaban las paredes para que, de este modo, las pinturas resaltaran más sobre la piedra y fueran más fáciles de distinguir. Esta acción repetida había provocado que se formara una capa de cal sobre las figuras, que quedaron semiocultas. El proyecto de limpieza de la cueva lo realizó, entre 1988 y 1993, el investigador Martí Mas Cornellá, uno de los principales estudiosos de este yacimiento en los últimos años.

La exposición sobre los cien años de investigaciones en el Tajo de las Figuras se podrá visitar, hasta el 19 de abril, en el Centro de Interpretación del Cádiz Prehistórico, en Benalup.

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