#madrid
Las redes nos han devuelto esta semana a la orilla de los asuntos pendientes. Tiempo ha habido hasta de zanjar algunos
Batas a la calle. El conflicto abierto por el cambio de modelo que el Gobierno madrileño prepara para la sanidad pública se reactivó el lunes con una nueva escenificación callejera de la marea blanca. El aval parlamentario de la gestión privatizada con la que el PP pretende resolver las estrecheces económicas de una de las bases del Estado de bienestar no ha restado vigor a la protesta de profesionales y usuarios, que hoy vuelven a manifestarse tras una nueva convocatoria de huelga que se hará efectiva en las próximas semanas. A las voces de apoyo que están recibiendo los profesionales del sector se sumó desde su cuenta de Twitter el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo que suscitó la respuesta inmediata del número dos regional, Salvador Victoria. Habituado como estaba a la confrontación tuitera de días anteriores, a Victoria no le costó reconducir la artillería desplegada durante la última huelga en Metro y atizar a Rubalcaba con el argumento de que en Andalucía también hay convenios con clínicas privadas. Cualquier excusa es buena para eludir un debate serio.
Visto y no visto. Probablemente alentada por los deseos de inspiración divina que los Reyes Magos depositaron a las puertas de su despacho, la alcaldesa de Madrid volvió a la actividad decidida a apagar los rescoldos del Madrid Arena que aún chamuscaban su agenda de trabajo. En cuestión de horas, la segunda autoridad municipal, el vicealcalde Villanueva, dejaba de serlo tras enterarse de que Botella había decidido una nueva reforma en su equipo de gobierno que le dejaba fuera. Está por ver si, como él mismo dijo, su destitución ayudará a “serenar” las cosas mientras terminan de dirimirse las responsabilidades por la tragedia de la noche de Halloween. En las redes, las más de 45.000 menciones al asunto dibujaban la estela de una nueva huida hacia delante escasa de explicaciones y de reconocimiento de errores.
En libertad. Tras la de Villanueva, la otra salida fulgurante de la semana fue la de Ángel Carromero, asesor municipal y líder de las juventudes madrileñas del PP, que obtuvo el tercer grado necesario para que la pena de cárcel impuesta por el régimen cubano se diluyera en un régimen de semi libertad saludado efusivamente por sus compañeros de filas y algo más cuestionado por otros usuarios de las redes. Tras la altisonante intervención de Esperanza Aguirre poco después del regreso a España, este nuevo capítulo ha sido abordado por la presidenta con algo más de prudencia. Veamos lo que dura.— @guiomardelser
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