“El copago es malo para la salud”
Farmacéuticos, médicos y consumidores alertan sobre el peligro de automedicarse
El debate sobre la huelga de farmacias, que se celebró el miércoles por la noche dentro del ciclo Seu Oberta en Alicante, puso de manifiesto una realidad cada día más patente: los pacientes, si pueden, evitan el copago y prefieren quedarse solo con los medicamentos que cubre la sanidad pública. Farmacéuticos, médicos y consumidores alertaron también del riesgo que entraña para la salud automedicarse.
Manuel Diez, médico de atención primaria y alcalde de Aspe, aseguró que con la reducción de la lista de medicamentos que cubre la sanidad pública los pacientes “si tienen que pagar no lo cogen, aunque lo necesiten”. El facultativo advirtió de la situación de riesgo que esto provoca para el paciente. Jaime Carbonell, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Alicante, corroboró esta práctica: “Cada día eso se da más. Llega el cliente, pregunta si está incluido, y si tiene que pagar, no lo quiere”. Y Pedro Hernández, secretario de la Unión de Consumidores (UCE), desveló que su asociación había recibido algunas consultas sobre el copago de estos medicamentos. El representante de los farmacéuticos sentenció: “Entre el copago y la huelga los botiquines se han quedado vacíos”.
El debate sobre la huelga de farmacias, que organizó la Universidad de Alicante y EL PAÍS dentro del espacio de debate Seu Oberta, despertó el interés de varios boticarios y de representantes de asociaciones de enfermos que acudieron como público a la Sede de la Universidad de Alicante. Durante la mesa redonda, que moderó Ana Laguna, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, se ofrecieron algunos datos interesantes.Un 80% de los medicamentos que dispensan las farmacias valencianas están incluidos en la cobertura de la red pública sanitaria, y el otro 20% restante se paga el importe íntegro del producto.
Las medidas introducidas por el Gobierno para ahorrar en gasto farmacéutico provocaron que el Colegio de Farmacéuticos de Alicante pasara de 50 millones de euros a 31 millones en facturación. “Los recortes los asumimos, pero el problema es que no nos pagan, somos los peor financiados”, se quejó Carbonell, que recordó que en estos momentos están cobrando facturas de hace 5,5 meses, cuando en otras comunidades la demora se sitúa entre dos y tres meses. Los pacientes valencianos, debido a las cuatro semanas de huelga en las farmacias, han sufrido problemas de falta de medicamentos y desabastecimiento. Los boticarios han protagonizado más de seis manifestaciones. Y al final han conseguido que la Generalitat reconozca por escrito la deuda, les pague un mes y fije un calendario de pagos para a finales de enero la deuda pendiente sea de 2,5 meses. “Nosotros queremos que el gasto para medicamentos sea prioritario y lo asuma directamente el Gobierno central”, demandó el representante de los boticarios.
Rula Fiuzá, presidenta de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SEPAS), incidió en la necesidad de mejorar la preinscripción y evitar el abuso del consumo de medicamentos, que es la tercera causa de muerte, por detrás de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. En España se hicieron 20,4 recetas por habitante y año en 2012, pero en 2005 solo fuero 17,3. En una encuesta reciente el 32% de los españoles admitió que consumía medicamentos, un porcentaje que se dispara al 80% entre las personas mayores de 60 años.
“Debemos conocer los efectos adversos de los medicamentos, si mejoramos la preinscripción evitaremos riesgos”, dijo la experta que instó a los facultativos a huir de las presiones de las empresas farmacéuticas. En este sentido, Pedro Hernández, de la Unión de Consumidores, alertó sobre la desinformación de consumidor que “debe distinguir entre los medicamentos y otros productos comerciales, que se venden en farmacias”. Una de las soluciones que apuntó Hernández es que el ciudadano conozca “la lucha a muerte que hay entre el sistema público de salud y los poderes económicos de las grandes empresas privadas”.
El representante de la UCE apoyó a los farmacéuticos que “han pagado el pato porque se les consideraba que eran los ricos de la pandilla”. La UCE en Alicante no recibió ninguna queja sobre la huelga de las farmacias porque “la gentes les apoyó y entendió el problema, y los días de cierran eran como un festivo, buscabas el establecimiento de guardia y hacías cola para comprar”. Por último, Manuel Diez, en su doble condición de alcalde y médico de familia, alertó de que “se nos ha colado la gestión privada en la salud” y lamentó que el “tsunami de los impagos que provoca que todos estemos financiado a la Generalitat” en varios sectores sociales.
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