Vuelve el agua a Chamartín

La piscina municipal de Chamartín era conocida por sus espléndidos 50 metros de largo y porque era una de las escasas instalaciones deportivas abiertas en domingo en la capital. Un pequeño lujo a precio reducido que se acabó a mediados de 2010, cuando engrosó la lista de piscinas cerradas —a ella pertenecen la de La Cebada, en Centro, que fue demolida, o la de verano de La Concepción, en Ciudad Lineal, que lleva sin agua desde 2007— de la ciudad.

La piscina era la joya del polideportivo, un edificio de más de 5.000 metros cuadrados construido en 1978. Sus más de tres décadas de actividad habían hecho mella en las estructuras: se desprendieron las bovedillas del techo de la piscina y se encontraron vigas oxidadas. Había que reformarla, concluyó el Ayuntamiento de Madrid. Los vecinos se quedaron sin centro deportivo. Iba a ser solo por unos meses, pero se convirtieron en dos años. Hasta ahora. La reforma está terminada y en el Consistorio están convencidos de que a primeros de septiembre, a punto para el curso deportivo, se podrá volver a nadar en la piscina olímpica.

La rehabilitación ha traído novedades: Chamartín se ha convertido en el primer centro deportivo municipal existente —los de nueva construcción ya han nacido externalizados— de gestión privada, lo que motivó una huelga y un encierro sindical. La empresa Carpa se llevó la adjudicación al ofrecer diez veces más de lo que pedía inicialmente el Consistorio: 300.000 euros al año. “Vamos a dar un servicio de calidad a precios municipales”, asegura el jefe de Marketing de Forus (la marca comercial), Fernando Pernas. El secreto de la rentabilidad con un canon alto y tarifas pequeñas es la frecuentación: muchas horas de apertura, muchas actividades, muchos abonados.

El centro pretende ofrecer mucho más que un polideportivo de barrio al uso. Tendrá sala de fitness de 600 metros cuadrados y cuatro salas para actividades dirigidas con nombres en inglés: Body balance, body pump, body combat, indoor walking, spinning... También pilates, yoga y tai chi. Habrá clases específicas para niños, jóvenes, adultos y mayores. Y posibilidad de alquilar canchas de baloncesto y fútbol sala en el enorme pabellón deportivo de la primera planta.

Como sucede en el resto de instalaciones de la red pública, los precios los fija el Ayuntamiento. La entrada de un adulto costará 4,45 euros (2,7 euros los niños y 1,35 los mayores), el abono de 10 usos, 38,25 euros; el abono mensual con dos clases dirigidas por semana, 26 euros... El Consistorio tiene previsto subirlos considerablemente el año que viene. El centro ofrecerá fisioterapia, centro médico deportivo y una zona spa. Abrirá de 7:00 a 23:00 de lunes a viernes, de 8:00 a 21:00 horas los sábados y de 08:00 a 15:00 horas los domingos.

La reforma de Chamartín ha costado cerca de 4,3 millones de euros (660.000 del Fondo Estatal de Inversión Local) y ha dejado irreconocibles muchas zonas del viejo polideportivo. El graderío de la piscina se ha demolido y en su lugar han aparecido nuevos vestuarios y una zona de descanso que, a falta de cafetería, albergará las máquinas de venta de bebidas y comida. El vaso se ha impermeabilizado con material cerámico de color blanco, en lugar del azul habitual para el fondo. Es, junto con otra en Carabanchel, la única piscina municipal cubierta de dimensiones olímpicas, lo que ocasionó algún problema durante la rehabilitación: hubo que volver a picar un lado porque el grosor de las piezas cerámicas le había restado unos milímetros a los 50 metros reglamentarios. En verano, la empresa tiene previsto habilitar un solarium al que se accederá a través de los ventanales de la piscina.

Después de múltiples fechas previstas que no se cumplieron, el Consistorio está a punto de entregar la obra acabada a la concesionaria. Chamartín se suma así otras aperturas recientes, como Escuelas Pías (Centro) o la piscina cubierta de La Concepción.