López convoca mañana a su Consejo Asesor para tratar el futuro del empleo
La ponencia de Aralar y el ‘caso Gil’ marcan el regreso del ‘lehendakari’ de India
El lehendakari, Patxi López, ha convocado para mañana al Consejo Asesor para asuntos socioeconómicos, integrado por una veintena de relevantes personalidades de ese ámbito, tanto empresarios propiamente dichos, como altos directivos de las principales compañías vascas y dos representantes de las centrales CC OO y UGT.
La reunión estará centrada en una reflexión sobre el futuro del empleo en la comunidad autónoma, partiendo de la base del acuerdo que alcanzaron Confebask, CC OO y UGT a finales de año. Será, junto con el consejo de gobierno que presidirá hoy y con los tres plenos del Parlamento que se celebran esta semana (dos ordinarios, uno de ellos solo para decidir si se constituye la ponencia propuesta por Aralar y el de control) la parte pública de la agenda de su regreso a la actividad ordinaria tras el viaje a India
Esa reincorporación, iniciada ayer con su intervención en un desayuno informativo en Madrid y la asistencia a la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE, está marcada de modo innegable por la polémica del ya denominado caso Gil, que afecta a su cuñado y vicesecretario del PSE-EE en Vizcaya, Melchor Gil. Nadie niega la preocupación, ni en el partido ni el Gobierno.
Los grupos eluden interpelar a López sobre su cuñado en la sesión de control
Ayer se conoció que este y su esposa, propietarios de un chalé en Castro que costó más de 800.000 euros —no pueden justificar con sus ingresos la mitad de los pagos, 419.000 euros— viven desde 1993 en un piso de protección oficial. Aunque esa situación no supone ilegalidad alguna, sí acrecienta la fealdad del asunto de cara a la opinión pública. El proyecto de Ley de Vivienda que tramita el Ejecutivo prevé despojar de las viviendas de protección oficial, obligando a venderlas al Gobierno a su precio original, a quienes tengan ingresos de más de 100.000 euros anuales. Ni el dirigente socialista ni el PSE-EE como tal —más allá de voces como la del diputado Odón Elorza, que pidió el domingo “aclarar a fondo” la cuestión y “parecer honrado además de serlo”— tienen intención de decir “nada que no hayamos dicho ya”. Tampoco cuentan con emprender ninguna actuación, en tanto no hable la Fiscalía o haya un cambio en las circunstancias, que no esperan.
A la Fiscalía se remitió ayer el lehendakari, a cuenta de la afirmación del presidente del PP, Antonio Basagoiti, quien señaló que él habría puesto “de patitas en la calle” a cualquier dirigente en la situación de Gil que no hubiera ofrecido explicaciones. López indicó que su cuñado las ha dado ya ante la Fiscalía y dijo que espera que el caso “se resuelva cuanto antes y con todas las consecuencias”. Respecto de la filtración del caso de su cuñado dijo lo mismo: también eso quiere que “lo resuelva la Fiscalía cuanto antes”.
Sorprendentemente, entre las iniciativas de control que ayer presentaron los grupos parlamentarios para el pleno del viernes, y que hoy visarán la Mesa de la Cámara, y la Junta de Portavoces, no hay ninguna relacionada con esta cuestión, que coloca al lehendakari en situación tan incómoda y delicada. Ni el primer grupo de la oposición, el PNV, que está pidiendo cuentas en declaraciones de sus dirigentes, ni sus socios del PP, que hacen lo propio, han querido trasladar el asunto a la tribuna parlamentaria.
La otra cuestión que afecta a López y que se dirime, esta sí, esta semana, es la constitución de la ponencia que negocia el grupo de Aralar con los demás hace semanas. El lehendakari dijo que espera un acuerdo “de aquí al jueves”. López ve en ese foro un modo de evitar que los que apoyaron a ETA “ganen la batalla política. No debemos permitirlo”, instó. La negativa expresa de estos a acudir allana la incorporación del PP. En contra de la propuesta juega la presión de la dirección de Aralar sobre su grupo parlamentario.
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