_
_
_
_

Sevilla rescata su pasado mudéjar

El Ayuntamiento abrirá al público el palacio de los Marqueses de la Algaba

Margot Molina
Primera planta del palacio de los Marqueses de la Algaba, en Sevilla.
Primera planta del palacio de los Marqueses de la Algaba, en Sevilla.PÉREZ CABO

Sevilla no es solo barroca. Para demostrarlo el Ayuntamiento de la ciudad abrirá las puertas de uno de sus monumentos civiles más representativos del mudéjar: el palacio de los Marqueses de la Algaba, ubicado a las espaldas del mercado de abastos de calle Feria. El edificio, que la Gerencia de Urbanismo rescató de la ruina in extremis al expropiarlo en 1985, se convertirá en Centro de Interpretación del Mudéjar a finales de este año y albergará parte de la colección arqueológica del Consistorio.

El palacio de los Marqueses de la Algaba es un edificio con una imponente portada y una torre del siglo XV que se transformó en palacio renacentista a principios del XVI, pero al que el mestizaje tan propio del mudéjar le dejó una profunda huella.

"Entre abril de 1943 y febrero de 1962 el Museo Arqueológico de Sevilla recibió en depósito una colección arqueológica municipal con 4.272 piezas. La colección es conocida solo por el tesoro del Carambolo, que afortunadamente ya no está en la caja de seguridad de un banco y se exhibe en el Arqueológico, pero es mucho más rica. Lo que haremos será exponer algunas de esas piezas en el palacio de los Marqueses de la Algaba, la selección la está haciendo Fernando Amores entre las obras que están en el almacén. No se retirarán las piezas que forman parte del discurso museográfico del Arqueológico", explicó el lunes el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido.

El nuevo centro albergará piezas arqueológicas de la colección municipal

El alcalde, que se ha propuesto "poner en valor todo el patrimonio histórico y cultural de la ciudad", ha reubicado a las delegaciones del Ayuntamiento que ocupaban el edificio para despejar dos de sus salas más nobles en la primera planta que albergarán alrededor de medio centenar de piezas mudéjares.

El Centro Mudéjar contará también con una sala de conferencias y ofrecerá un programa de conciertos en el patio. "La zona del patio se acondicionará para conciertos igual que se hace en verano en el Real Alcázar; pero, atendiendo a los programas, también se podrán ofrecer dentro del palacio", apuntó Zoido, quien adelantó que todo se irá poniendo en marcha en función de la "disponibilidad de presupuesto". A saber: 18.000 euros para el acondicionamiento de la salas, 6.000 euros para la edición de un libro con 2.000 ejemplares sobre la historia del edificio y 3.000 euros para el proyecto museográfico.

La rehabilitación recuperó las partes mudéjares y las renacentistas

Además, el nuevo centro pondrá en marcha el recorrido por cuatro iglesias mudéjares de la zona: San Marcos, Santa Marina, Omnium Sanctorum y San Gil.

Pero, sin duda, la mejor pieza del futuro Centro Mudéjar será su propio contenedor que ha tenido una vida muy azarosa desde que, en el siglo XVI, el señor de la Algaba decidió construir un gran palacio en el terreno en el que entonces se alzaban un palacio mudéjar del XV, de proporciones más modestas que el actual, y 11 casas. De esa construcción se conservan hoy la portada principal y la torre.

"El palacio mudéjar era de Diego Mejía, casado con una Padilla, una familia que era también propietaria de las casas de Dueñas y Pilatos. Ellos, venidos a menos, se lo vendieron al señor de Guzmán y hasta 1800 fue propiedad de los marqueses de la Algaba, emparentados con la casa de Alba. Fue la propia casa de Alba la que vendió el palacio en 1822 y entonces comenzó su declive, una situación que empeoró cuando se convirtió en casa de vecinos", explica Alfonso Pleguezuelos, catedrático de Historia del Arte.

"Cuando llegamos aquí esto estaba irreconocible. La maleza había crecido en el patio, se habían construido entreplantas de muy mala calidad, había tiendas adosadas a la fachada...", recuerda la arquitecta Cristina Sánchez Mendoza, quien ha dirigido el proyecto de rehabilitación del inmueble con la colaboración de Rafael Manzano.

Después de la larga obra realizada por la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento entre 1998 y 2005 en la parte noble, que incluye la torre mudéjar con una majestuosa bóveda de arista, y que se prolongó hasta 2008 para levantar ex novo una parte dedicada a oficinas, y de un periodo de uso administrativo, el palacio pasará a formar parte del patrimonio cultural de Sevilla.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_