Adónde vas con el Donbás
Ese topónimo se formó con los nombres de una cuenca y de una región, por lo que no tiene sentido el artículo masculino

La región de Ucrania denominada Donbás está alcanzando gran importancia en los últimos tiempos, pues Rusia aspira a quedarse con ese territorio en un hipotético acuerdo de paz.
El topónimo se mantiene por ahora en español conforme a la transliteración exacta desde el ucranio: letra por letra; y no mediante la adaptación del sonido completo de la palabra como solemos aplicar al transcribir nombres escritos originalmente con el alfabeto cirílico (el inventado por san Cirilo en el siglo IX). Así que, al menos por ahora, escribimos esa n delante de b que no pronunciamos como tal (a un hispanohablante le resultará casi inevitable tornarla en una eme). Sucede lo mismo con Canberra, la capital australiana, pero en este caso no hay transliteración porque compartimos con el inglés el alfabeto latino. Tal vez algún día un uso más frecuente haga que escribamos “Dombás” y “Camberra”, si pasamos a considerarlos ya como topónimos del español.
Las transcripciones desde otros alfabetos suelen ser fonéticas, para que así las digamos de la forma más parecida al original. Por eso los medios en inglés escriben “Kharkov” y nosotros “Járkov”, para que la pronunciación termine siendo la misma en ambos casos. Si ellos escribieran “Jarkov” interpretarían esa j inicial como si se tratara de nuestra y (griega): Yárkov; es decir, con arreglo a la correspondencia entre su fonética y sus grafías.
Pero aparte de todo eso, podemos plantearnos qué pinta el artículo “el” delante del nombre de esa región.
La denominación “Donbás” se formó a partir de dos palabras escritas en cirílico: “Donetsk”, nombre del río que pasa por allí como el Pisuerga pasa por Valladolid, y “Baséin”, la cuenca que lo alberga (por tanto, “Donetski baséin”: la cuenca del Donetsk). De ese modo, se funden en una palabra las sílabas iniciales de ambos sustantivos, para crear así “Don-bás”. O sea, más o menos como si nosotros abreviáramos la Ribera del Duero en “Ridué” (espero que no triunfe esta idea). Pero en español tanto “región” como “cuenca” concuerdan en femenino, lo que quita sentido al artículo “el” cuando decimos “el Donbás”. ¿De dónde sale entonces esa construcción?
Empezaron a hablar de “el Donbás” los escasos políticos españoles que están en contacto con otras lenguas y que abordaron la reivindicación rusa. (Yo se lo oí por primera vez a José Manuel García Margallo, exministro de Exteriores). Y de ahí lo habrán tomado quizás los periodistas.
El origen primigenio se halla seguramente en el francés, idioma en el que muchos nombres geográficos (aunque no ciudades y pueblos) sí necesitan el artículo en determinadas situaciones sintácticas (“vive la France”, “j’ai visité l’Espange”…). Y en el que “bassin” (cuenca) es masculino. Eso ha tenido influencia a su vez en inglés, aunque ocasionalmente: “Why is The Donbas important for Ukraine to keep?” (“¿Por qué es importante para Ucrania conservar El [o La] Donbás?”. Portal Sky News, 18 de agosto). Este uso, por cierto, también contraviene las reglas del inglés, pues a las regiones no les precede artículo, salvo que este forme parte del nombre mismo.
La locución “el Donbás” se ha colado además en la página oficial del Ministerio de Exteriores español, en el texto que se refiere a la invasión de Ucrania por Rusia, pero con cierto margen para contentar a todo el mundo: en solo seis líneas de distancia, una vez aparece con artículo y otra sin él. O sea, un ni pa ti ni pa mí. A lo mejor proponen al autor para participar en las negociaciones.
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