James Rhodes: “En otra vida, habría sido delantero del Betis”
La galería Blanca Berlín de Madrid acoge la exposición ‘James Rhodes, fotógrafo’, una mirilla abierta a la faceta más desconocida del pianista y escritor
James Rhodes (Londres, 1975) es pianista, escritor y ahora, también, fotógrafo. Hasta el 18 de mayo, la galería Blanca Berlín de Madrid acoge la exposición James Rhodes, fotógrafo, una mirilla abierta a la faceta más desconocida del artista.
¿Cómo se introdujo en la fotografía? Cuando llegué a España, me di cuenta de que estaba visitando tantos rincones increíbles del país dando conciertos que quería encontrar una manera de recordarlos para siempre, para que cuando sea mayor y mire hacia atrás tenga algo concreto que contemplar. Entonces compré una cámara y comencé a llevarla conmigo de gira. Me volví adicto al instante, hasta el punto de que ahora nunca salgo de casa sin una cámara.
¿Cómo se ponen en relación la música y las imágenes? Hay una cita erróneamente atribuida a Goethe que dice que la arquitectura es música congelada. Siento que las fotos, de manera similar, son recuerdos congelados. Forman una banda sonora del mundo que habitamos y de las vidas que vivimos.
¿Cuál es el mejor halago que ha recibido por su trabajo? Como músico, fue cuando Grigori Sokolov (mi héroe) escuchó una actuación mía y me dijo que sentía que yo tenía algo interesante que decir. Como escritor, una reseña de Rosa Montero que fue (para mí excesivamente) generosa. Como fotógrafo, Isabel Muñoz viniendo a mi exposición y diciendo cosas lindas de mis fotografías. Todo inesperado.
¿Y el más extravagante? La mujer más hermosa que he conocido leyendo mi libro Instrumental y, a su debido tiempo, accediendo a casarse conmigo.
¿Cuál es el último libro que ha leído y le ha gustado? El negociado del yin y el yang. Estoy un poco obsesionado con Mendoza. También acabo de releer El guardián entre el centeno. Sigue siendo un libro alucinante.
¿El que tiene ahora mismo abierto en la mesilla de noche? Un breve libro de poemas de Elvira Sastre. Me calma antes de dormir.
¿Uno que no pudo terminar? No creo que sea cortés decir eso.
¿Su película favorita de todos los tiempos? Imposible comprometerse con solo una. Pero Relatos salvajes estaría entre mis tres primeras.
¿Una que vuelve a ver una y otra vez? Chaplin. Robert Downey Jr. ofrece una actuación literalmente perfecta.
¿Cuál fue la última serie que vio del tirón? Hierro. Soy un gran admirador de Jorge Coira y este es uno de los mejores programas que he visto en mucho tiempo. Idem, Nos vemos en otra vida. Inolvidable.
¿Qué canción escogería como autorretrato? 19 días y 500 noches.
¿Cuál suena en bucle en su cabeza? Cualquiera de las 32 sonatas de Beethoven. No me dejarán en paz.
¿Cuáles son sus tres músicos de referencia? Martha Argerich, Charly García, Teodor Currentzis, el mejor director de orquesta vivo.
¿Y sus tres fotógrafos? Ramón Masats, Elliott Erwitt, Alan Schaller.
¿En qué museo se quedaría a vivir? Los Uffizi, obvio.
¿Cuál es la librería más bonita del mundo? Daunt Book en Marylebone, Londres o El Ateneo, en Buenos Aires. O Shakespeare & Company, París.
¿Cuál es el suceso histórico que más admira? La liberación de Auschwitz.
¿Qué encargo no aceptaría jamás? Cualquier cosa que no me dé alegría ni chispa. Tengo 49 años y no tengo el chichi para farolillos.
¿Qué está socialmente sobrevalorado? La cantidad de seguidores en las redes sociales. Es como dinero de Monopoly.
En otra vida, ¿qué trabajo habría desempeñado? Delantero del Real Betis Balompié. Y pichichi.
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