Así nació la primera ‘nueva izquierda’
Un ensayo rastrea la historia del Frente de Liberación Popular, un grupo antifranquista que impulsó el diálogo entre el cristianismo y el marxismo con militantes que no vivieron la Guerra Civil
A finales de los años cincuenta y durante la década de los sesenta del siglo pasado surge en España el primer grupo de oposición al franquismo, compuesto por la primera generación de hombres y mujeres que no había vivido la Guerra Civil. Ese grupo fue el Frente de Liberación Popular (FLP), conocido popularmente como el Felipe. Sus componentes provinieron mucho más de la universidad que del mundo del trabajo, y trataron de competir con la única oposición real de aquellos años, el Partido Comunista de España (PCE). El Felipe, fundado en 1958 por el diplomático Julio Cerón, ofreció una nueva visión del socialismo al calor de las transformaciones de la izquierda en países como Francia e Italia, del ejemplo que daban los movimientos guerrilleros latinoamericanos (sobre todo la Cuba de Castro y el Che Guevara) y de la crítica al intervencionismo soviético en Hungría y Checoslovaquia.
Esta es la historia que desarrollan Cristian Cerón y Francisco Lara, de la Universidad de Málaga, fruto de una investigación sobre la presencia del FLP en Andalucía. Cómo unos cientos de militantes alentaron a una formación que fomentó la crítica y la reflexión (hasta extremos que, al final, supusieron su desaparición). Su principal aportación a la historia del antifranquismo será, sin duda, la educación política de un numeroso grupo de cuadros que a partir de los años setenta, una vez desaparecido el FLP, protagonizarán la transición de un régimen cerrado a una sociedad abierta, y se incorporarán a otros partidos del centro y de la izquierda (UCD, PSOE, PCE, LCR, PTE…). El centenar largo de nombres de militantes del Felipe que son citados en el libro han sido partícipes, en su mayor parte, de los sucesivos gobiernos de la nación, la academia, comunidades autónomas y ayuntamientos, medios de comunicación, despachos de abogados… en el último medio siglo.
En 1958, en la iglesia de San Antonio de la madrileña calle de Bravo Murillo se constituye el FLP, con la presencia de poco más de media docena de ciudadanos entre los que están Julio Cerón y los sociólogos Jesús Ibáñez, Ignacio Fernández de Castro y Luciano Rincón. Se articuló inicialmente casi como un grupo de amigos, partidarios del diálogo entre el cristianismo y el marxismo, que atrajo a una parte de los hijos de los vencedores de la Guerra Civil; tenía carácter de frente y no de partido para que en su seno cupiesen más sensibilidades, y pretendía dar una alternativa a la vieja izquierda española, monopolizada por el heroico PCE, situándose teóricamente a la izquierda de los comunistas al unir la palabra socialismo a la de revolucionario.
La historia del FLP va unida a la historia de sus “caídas” ante la policía. Este primer Felipe duró apenas un año, el tiempo en que su grupo dirigente tardó en dar con los huesos en la cárcel. Paradójicamente, la prisión sirvió para publicitar su existencia. Ese FLP fue la expresión de la toma de conciencia de una nueva generación de católicos progresistas, en buena parte influenciados por Emmanuel Mounier.
La segunda fase del FLP comienza con la aparición de un nuevo núcleo de dirigentes (Nicolás Sartorius, Ángel Abad, Francisco Montalvo, Juan Tomás de Salas, José Luis Leal… y, sobre todo, Ignacio Fernández de Castro, al que la policía consideraba el “jefe supremo”). En este periodo, el marxismo se va haciendo poco a poco hegemónico en la organización y, en una primera fase, crece la ensoñación de crear un foco guerrillero en España. Algunos de los citados viajan al exterior intentando encontrar ayuda para ello. En 1963 se celebra el primer congreso del frente, que lo define como una “organización revolucionaria, socialista, laica y no dogmática”. Son federalistas.
La última etapa del Felipe comienza en 1965 y durará hasta su desaparición cuatro años más tarde. Desde su inicio hay una fuerte tendencia que quiso abandonar la opción frentista y convertirse en un partido marxista-leninista tradicional. Se olvidaron de la lucha armada y su actividad se enfocó en la nueva realidad social, económica y cultural de España: la conquista de las libertades políticas. Son los años en los que los nuevos teóricos de la izquierda europea comienzan a poner en duda el carácter revolucionario de la clase obrera. André Gorz, los componentes vivos de la Escuela de Fráncfort (Horkheimer, Adorno, Habermas) o el marxismo de Henri Lefebvre. Estos debates tuvieron gran repercusión en el devenir de la organización, que poco a poco se fue desprendiendo de los últimos rasgos del catolicismo inicial, calando las posiciones marxistas-leninistas y trotskistas como anticipos del crisol que hará hervir al FLP. Se estaba preparando lo que luego sería el duro enfrentamiento entre distintos grupúsculos que lucharán por la hegemonía hasta el estallido final de la organización durante los meses de mayo y julio de 1969. Poco antes, había sido asesinado por la policía el joven Enrique Ruano, militante del Felipe.
Lamentablemente no ha quedado ningún archivo oficial del FLP. Los autores han tenido que lidiar con archivos privados, testimonios escritos y orales de los militantes y algunos libros sobre el frente escritos anteriormente. Esta metodología descompensada se nota, en ocasiones, en el libro; sin embargo, el conjunto es pedagógico y sirve para emerger una parte de la lucha antifranquista, escasamente conocida por las jóvenes generaciones.
El Frente de Liberación Popular (Felipe)
Autores: Cristian Cerón y Francisco Lara.
Editorial: Catarata, 2022.
Formato: tapa blanda (288 páginas. 19 euros) y e-book (euros).
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