Melissa, un huracán ‘de manual’ en tiempos de crisis climática
Meteorólogos advierten de que la intensidad mantenida del ciclón es una respuesta al aumento de la temperatura del mar. “El calor funciona como combustible”, señalan


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A ningún caribeño le sorprende la llegada de huracanes en octubre. En Cuba, hace días que se lanzaron los mensajes de alerta temprana, identificó zonas vulnerables y preparó un plan de reubicación en el oriente de la isla; Jamaica cerró sus aeropuertos, evacuó obligatoriamente a la población más expuesta y habilitó refugios masivos... Pero, el huracán ‘Melissa’, que ha sido calificado por la Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas (OMM) como “la tormenta del siglo para Jamaica” incluso antes de golpear este territorio caribeño, ha obligado a extremar los adjetivos superlativos.
“No hay territorio que pueda salir indemne de un fenómeno de esta magnitud”, lamentó Rodney Martínez, representante de la OMM para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe. El ciclón, que pasó de categoría 1 a 5 en la escala Saffir-Simpson, en escasas 48 horas, ha hecho que el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) sea muy tajante con la población en las últimas horas. “¡Esta es la última oportunidad para proteger tu vida!”, publicó en la red social X. Pero para los expertos, Melissa es un huracán “de manual” en tiempos de crisis climática.
Los huracanes se forman sobre aguas cálidas del océano, normalmente con una temperatura superior a 26,5 °C. Este calor es la energía principal que alimenta al sistema, que luego se condensa y libera la temperatura en forma de tormentas o huracanes. “Cuando llegó cerca de Jamaica, la superficie oceánica era de 30 grados, incluso hasta los 100 metros de profundidad. Era una olla de agua caliente y eso es combustible para los huracanes. Por eso estalló así”, explica por teléfono José Rubiera, meteorólogo cubano especialista en huracanes.
La ciencia ha probado en sendos estudios que el calentamiento del planeta por las emisiones de gases invernaderos agrava los ciclones: aumenta las lluvias, los vuelve más lentos en trasladarse de un lugar a otro y potencia su intensidad.
Y aunque hará falta un estudio de atribución para ver en qué medida el cambio climático inyectó la potencia del huracán Melissa, los expertos consultados por América Futura no dudan de que este ciclón es una prueba de la nueva norma de los ciclones en esta era de la emergencia climática. Se esperan preocupantes precipitaciones e inundaciones en Jamaica. El huracán estaba, en la mañana del martes ,trasladándose apenas a 11 kilómetros por hora, y los vientos prácticamente se triplicaron en 48 horas (pasaron de 112km/hora a casi 300). La rapidísima intensificación del ciclón lo convierte en uno de los 10 más fuertes de los que se tienen registro históricamente. “La naturaleza normalmente no acepta sistemas tan extremos durante tanto tiempo y hace fluctuaciones”, explica Rubiera. “Pero en el caso de Melissa no ha sido así y eso se debe sin lugar a dudas al cambio climático”.
Martínez coincide. “Hay una clara vinculación entre calentamiento y lo que estamos viviendo”, dice el ecuatoriano. “Cuando los políticos se desligan de la ciencia, cualquier comentario negacionista es válido, pero en medio de la ignorancia, se están perdiendo muchas vidas”. Esta es la segunda temporada de huracanes con mayor intensidad, desde que se tienen registros.
Un antes y un después en Jamaica
Se espera que el huracán Melissa deje un golpe durísimo para Jamaica. Si bien ambos expertos aplauden la gestión de la sociedad, el sistema de alerta temprana de las autoridades y la tecnología implicada en el monitoreo de la isla, aseguran que no alcanzamos a dimensionar aún el impacto que tendrá. “Este ciclón pondrá a prueba la preparación de la población, la resiliencia de la infraestructura y el sistema de alerta del país”, anuncia Martínez. “Afectará muchísimo a la economía. Sin duda, habrá un antes y un después de Melissa en Jamaica”.
La Cruz Roja estima que afectará directamente al menos a 1,5 millones de jamaicanos y Unicef calcula que cerca de 1,6 millones de menores están en riesgo en el Caribe. “Todos los esfuerzos de preparación para la llegada de un huracán son vitales para mitigar los daños y la pérdida de vidas en las comunidades más vulnerables, especialmente en regiones como el Caribe”, insistió Roberto Benes, director regional para América Latina y el Caribe en un comunicado.
Durante la última década, aproximadamente 11 millones de personas, incluidos casi 4 millones de niños, niñas y adolescentes, se han visto afectados cada año por desastres naturales y provocados por la acción humana en América Latina y el Caribe.
Lo que más preocupa a los expertos es el propio terreno montañoso de Jamaica. Su paisaje fomentará que las fortísimas precipitaciones y el aumento del nivel del mar generen inundaciones “de altísimo calibre” que tendrán consecuencias “catastróficas”. El recuento de lluvia actual posiciona a Melissa como un ciclón más fuerte de lo que fue Katrina, que dejó más de 1.300 muertos en 2005, y muy cerca de la magnitud de Milton, que dejó a más de 2 millones de personas sin luz y miles de evacuados en 2024. Hasta el mediodía, en la isla, se habían reportado 3 fallecidos por el huracán.
Rubiera insiste en que Melissa “no termina aquí”. Se espera que después de que toque tierra en Jamaica, se trasladará al oriente de Cuba. El reconocido meteorólogo augura que el paso por su isla será más debilitado y que el ciclón cruce algo más rápido que por Jamaica.
Pero todos los preparativos son pocos. El jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Tom Fletcher, ha anunciado que se destinaran 4 millones de dólares (3,4 millones de euros) del fondo de respuesta para emergencias de las Naciones Unidas a Cuba, en apoyo de medidas preventivas para 170.000 personas “antes de que llegue la tormenta” y la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) anunció a mediodía que desconectará de forma “controlada” dos de sus siete centrales térmoeléctricas y una de fuel, ante la previsión de que sean impactadas por el huracán. “Vamos a tener que irnos preparando para cada vez más Melissas”, zanja Rubiera.
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