“En Perú, las personas que toman decisiones viven de espaldas al resto del país”
Xabier Díaz de Cerio, un periodista vasco afincado en Lima, publica ‘Abecedario climático peruano’, un libro que retrata la biodiversidad del país y la crisis ambiental global
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“Las palabras, como las estrellas, son luces que nos guían”, dijo el periodista vasco Xabier Díaz de Cerio el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, durante la presentación del libro ‘Abecedario climático peruano’ (Penguin Random House). La obra es un compendio de 254 páginas coloridas, magníficamente diagramadas y bien escritas, que recoge 112 palabras que retratan la situación climática del Perú. Pero que además acogen las historias ―reporteadas también por otros periodistas― de campesinos, cocineros, líderes indígenas, mujeres y jóvenes que luchan y comunidades que cuidan su biodiversidad. No es un diccionario, sino el testimonio de un vasto recorrido por un país que es clave para entender la emergencia climática mundial y para contenerla.
En las oficinas de su empresa, Fábrica de Ideas, un búnker donde cocina libros, vídeos, infografías y otros productos, América Futura conversa con este español que, en sus propias palabras, hace más de 25 años recorre el Perú en su estado líquido, sólido y gaseoso.
Pregunta. ¿Por qué un abecedario?
Respuesta. Porque es una manera fácil de acceder al contenido. Tiene muchas letras y es muy variado. Eso te permite mostrar un país multicultural y biodiverso de una manera fácil, rápida, lúdica.
P. El libro no se queda en el preciosismo de los lugares, incluye mucho a la gente.
R. Es que es fundamental. En el libro aparece gente conocida, pero otra anónima, que está con nombre y apellido. Está alguien como Mario Vargas Llosa y también Celedonia Huamaní, que es una mujer agricultora, especialista en la selección de granos de maíz.
P. El abecedario va de la sierra, a la costa, a la selva, recoge palabras en quechua, en aimara. ¿Cómo se acomoda eso en su cabeza o en su ser ambiental respecto del Perú?
R. Inicialmente, pensamos hacer una palabra por letra. Pero con 27 palabras no llegábamos a mostrar la complejidad del Perú. Ni todos los acentos en el sentido más amplio del término. Entonces comenzamos a llenar una pizarra de palabras y llegamos a más de 180, de las cuales nos quedamos con 112. Es un número cabalístico, además. Es el número de emergencia en toda Europa. El libro es un llamado a la emergencia climática.
P. ¿Siente que el Perú está en una emergencia climática?
R. Sí, claro. Naciones Unidas determinó que hay 11 aspectos que muestran la vulnerabilidad de un territorio. El Perú tiene 9 de ellos. Por otro lado, es un país súper rico a nivel natural. Tiene muchos tesoros naturales. Hay varias cosas por las que, a nivel climático, es un jugador mundial importante. Es el primer país en agrobiodiversidad del planeta.
P. La cantidad de variedades de papa que hay acá es impresionante. Más de 4000.
R. Además de la papa, la quinua, el maíz. Esta parte del arco andino ha sido uno de los nueve lugares donde nació la agricultura en el mundo. Es el segundo país del mundo en bosques amazónicos, el noveno país en superficie forestal y el cuarto en bosques tropicales. El 70% de los glaciares tropicales están en el Perú. Todos esos factores influyen en el clima a nivel global. Si hay una pérdida de bosques, eso va a influir; si hay una mejora en la conservación, eso también va a influir, positivamente. Es un país que ha marcado muchos goles en la cancha climática.
P. ¿Cuáles?
R. La agrobiodiversidad y la gastronomía son fundamentales para el tema climático. Acaban de crear una papa que tiene 50% más de hierro que el resto de las papas. Esto puede ayudar a combatir la anemia. Si tú tienes 4.000 variedades de este tubérculo, tienes un tesoro. También hay granos andinos muy variados.
P. La quinua, la cañihua…
R. Nosotros los hemos llamado los cuatro fantásticos: la quinua, la kiwicha, la kañiwa y el tarwi. Son cuatro granos andinos sin gluten, originarios del Perú. Este país ofrece grandes posibilidades para la alimentación y para la cocina.
P. A la vez, en el libro incluye el término ‘inclusión’, lo que sugiere que ve la crisis ambiental como un problema que tiene aristas científicas, sociales, políticas.
R. El tema ambiental no solo es ‘ambiental’. Es económico, social, político. La inclusión es fundamental porque las mujeres y los jóvenes no están incluidos en las decisiones cotidianas del día a día de sus comunidades. Las mujeres, por ejemplo, tienen una mirada mucho menos cortoplacista respecto al agua. El hombre piensa en el agua para producir la cosecha de ese año. No importa si su comportamiento no es sostenible. La mujer ve más allá.
P. En el abecedario también figuran hechos recientes, como el ciclón Yaku, que golpeó al Perú el año pasado.
R. Nosotros siempre estamos como cosiendo con un hilo el pasado y el presente. Hablamos del fenómeno El Niño a través de un sitio arqueológico que tiene 3.800 años de antigüedad, y que está a orillas del Pacífico, como es Vichama, al norte del país. Allí se encuentran huellas de un evento climatológico extremo convertido en arte. Es la misma zona donde ocurrió el ciclón Yaku. Este libro habla de identidad, de conocimiento, de actualidad, de historia, de arqueología, de ciencia, de gastronomía. Que es un poco ese cajón de sastre que es el Perú.
P: ¿Le parece que el Perú es un ‘cajón de sastre’ o un ‘cajón desastre’?
R. El Perú es un cajón de sastre, porque tiene de todo. Y a veces es un ‘cajón desastre’. Tiene muchísimos problemas, pero a la vez muchísimas oportunidades, precisamente por todo su conocimiento ancestral y su cultura viva. Una cultura viva que va a permitir que el Perú tenga respuestas para el país, pero también respuestas hacia afuera.
P. Para el mundo…
R. Por supuesto. Esto es lo que se lama glocal.
P. Pensar globalmente, actuar localmente.
R. Así es. Hay técnicas como la siembra y cosecha de agua, que aparecen en el libro, y que se están exportando. Las hermanas Machaca, a quienes nosotros entrevistamos, han estado dando talleres en Costa Rica sobre esa técnica.
P. Y, sin embargo, cuando un candidato presidencial dijo que el agua se podía cosechar, mucha gente se mofó de él. Ese candidato luego fue presidente: Pedro Castillo.
R. Bueno, lo que pasa es que estamos ante una parte del país que es invisible. Existen muchas brechas, se habla de cerrarlas. Pero mientras estas se cierran tiene que generarse un diálogo. Lamentablemente, las personas que toman decisiones viven de espaldas al resto del país. Hace poco ha salido una cifra sobre el aumento de la pobreza en el Perú.
P. Ya llega al 29%, casi un tercio de la población.
R. También salió una encuesta de Datum en El Comercio, que habla de que el 31% de los jóvenes hubieran preferido nacer en otro país. Entonces hay un problema de autoestima, que tiene que ver con un gran desconocimiento. Es decir, algunas personas conocen lo malo, pero nunca se han acercado a conocer las cosas positivas.
P. Las páginas del libro destilan preocupación, pero a la vez cierta esperanza.
R. Siempre hemos buscado basarnos en el ‘periodismo de soluciones’. Hablamos de los problemas, pero intentamos enfocarlos desde las soluciones. Hay cosas que están mal, sí. Pero vamos a hablar de esas cosas a partir de experiencias que han encontrado soluciones.
P. También se valora, en las páginas del abecedario, el liderazgo de las personas.
R. Eso es fundamental. Hay mucha gente que es líder. Me acuerdo de Ruth Buendía, que ganó el Premio Goldman, que es lo que llaman el ‘Nobel Verde’. Las personas son líderes en su comunidad y pueden serlo en su familia.
P. Tiene 25 años viviendo en el Perú. ¿Por qué se quedas?
R. Porque estoy enamorado de la cultura viva que tiene este país. Porque me ha permitido desarrollarme profesional y personalmente. A mí me pasó algo alucinante. Vinieron mis padres. Estábamos en el Cusco, en Chinchero, y de pronto mi padre desapareció. Lo encontramos hablando con un señor que estaba con un burro, en una zona donde había viento y aventando trigo para que cayera el grano. Mi padre hablaba castellano y el señor quechua ¿Cómo se comunicaron? Bernardo Atxaga, un escritor vasco, decía que en realidad los kimonos, las polleras, las txapelas, son la parte folclórica de las cosas. Pero que, si tú rascas un poquito, en el 95% estamos hablando de sentimientos, de personas. Eso es algo universal.
P. ¿Eso es lo que ha encontrado en el Perú y haciendo este libro?
R: Claro. Cuando me fui con la fotógrafa Cecilia Larrabure a un pueblito llamado Collurqui, en Apurímac [sierra sur del país], me di cuenta de que se parecía mucho al pueblo de mi padre, en Navarra. Pero es que yo he vivido en un pueblo como este, me dije. Claro, no había un cóndor. Pero un pequeño pueblo de los Andes se comporta igual que un pueblo de Navarra. El acercarte a ciertas personas para entenderlas, es una manera de entenderte a ti mismo.
P. ¿Qué le puede dar el Perú al mundo para salvarnos del espanto climático?
R. Es uno de los 19 países megadiversos. Por otro lado, creo que existe muchísima solidaridad. Tú vas por la sierra y que exista tal variedad de alimentos se debe a que hay ferias de semillas donde la gente no es mezquina con lo que tiene y lo ofrece todo. También hay técnicas que en otras partes se han perdido, porque parecen obsoletas, pero en el Perú, a veces debido a la pobreza, se mantienen y son parte de una cultura viva.
P. Todo eso le toca de manera muy intensa.
R. La relación con el campo, con la naturaleza, con el medio ambiente, o con los ecosistemas, es muy cercana. No debemos darle la espalda a lo que tenemos metido dentro de nuestro ADN. Lo ven los psicólogos: vamos al campo y nos sentimos bien. Y no es solo por los servicios ecosistémicos que ofrece el campo. También es por la contemplación paisajística.
P. ¿Es lo que ha tratado de plasmar en este abecedario?
R. Sí. Es una manera de mostrar nuestro viaje a más de 150 lugares del país, de haber recorrido como 70.000 kilómetros en el Perú, y de poner en valor este viaje que comenzó hace casi 20 años. Que no termina y que espero no termine nunca.
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