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En colaboración conCAF

Comunidades amazónicas alertan de un plan para construir una carretera que afectará a pueblos en aislamiento de Perú

La municipalidad distrital de Megantoni quiere crear un camino que está a menos de 200 metros de distancia de la Reserva Territorial Kugapakori, Nahua, Nanti y otros

Defensa de la Amazonia peruana
Julio Cusurichi y Jhomar Maynas en una protesta contra Ley Antiforestal en Lima (Perú), el 6 de marzo.Candy Sotomayor
María Mónica Monsalve S.

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La historia de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y en contacto inicial de la Amazonia peruana ha sido de resistencia. Han esquivado la invasión de la economía cauchera, escapado de las expediciones que los querían raptar para convertirlos en sirvientes y, más recientemente, entre los años 80 y 90, se han visto presionados por las cuadrillas de madereros ilegales que entran a sus territorios para extraer sus recursos. Incluso, se han enfrentado a proyectos de petróleo y gas. Todas estas razones llevaron a que en 1990 Perú creara la Reserva Territorial Kugapakori, Nahua, Nanti y otros (RTKNN), una superficie de 443.887 hectáreas, ubicadas entre los departamentos de Cusco y Ucayali, que buscaba blindar y proteger a estos pueblos de los peligros que trajeran actores externos. Sin embargo, según denuncias elevadas por organizaciones indígenas de la región, la posible construcción de un camino colindante a este área podría no solo exponerlos, sino aumentar la deforestación en la zona.

Cuenta Julio Cusurichi Palacios, integrante del Consejo Directivo de Aidesep, una organización indígena peruana que representa a 64 pueblos amazónicos, que, aunque la propuesta de construir esta carretera la hizo la municipalidad distrital de Megantoni en 2019, solo hasta hace algunos meses los indígenas locales escucharon sobre el proyecto. Lo que buscan hacer – comenta - es construir un camino de 44.840 kilómetros de largo por cuatro metros de ancho para unir a Vista Alegre Mishahua con el Alto Mishahua. Pero con esta carretera, insisten los indígenas, serían varios los riesgos que surgirían.

Indígenas ashaninka armados con rifles, arcos y flechas, obligan a un camión maderero a dar vuelta, en abril de 2023.
Indígenas ashaninka armados con rifles, arcos y flechas, obligan a un camión maderero a dar vuelta, en abril de 2023.Franklin Briceno (AP)

El que más temen es que el último tramo del camino propuesto está a menos de 200 metros de la RTKNN, lo que “podría facilitar el acceso a actividades ilícitas en la zona y, como consecuencia, aumentar el riesgo de contacto con los grupos aislados voluntariamente y en contacto inicial”, dicen. Incluso, en dos cartas abiertas que escribieron a las autoridades, firmadas por Aidesep, la Coordinadora Regional de los Pueblos Indígenas de Aidesep-Atalaya (Corpiaa), y el Consejo Machiguenga del río Urubamba (Comaru), exponen el mismo argumento: “lejos de traer desarrollo para la zona, la construcción de esta carretera solo traerá más invasiones masivas a la reserva, más actividades de tala ilegal, deforestación a gran escala, narcotráfico y más graves amenazas para los hermanos que viven en la reserva”.

Una carretera a través de una sección dañada por la minería ilegal en Madre de Dios (Perú), en 2018.
Una carretera a través de una sección dañada por la minería ilegal en Madre de Dios (Perú), en 2018.Rodrigo Abd (AP)

Y es que la deforestación es otro de los temas que más les preocupa. Desde 2021 hasta 2023 se han registrado 2.318 hectáreas de bosque deforestadas alrededor de los cinco kilómetros de influencia de la ruta propuesta. La llegada de una carretera, podría empeorar el panorama. “Parecería que todo esto hace parte de una estrategia que busca el acaparamiento de la Amazonia”, agrega Cusurichi, quien también recuerda que hay una pista clandestina a tan solo seis kilómetros de distancia del último tramo de la propuesta de carretera.

Además, reitera, antes de elevar la solicitud del proyecto ante el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace), entidad que debe dar la licencia ambiental y el visto bueno para que efectivamente se pueda construir el camino, la Municipalidad Distrital de Megantoni nunca les consultó a las comunidades indígenas sobre lo que tenía en mente.

América Futura se intentó contactar tanto con la Municipalidad Distrital de Megantoni como con Senace pero no recibió respuesta de ninguna de las entidades. Sin embargo, a través de la información que le ha llegado a Aidesep, se sabe que Senace clasificó el camino como categoría II, es decir que necesita un estudio de impacto ambiental semidetallado y no uno detallado, como esperaban que sucediera desde la organización indígena, ya que es más completo y riguroso.

“La municipalidad nos dice que el objetivo de crear este camino es para unir a las comunidades de Alto Mishahua con sus áreas de producción agrícola, pero esto tiene consecuencias importantes. No solo es que la deforestación pueda conllevar a mucho más calentamiento del planeta, sino que los pueblos indígenas podrían desaparecer”, agrega Cusurichi.

De hecho, en un primer documento que la Dirección General de Derechos de los Pueblos Indígenas del Ministerio de Cultura de Perú le envió al Senace, como respuesta a una solicitud técnica que el último le pidió, también dejan claro que el camino, que según sus cálculos estaría a 160 metros de la Reserva, podría ser riesgoso para las comunidades aisladas. Señalan que, aunque el área donde se va a ejecutar el proyecto no se superpone a la RTKNN, “sus áreas de influencia ambiental directa e indirecta sí se encontrarían superpuestas a la reserva”. Sugieren entonces modificar “el tramo final del camino vecinal”.

Una zona deforestada en Puerto Moldonado (Perú), tras la construcción de una sección de la carretera interoceánica, en 2007.
Una zona deforestada en Puerto Moldonado (Perú), tras la construcción de una sección de la carretera interoceánica, en 2007.Brent Stirton (Getty Images)

En un segundo documento, en el que responden a la modificación que hizo la municipalidad y en la que aparentemente el área de influencia del camino ya no se superpone con la reserva, el Ministerio de Cultura aclara de nuevo que la municipalidad no lo hizo con sustento técnico, “es decir, no se ha presentado la metodología utilizada”.

Aunque el proyecto, por ahora, no es una certeza, las comunidades siguen lanzando la alarma. El pasado 20 de marzo, durante una convención que se hizo en la municipalidad provincial La Convención – y según informó el medio local Info Megantoni - Jessica Mahuantiari Piñarreal, secretaria de la Mujer y Juventudes de Comaru, dijo que las carreteras lo que han traído hasta ahora son personas foráneas, colonos, y que, con ello, su cultura está desapareciendo. Dentro de las comunidades no hay mucha fe de que el camino propuesto en Megantoni sea la excepción a esta regla.

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Sobre la firma

María Mónica Monsalve S.
Periodista de América Futura en Bogotá, Colombia. Antes trabajó en El Espectador. En 2020 fue ganadora del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Máster en Cambio Climático, Desarrollo Sostenible y Políticas de la Universidad de Sussex (Reino Unido).
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