Coomagua: la cooperativa que está frenando la deforestación de las selvas del Guaviare a través de la forestería comunitaria
Contra viento y marea, esta organización campesina apuesta por la protección de la Amazonía mediante la forestería, una innovadora forma de explotación planificada y sostenible de los bosques, considerada por expertos como la estrategia más exitosa para su fin. En cinco años, han recuperado biodiversidad en su territorio y esperan pronto cosechar 2.000 toneladas anuales de frutos exóticos
Olmes Alonso quiere heredarles una tierra productiva a sus hijos para que, después de estudiar, no se queden “lamiendo paredes”, como se refiere a la idea de que las nuevas generaciones abandonen sus bosques para mudarse a la ciudad. Esa es una de las motivaciones del presidente de Coomagua, la Cooperativa Multiactiva Familias del Chiribiquete, en el corregimiento de El Capricho, Guaviare, así como de las 97 familias campesinas que la conforman. Su propósito es doble: hacer productivos dos frutos exóticos, el seje y el açaí –de los que esperan cosechar 2.000 toneladas anuales–, y salvaguardar la Amazonía, el tesoro natural más importante de la humanidad.
Estas familias, ubicadas en siete veredas del corregimiento, le han apostado no solo a la productividad sostenible de sus bosques, sino también a un cambio de cultura, como explica Hermides Moreno, representante legal de Coomagua: “Esta es una de las zonas que cuenta con más acuerdos voluntarios de conservación con el Ministerio de Ambiente, los cuales fueron suscritos hace cinco años. Estamos comprometidos ciento por ciento con esta causa y la mejor prueba es que, durante este periodo, hemos logrado que nuestra región sea la menos deforestada en el noroccidente de la Amazonía”.
Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo de Colombia (FCDC) –que ha acompañado el proceso de Coomagua– y gran conocedor de las dinámicas de la Amazonía, se refiere a esta cooperativa como uno de los proyectos más visionarios que existe para la protección del pulmón verde. “Los resultados arrojados por los sistemas de monitoreo local del Ideam han certificado la reducción de la deforestación en esta parte de la Amazonía”, explica Botero. “Algo maravilloso es el monitoreo sonoro, pues el canto de las aves es identificatorio; es decir, nos permite determinar, según las especies que hemos escuchado, que la biodiversidad de la zona se ha ido consolidando a través de los corredores biológicos creados por las familias, y esto permite el tránsito de las especies, por ejemplo, entre Chiribiquete y la Macarena”.
El reto de ser guardianes de un ecosistema privilegiado vino tras la firma del Acuerdo de Paz de La Habana. En ese momento, ante la necesidad de sustituir cultivos ilícitos, muchos campesinos de la región deforestaron para dedicarse a la ganadería y otras prácticas agresivas con los bosques, en un intento por sobrevivir. “Coomagua es una experiencia pionera en la recuperación de la selva. Solo la transición a la forestería garantiza la sostenibilidad de estas tierras y el sustento de estas familias en el marco de la legalidad”, enfatiza Botero.
Coomagua tiene un permiso de la Corporación Regional Ambiental del Guaviare para explotar el bosque durante 10 años, y alcanzar el sueño de las 2.000 toneladas anuales de acaí y seje. Sin embargo, lograr esta meta no ha sido fácil. Esperaban producir una primera cosecha de 500 toneladas en 2024, pero dos factores hicieron que solo pudieran llegar a 200 kilos: la variabilidad del clima y la acción de las disidencias de las FARC.
“Nos enviaron un comunicado diciendo: ‘No se puede hacer esto’. Entonces, nos tocó ir a buscarlos para explicarles nuestro proyecto”, afirma Alonso. “Todo ha sido con diálogo hasta ahora, porque nunca nos han amenazado, pero como estos frutos solo tienen una oportunidad al año, mientras el diálogo surtía efecto, la cosecha se perdió”.
Sin embargo, si algo se aprende en la selva es a abrir camino, así que con esos 200 kilos de cosecha viajaron a la COP16, la cumbre global sobre biodiversidad de Cali. Estuvieron en la Zona Verde –el espacio abierto al público general– con sus aceites, jabones, pulpas y otros productos, para ir ganando experiencia en temas de comercialización y exportación.
Además de la forestería, Hermides Moreno explica que Coomagua acoge dos proyectos productivos más: el primero son siete viveros –de los cuales cuatro cuentan con certificación del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA)–, en los que se cultivan especies de plantas maderables. El segundo es un proyecto de abejas meliponas, que no tienen aguijón y producen una miel de grandes propiedades curativas, en el que trabajan 11 familias.
El proyecto de conservación sostenible está atrayendo a nuevas comunidades, pues campesinos de 11 veredas más, que colindan con el Parque Nacional Sierra de La Macarena, entrarán a la producción de frutos del bosque que lidera Coomagua. “La FCDC nos ha hecho el acompañamiento técnico y hay una continuidad en los procesos para que las comunidades no se sientan solas y comprendan que hay un propósito con la forestería comunitaria”, explica el presidente de la cooperativa.
Pero los retos no dan tregua, pues mientras los grupos armados ilegales ponen palos en la rueda, la burocracia empapela el camino. “El proceso para obtener los permisos de aprovechamiento de los bosques por parte de la Corporación Regional Ambiental del Guaviare se demoró año y medio”, explica Moreno. “Nos lo dieron en octubre de 2023 y, en noviembre, un mes después, nos enviaron la primera factura por 13 millones de pesos, como si ya estuviéramos produciendo y comercializando las toneladas proyectadas”. El problema es que, si no pagan, la corporación dice que no les puede expedir los salvoconductos para cosechar, por lo que están en conversaciones con la autoridad ambiental para resolver la situación.
“Muchos hablan de medioambiente entre paredes y con aire acondicionado, pero quienes nos ponemos las botas para trabajar todos los días por la conservación somos los campesinos”, concluye Olmes Alonso, quien invita a un intercambio de sabidurías entre las entidades gubernamentales, los grupos armados y los habitantes de la región para que apoyen este proceso que ya está dando resultados reales: el renacer de los bosques, el retorno de las aves en las zonas donde revive la biodiversidad y la producción sostenible de los frutos que ofrece de la Amazonía.
*Apoyan Ecopetrol, Movistar, Fundación Corona, Indra, Bavaria y Colsubsidio.
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