Como el roble sobrelleva la sed
Qué pena desperdiciar la vida, esta vida nuestra tan brillante, breve y única, en obsesionarnos con lo que no tenemos
Qué pena desperdiciar la vida, esta vida nuestra tan brillante, breve y única, en obsesionarnos con lo que no tenemos
El lodo invadió durante las horas más dramáticas de la dana cuartos de estar, dormitorios, cocinas, baños…, y cuando el nivel del agua volvió a bajar, dejó marcado en las paredes de las casas la altura máxima que había alcanzado. “Hasta aquí llegó el agua”, era la frase más repetida. Estas imágenes fueron tomadas los días posteriores en Paiporta
Los lectores desconfían de los medios que algún medio les dice que no son de confianza
Las guerras son el cáncer de la humanidad. El infierno en la Tierra. Y todo para nada. Para nada
Una humillación añadida a la dificultad de acceso a la vivienda es lo que tiene de condena a la provisionalidad
Decía Elie Wiesel, superviviente del Holocausto, que lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia