_
_
_
_
COLUMNA
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘Los que van a morir’: Nadie se ha tomado en serio esta película

La recién estrenada serie del director Roland Emmerich es un pestiño sin interés, aquejado por la desidia en la planificación

Those About to Die
Anthony Hopkins, en la serie 'Those About to Die'.
Jimina Sabadú

Roland Emmerich es un director especializado en películas sobre divorciados que salvan el mundo. La amenaza puede ser extraterrestre (Independence Day), mutante (Godzilla), climática (El día de mañana), un cuerpo astral (Moonfall) o una profecía maya (2012). De acuerdo, quizás no todos sus protagonistas estén divorciados; a algunos les ha dejado la novia. Como Emmerich suele escribir sus guiones, sabemos qué clase de material le hace vibrar como para activar artillería y fanfarria de gran superproducción. Incluso en una película en apariencia tan ajena a él como Anonymous (sobre la identidad de William Shakespeare) supo desenvolverse como si cada línea del guion fuera trascendencia pura. Nada en él es verista. Todo es artificio, incluso en sus primeros filmes (El secreto de Joey y El secreto de los fantasmas) se ve el afán de replicar los grandes éxitos de Hollywood. No diré que es un gran director, pero desde luego sí es uno muy solvente, con una notable capacidad para hacer cine entretenido.

Por esto es difícil entender por qué su recién estrenada serie (Those About to Die) sea un pestiño sin interés, aquejado por la desidia en la planificación y por un guion que sortea cualquier oportunidad de resultar interesante. Todo está correcto en esta serie. El vestuario, el casting, los efectos especiales, la música, los personajes… pero todo nos da exactamente igual. El argumento es lo bastante sugerente como para hacer una buena serie con la excusa de los gladiadores y las apuestas, pero atufa a guion escrito siguiendo al pie de la letra todas esas normas de escritura cinematográfica que hay que saber saltarse para hacer algo que enganche.

Los proyectos empiezan en el guion, y si este no tiene algo de magia, el desinterés se apodera de todos los implicados, empezando por los productores, que miran el dinero, y las plataformas, que miran el engagement. La molicie se contagia de unos a otros y llega al momento en el que todos piensan que, bueno, el proyecto no es para tanto y no pasa nada si todos lo dejamos morir entre todos. Cuando se pregunten por qué nadie dio la voz de alarma en tal o cual película, tengan claro que es uno de esos casos en los que el dinero estaba ahí y, ya puestos, había que gastárselo como fuera. No había que salvar el mundo esta vez, solo hacer una serie entretenida. Lástima que la vagancia haya sido más potente que cualquier cataclismo.

Puedes seguir EL PAÍS Televisión en X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jimina Sabadú
Columnista en la sección de Televisión. Ha colaborado en 'El Mundo', 'Letras Libres', 'El Confidencial', en programas radiofónicos y ha sido guionista de ficción y entretenimiento. Licenciada en Comunicación Audiovisual, ha ganado los premios Lengua de Trapo y Ateneo de Novela Joven de Sevilla. Su último libro es 'La conquista de Tinder'.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_