Del lápiz y papel a la ‘tablet’: así es el nuevo ‘Cifras y letras’, que regresa 28 años después a La 2 con la mirada puesta en la inteligencia artificial

El nuevo plató de Cifras y letras está repleto de tabletas electrónicas. En su mesa ya no está el gigantesco tomo del diccionario de la RAE. En los 28 años que han pasado desde que se emitió el concurso por última vez en La 2, el lápiz y el papel han quedado prácticamente abandonados. El programa regresa a TVE este lunes por la noche. No es que las herramientas analógicas estén prohibidas en este juego de vocabulario y cálculo mental, pero las nuevas tecnologías ayudan a que el programa sea más interactivo.

Aitor Albizua sustituye a Elisenda Roca, la recordada presentadora del programa durante los años noventa, antes de que el concurso viviera una segunda vida en las cadenas autonómicas. El vasco es ya un experto en este género. Se encargó en ETB de otro mítico concurso, Lingo, y luego dio el salto a las tardes de La 1 con otro formato de preguntas y respuestas, El comodín. Cuando el periodista nació, en Arrigorriaga (Bizkaia) hace 32 años, Cifras y letras ya estaba en emisión en España. Ha sido consciente de lo importante “de su componente nostálgico, de lo arraigado que estaba en la memoria de la gente”, al ver cómo han reaccionado los espectadores en redes sociales cuando se anunció su regreso, explicaba este viernes en el plató del programa.

“Asumo que habrá comparaciones con la versión anterior, pero vamos a aprovechar lo positivo, la buena crítica que tiene el formato, para darle un revulsivo y adaptarlo al 2024. No podemos olvidar que ni la sociedad de los noventa ni la televisión de entonces son como las de ahora″, defiende el presentador.

El nuevo Cifras y letras, producido por RTVE en colaboración con Atomis Media-Prime Time Media, tiene una duración de 30 minutos (de 21.30 a 22.00). Busca un ritmo más vivo que el resto de concursos diarios. Y crear hábito en el espectador, para que se pase por La 2 cada noche, como hace el milagroso Saber y ganar en las tardes de la cadena, obteniendo en esa franja más del doble de cuota de pantalla que su media diaria. Para que la audiencia regrese cada noche, esta vez el concurso tendrá una prueba final —12 palabras sobre un mismo tema— y un bote acumulado. Y no habrá límite de permanencia para los participantes. La ganadora o ganador de la noche permanecerá en competición hasta que sea eliminado. De momento, la productora ha firmado por 60 emisiones, que equivalen a 15 semanas con emisiones de lunes a jueves en La 2.

En la mecánica clásica solo había dos sencillas pruebas: lograr en un tiempo determinado un número entero natural (del 101 al 999) o acercarse lo más posible con seis números y operaciones aritméticas elementales. En la parte de lengua, los concursantes se alternaban para pedir una vocal o consonante, hasta un total de nueve letras. Con ellas tenían que formar, de nuevo en pocos segundos, la palabra más larga posible sin usar ninguna letra más de una vez. En caso de error por parte del concursante, los puntos que habría obtenido se adjudicaban directamente a su adversario.

En esta nueva versión se combinarán estos dos retos con nuevos juegos, relacionados con la cultura general o con la resolución de complejas operaciones matemáticas. Son pruebas que ya han sido testadas. A pesar de su prolongada ausencia en la cadena pública, sus responsables tienen como referencia al original francés, Des chiffres et des Lettres.

El espacio creado por el guionista y productor Armand Jammot se emite desde 1965 de forma ininterrumpida en el canal público France Télévisions y se ha ido adaptando paulatinamente a los nuevos tiempos, explica Isabel Raventós, productora ejecutiva de Atomis Media. “Nuestra idea es incorporar la nueva tecnología e incluso la inteligencia artificial cuando podamos”, avanza. Su intención es crear una aplicación para el móvil, quizá al estilo del célebre Wordle, para que el público pueda buscar la palabra más extensa posible con las letras disponibles. Pero sin olvidar la esencia original del formato que Jammot le resumió en su día en tres conceptos: “entretener, participar y aprender”, recuerda la productora.

Expertos y ‘youtubers’

Con la mirada puesta en dos generaciones, Albizua está acompañado por dos expertos, como en su día lo estaba Roca. Pero esta vez son dos estrellas de YouTube con solvente formación académica: la divulgadora lingüística Elena Herraiz (Linguriosa) —que consultará las dudas a través del diccionario en línea de la RAE— y David Calle (Unicoos), ingeniero de comunicaciones que desde hace años utiliza internet como herramienta pedagógica. Ambos logran millones de visualizaciones explicando el uso del vos en América Latina o cómo se hace una matriz inversa.

Los dos expertos destacan que tanto el reto lingüístico como el matemático al que se enfrenta esta nueva generación de concursantes es doble, ya que los teléfonos móviles, que cuentan con calculadoras y buscadores, nos han hecho perder agilidad mental en estos dos ámbitos.

“Pero, por otro lado, gracias a la tecnología, ahora siempre vamos a saber cuál es la palabra más larga posible”, cuenta Herraiz, “Y ese tiempo que se gana se emplea en buscar más información sobre la palabra, para dar al público un valor añadido”, completa Calle. “A pesar de todo, sigue habiendo concursantes muy rápidos en cálculo mental y que llegan muy preparados. Son capaces de completar operaciones matemáticas muy complejas en cuestión de segundos. Van a dejar al espectador con la boca abierta”, comenta el experto en números del nuevo Cifras y letras.

El concurso se plantea como una alternativa en la programación televisiva en una franja que ha cobrado especial relevancia para los canales en los últimos años. En su horario, Cifras y letras coincidirá con la última parte del Telediario 2 de La 2, el final de Antena 3 Noticias y el comienzo de El hormiguero, una parte de First Dates en Cuatro, el final de Informativos Telecinco y el arranque de ¡Allá tú! en Telecinco y parte de El intermedio en La Sexta. Es un horario en el que la lucha por la audiencia es ardua en otros canales y en la que La 2, con su enfoque alternativo y fuera de la lucha encarnizada por la audiencia de los canales comerciales, ahora ofrece una opción que combina cultura y entretenimiento.

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