‘El encargado’, la comedia negra oculta en el catálogo de Disney+ que es un fenómeno en Argentina
Guillermo Francella protagoniza la serie sobre las artimañas del turbio portero de un edificio para no quedarse sin trabajo
Hace 29 años, ocho meses y 17 días que Eliseo es el encargado de un edificio de clase alta de Buenos Aires. No solo controla quién entra y sale del bloque y recoge los paquetes para sus vecinos. También se encarga del mantenimiento, ayuda con pequeñas chapuzas… Es el hombre de confianza del lugar. Pero Eliseo tiene dos caras, la sonriente y amable que muestra por delante, y la oscura y turbia que se desvela por detrás, la que sabe demasiadas cosas sobre los inquilinos. Jekyll y Hyde en versión portero. Ahora, el presidente de la comunidad de vecinos tiene como proyecto estrella construir una piscina en la azotea, lo que supondrá derruir la casa de Eliseo y, lo que es peor, sustituirle por un servicio de limpieza para ahorrar costes.
Los cineastas Mariano Cohn y Gastón Duprat son los responsables de El encargado (Disney+), serie cuya primera temporada de 11 capítulos de media hora se ha convertido en todo un fenómeno en Argentina y otros países de Latinoamérica y que suma adeptos en España gracias al boca a boca. Cohn y Duprat, que a principios de año estrenaron la película Competencia oficial, con Antonio Banderas y Penélope Cruz, despliegan un tono muy particular, a medio camino entre la comedia negra y el suspense, en una trama en la que Eliseo, habituado a chanchullos varios como cobrar comisión por los arreglos en el edificio o colarse en los apartamentos en ausencia de sus moradores, tratará de ganarse el favor de los propietarios para lograr que voten en contra de la piscina. Para ello, cualquier artimaña estará justificada.
Buena parte de la responsabilidad del éxito de la serie la tiene la brillante interpretación de su protagonista, Guillermo Francella (67 años, Buenos Aires). “Me encantó transitar este personaje desde lo interpretativo porque tiene esa mezcla de alguien empático y angelical y, de pronto, oscuro y diabólico a la vez”, dice Francella en conversación telefónica en un descanso del rodaje en Buenos Aires de la segunda temporada de la serie. Con su gestualidad y modo de hablar, convierte al espectador en cómplice de las maniobras y las verdaderas intenciones de su personaje, que permanecen ocultas para sus interlocutores en pantalla. “Como actor, me fascinó porque ante todo tiene un guion brillante, y cuando estás respaldado por una buena historia, todo es más sencillo”, se resta méritos Francella, que ya había trabajado con la dupla de creadores en la película Mi obra maestra (2018).
La mezcla de géneros y tonos de El encargado hace complicado definirla dentro de las categorías habituales. “Es comedia dramática, negra, pero tiene momentos de tensión, otros de mucho humor… Alguien la definió como oscuramente adictiva”, resume su protagonista. Francella, que durante la entrevista se interesa por la acogida de su serie en España, destaca que los datos de la plataforma Star+ en Latinoamérica han constatado, además del enorme éxito de esta producción, cómo los espectadores se han enganchado a ella: la enorme mayoría de personas que la empezaron, la terminaron. Quien entra en el mundo de Eliseo, no puede dejar de mirar.
Dar con el tono de la serie y del protagonista fue lo más complejo. “No había que subrayar nada, ni el humor ni la oscuridad. Era todo austero, con la mayor economía, pero de forma que en la mirada y el proceder de Eliseo el espectador vea todo. Fue un ejercicio muy interesante, un personaje que permite ir de una punta a otra. Esa búsqueda del tono llevó más de un mes de ensayos y lecturas, mucho tiempo palabra por palabra para optimizar cada parlamento”. Aunque no se inspirara en ningún portero en particular, Francella sí asegura haber visto actitudes como las de su personaje en los encargados que ha conocido. “De soltero vivía solo y me ayudaban mucho, porque soy muy inútil en todo lo relacionado con la luz, la fontanería… Hay gente divina, pero también he observado comportamientos de algún otro que, sin llegar a ser Eliseo, tenía mucho poder, más que los propietarios mismos”.
Protestas de algunos porteros
La acogida de El encargado en el gremio de porteros ha sido desigual. Mientras que muchos han celebrado la propuesta como la comedia que es, algunas asociaciones de encargados de edificios (trabajo mucho más habitual en Argentina de lo que lo es ahora en España) han mostrado su malestar por la representación que se hace de ellos. “No nos representa en lo más mínimo su violenta corrupción”, decía un comunicado del presidente de la agrupación de encargados. Francella encuentra esta polémica ridícula. “Nunca lo entendí, como si no pudieran descifrar lo que es ficción y realidad. El personaje del abogado que hace de presidente del consorcio, Zambrano, es un corrupto absoluto y ningún abogado se quejó”, dice el actor. “Nos decían que es un gremio que está muy estigmatizado y tienen miedo porque soy muy popular en Argentina y si cobra una comisión de un proveedor pueden sentir que todos son así… ¡Pero si es ficción! Si fuera un médico asesino, ¿todos los médicos son asesinos? Es una locura”, dice vehemente. “Pero todo esto terminó siendo publicidad gratis para nosotros. Yo camino por todos lados y los encargados salen y me levantan el pulgar cada dos metros, les encantó la serie”.
Con una trayectoria en la interpretación que supera las cuatro décadas, la popularidad de Guillermo Francella en Argentina es enorme. Aunque su hábitat natural es la comedia —es el protagonista de la sitcom Casados con hijos, ya terminada pero cuyos episodios llevan repitiéndose en la televisión de su país desde hace 17 años—, también ha explorado otros géneros en películas que viajaron fuera de Argentina como El secreto de sus ojos, El clan, la española Atraco o la mexicana Rudo y cursi. En El encargado ha podido explorar los dos universos, el más humorístico y el más oscuro. “Yo la comedia la amo con locura, pero tener este cóctel de ambas cosas… Me hice muy, muy, muy conocido en mi país con la comedia, pero siempre en mí estaba el deseo de poder tocar otra cuerda, que me convocaran directores para hacer cosas con mayor profundidad. Cuando tengo oportunidad de hacer comedia, soy el hombre más feliz del mundo, pero a la vez tenía ganas de que me pasaran esas cosas, ir a festivales, tocar otros géneros...”.
Ahora, Francella vive un momento muy productivo. Mientras graba la segunda temporada de El encargado (“no me dejan hacer spoiler, pero Eliseo será cada vez más poderoso, hay nuevos propietarios que lo cercan un poco y descubren cosas de él…”, avanza), prepara la adaptación en forma de obra de teatro de Casados con hijos y en abril estrenará la película La extorsión en HBO Max. “Estoy un poco cansado, no es la manera que más me gusta trabajar, me gusta trabajar más distendido. La primera temporada de El encargado me llevó cinco meses y medio, tenía que estar todos los días en rodaje, fue como filmar tres películas seguidas”, dice el actor. Asegura no tener asignaturas pendientes en su carrera, solo estar a la búsqueda de nuevos textos y retos. “Quizá algún texto clásico adaptado, que siempre me dicen que lo debería hacer y no lo he llevado a cabo. Pero no lo vivo como una asignatura pendiente”, remata.
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