_
_
_
_
Netflix
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El humor escandinavo requiere don de lenguas

El cómico islandés Ari Eldjár arranca risas exigentes con su monólogo ‘Pardon my Icelandic’. Una exótica apuesta de Netflix sobre los estereotipos y acentos de unos países nórdicos cultos y políglotas

El humorista Ari Eldjárn, en el monólogo 'Pardon my Icelandic'.
Ricardo de Querol

El cómico islandés Ari Eldjárn cuenta que en el colegio aprendió danés, español y francés. No cita el inglés porque su dominio se da por sentado en cualquier país escandinavo. Un danés y un sueco se entenderían cada uno hablando su lengua, pero lo común es que lo hagan en inglés, en el que ambos se sentirán más que cómodos.

El monólogo Pardon my Icelandic es una apuesta exótica de Netflix y funciona, aunque requiere cierta familiaridad con el inglés (sería del todo inviable un doblaje) y alguna curiosidad por la cultura nórdica. Eldjárn arranca bastantes risas con ese filón para el humor que son los estereotipos nacionales, en este caso de países poco explotados. Islandia es un país de 350.000 habitantes; sus hitos son una descomunal quiebra bancaria, una victoria ante Inglaterra en una Eurocopa y haber sido escenario de Juego de Tronos (“¿Qué se acerca el invierno? ¡Si nunca se ha ido!”). A los islandeses les cuesta creerse las series locales de ficción porque todos conocen a los actores. Les divierte que en las vecinas islas Feroe viva aún menos gente.

Ari Eldjárn pasa con ingenio de tópico en tópico. Parodia la forma de hablar de noruegos o finlandeses, incluso hace un chiste sobre cómo es el inglés en boca de los daneses. Lamenta que a Thor, el dios de la mitología nórdica, lo interprete en Hollywood un australiano, Chris Hemsworth, con su peculiar habla. Incluso suelta alguna broma en correcto español, nada de toreros, sino sobre lo bien que jugamos al fútbol.

Europa siempre fue Babel. Con Brexit y todo, el inglés se afianza como lengua franca. Los países pequeños, incluso si están lejos de todo en medio del Atlántico, tienen más incentivos para aprender idiomas, sí, pero ¿tantos y así de bien? Sería buena noticia que muchos españoles pudieran apreciar este humor políglota.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ricardo de Querol
Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_