Camisetas que corrigen la postura, sombreros con pantallas y otros inventos curiosos del MWC 2019

Pasear por los pasillos de la Fira de Barcelona durante el MWC es un continuo espectáculo. Entre taxis voladores y máquinas de café que imprimen fotografías en la espuma, unos robots de ZTE amenizan el congreso mundial de móviles con música compuesta por inteligencia artificial. Cada 10 minutos un androide toca con sus brazos robóticos las teclas de un piano mientras otro le acompaña con la batería y decenas de asistentes se arremolinan a su alrededor y graban con sus smartphones.

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Varias compañías aprovechan esta feria para demostrar al mundo que sus teléfonos son los más innovadores. Y los más resistentes. Empresas como Nomu tienen sus smartphones encendidos dentro de vitrinas llenas de agua. Mientras tanto, un empleado de la compañía Panzer Grass intenta llamar la atención de los asistentes dando martillazos a un teléfono que no se rompe. Esta compañía ha creado un cristal templado que protege a los móviles de cualquier caída o golpe.

A la carrera por fabricar el móvil más resistente, se una la de conseguir la mejor batería. Energizer ha presentado el Power Max P18K, un móvil con una de las baterías más largas del mundo. Es de 18.000mAh y aguanta hasta 50 días sin cargar en reposo. Hasta aquí, un dispositivo ideal. Pero su diseño aún tiene mucho que mejorar, pues esta especie de zapatófono tiene más de tres centímetros de grosor.

Algunos creadores de smartwatches también experimentan con nuevos diseños. Tener que acercarse el reloj a la boca para, por ejemplo, hablar por teléfono puede resultar muy incómodo. Una empresa coreana quiere acabar con este problema. Su smartwatch cuenta con una caja que se puede extraer del reloj y hace la función de auricular y micrófono al ponérselo en la oreja.

Otro de los diseños que más debate han suscitado en los últimos días ha sido el smartphone de Nubia. En un congreso marcado por una clara apuesta por las pantallas flexibles, la marca ha presentado un móvil plegable que se enrolla en la muñeca y que parece, en realidad, una especie de pulsera inteligente.

Royole, que ya presentó un smartphone plegable en el CES, ha ido más allá y ha llevado las pantallas flexibles a bolsos y ropa. En el MWC expone una camiseta y un sombrero con una pantalla que retransmite un partido de fútbol. Estas prendas ya se venden en China. El conjunto vale unos 1.400 dólares, mientras que la camiseta sola, 900. “Si le quitas la camiseta, se te queda en 890”, bromea Erik García, uno de los empleados en el stand.

Atos ha presentado su propia camiseta, a la que ha llamado Wearlumb. En lugar de contar con una pantalla, la prenda cuenta con diferentes sensores y ha sido diseñada para ser usada en el ámbito laboral con el objetivo de prevenir y ayudar a corregir la postura y así evitar daños en el futuro. Para quienes, aún así, tengan que ir al médico puede que la consulta cambie notablemente con la realidad virtual.

Ver en 3D cualquier órgano o hueso, meter la cabeza dentro de un cuerpo humano u observar por dentro y por fuera cómo bombea un corazón es posible con 3D Organon VR Anatomy. “Muchas veces no entendemos lo que nos dicen los médicos, pero con la realidad virtual pueden mostrarnos lo que nos explican para que lo comprendamos”, afirma un trabajador del stand. Algunos doctores de hospitales en Taiwan ya utilizan esta tecnología para explicar a sus pacientes los diagnósticos y en qué van a consistir determinadas cirugías.

La tecnología no solo ayuda en el ámbito de la la salud a los humanos. También puede mejorar el bienestar animal. El dispositivo Cat S61 cuenta con una cámara térmica que, según afirman sus creadores, permite detectar con un smartphone si una vaca tiene neumonía al medir la temperatura de sus orejas. “Al hacer esta medición en diferentes partes del cuerpo del animal, los ganaderos pueden también saber si sufre otras enfermedades o dolencias como una cojera”, explica una empleada mientras apunta con la cámara de su teléfono a la pata de una vaca de plástico gigante.

Minutos después, a escasos metros de este stand el espectáculo continúa. Mientras algunos asistentes derrapan por una especie de circuito con monopatines de Xiaomi, varios hombres realizan el ritual Haka, una danza tribal maorí que Orange ha aprovechado para retransmitir a través de una red comercial del 5G.