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El Gobierno francés desarrolla su propio sistema encriptado de mensajería

El proyecto, que busca proteger las comunicaciones internas, está todavía en fase de pruebas

Silvia Ayuso
Logo de la aplicación de mensajería encriptada Telegram
Logo de la aplicación de mensajería encriptada Telegram DADO RUVIC (REUTERS)

En plena oleada de desconfianza en las redes sociales por el uso masivo de datos personales con fines interesados, como la manipulación electoral, el Gobierno francés ha confirmado esta semana que está desarrollando su propio sistema de mensajería encriptado. El país que sigue prefiriendo ampliamente los “tradicionales” mensajes de texto (SMS) de móvil frente a alternativas más modernas y encriptadas como el WhatsApp —cuyo dueño, Facebook, está estos días en el punto de mira por el escándalo de Cambridge Analytica— quiere así ponerse a la vanguardia en lo que a protección de datos al menos al más alto nivel se refiere.

Aunque los avisos y mensajes con fuentes del Gobierno francés les siguen llegando a los periodistas por SMS o, hasta hace poco, por Telegram, sistema antaño favorito del presidente Emmanuel Macron, un pequeño grupo está probando un sistema propio, aunque por ahora con un alcance limitado.

“El proyecto se encuentra en su versión alfa, probado por una veintena de personas”, dijo EL PAÍS una portavoz de la oficina del secretario de Estado de “lo digital”, Mounir Mahjoubi, confirmando así una noticia adelantada por la agencia Reuters. El objetivo, agregó la fuente, es que este sistema sea desplegado en los gabinetes ministeriales y las administraciones “antes del verano”.

El objetivo declarado es contar con un sistema que no pueda ser controlado por otros países.

Tenemos que encontrar una manera de tener un servicio de mensajería que no esté encriptado por Estados Unidos o Rusia

“Tenemos que encontrar una manera de tener un servicio de mensajería que no esté encriptado por Estados Unidos o Rusia”, dijo a Reuters esta semana una portavoz ministerial. “Empiezas a pensar en la cantidad de filtraciones que pueden suceder, como hemos visto con Facebook, así que decidimos adelantarnos”, agregó. El sistema de mensajería WhatsApp fue adquirido por Facebook en 2014 y Telegram fue desarrollado por un ruso, Pável Durov, que huyó hace cuatro años de su país, que ha bloqueado este servicio.

El sistema de mensajería encriptado francés se basa en un código de fuente abierto —un modelo de desarrollo de software basado en la colaboración abierta, lo que permite detectar mejor los fallos—. Pero se ha usado un proveedor que ha “mejorado” dicho código de acuerdo con las necesidades especificadas por la Dirección Interministerial de lo Digital y del Sistema de Información y Comunicación del Estado (DINSIC) francés, de acuerdo con la información oficial.

Si bien las autoridades no descartan que en el futuro cercano también puedan usarlo los diputados y las autoridades territoriales, no se trata por el momento de un programa de uso masivo. “Hoy en día, los servidores no permiten que sea descargado por todos los franceses”, subraya la oficina de Mahjoubi. Tampoco es, al menos por ahora, un proyecto con miras más allá de las fronteras galas. “No hemos avanzado lo suficiente como para poder hablar de ello”, señalan ante la cuestión de si se prevé ampliar el proyecto a nivel europeo.

Según Reuters, pese a que Macron era hasta hace poco un ávido usuario de Telegram, el temor por una posible violación de la privacidad de los datos aumentó a comienzos de año y, desde entonces, una herramienta de la empresa de seguridad francesa Thales ha sido instalada en los teléfonos móviles de los trabajadores gubernamentales que impide el uso de WhatsApp o Telegram.

Las nuevas tecnologías son un ámbito muy querido por Macron, que quiere poner a Francia a la vanguardia de la inteligencia artificial. El presidente galo está empeñado también en combatir las noticias falsas distribuidas por las redes sociales, para lo cual está preparando incluso una ley propia para periodos electorales, en lo que va más rápido que el resto de Europa.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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