En diez años volarás en tu coche
Los creadores de los vehículos aéreos personales creen que se verán con normalidad en una década. La regulación es el principal escollo
"Recordad lo que digo: una combinación de avión y coche está de camino. Podréis reíros ahora, pero llegará". Esta premonición de 1940 es del gran creador del automóvil, Henry Ford, y está cada vez más cerca de cumplirse. Las fechas exactas varían, pero los expertos aseguran que en 10 años el coche volador habrá llegado al gran público. No serán solo un par de vehículos en el cielo, sino un verdadero desembarco. Hay muchas iniciativas en órbita, pero las más serias proceden de empresas europeas: alemanas y eslovacas. Aunque entran muchos factores en juego, el terreno técnico está superado. "Tenemos la tecnología necesaria desarrollada para hacer realidad los coches voladores. Ahora, lo más importante es conseguir una regulación y la aceptación del público", asegura a EL PAÍS Heinrich Bülthoff, investigador del Instituto Max Planck de Cibernética Biológica (Alemania) y fundador del proyecto My Copter.
Desde el DeLorean del profesor Doc, los coches voladores se han convertido en la gran idea de futuro de toda una generación. Y eso que el vehículo de Regreso al futuro no era de alta tecnología. Ahora, el objetivo de los creadores está puesto en coches autónomos volando por las avenidas, entre los edificios, sin atascos ni contaminación ni accidentes. "Vamos a cambiar el sistema de transporte. El suelo está saturado y en el aire tenemos mucho más espacio, suficiente para todos", describe Alexander Zore, investigador de E-Volo y uno de los directores del proyecto Volocopter.
El Volocopter es, de momento, el primer vehículo aéreo personal que ha efectuado un vuelo con una persona a bordo. Fue un trayecto de 20 minutos que se realizó en marzo de este año. Este vehículo no tiene la forma de un coche, sino más bien de un dron grande con capacidad para dos pasajeros. Pesa alrededor de 200 kilogramos y, aunque este es de momento un prototipo que se van a seguir mejorando, van a empezar a venderlo al año que viene por 300.000 euros. "De momento tiene ese precio porque son producciones muy limitadas. Cuando sea a gran escala, valoramos que puedan costar alrededor de 10.000 euros", explica Zore.
El vehículo de MyCopter oscilará entre los 30.000 y los 50.000 euros porque la tecnología que los hace posibles es muy cara, por lo que expertos como Bülthoff reconocen que no podrá ser asequible para el 100% del público general. "De todas formas, cuando se abra al mercado masivo los precios irán bajando. Estoy soñando con ello, espero que no pase cuando ya me haya muerto”, se ríe el profesor Bulthoff, ya retirado, que ha dedicado toda su vida a la investigación en este campo.
Coches voladores eléctricos y autónomos
El vehículo de ambos proyectos es eléctrico. Despega, se mueve y aterriza utilizando la fuerza eléctrica de los rotores que tiene situados en la parte superior. Aunque los dos modelos estarán disponibles también en formato híbrido: eléctrico y gasolina de combustible. "Por nuestra parte, lo ideal es que sean eléctricos, porque reducimos las emisiones y la contaminación de las grandes ciudades", considera Zore.
Sin embargo, el sistema eléctrico también tiene una clara limitación: la duración de las baterías. Ahora mismo, ninguno de los dos desarrolladores pueden asegurar más de 30 minutos de autonomía de la batería. "La duración de la batería es el elemento que más tenemos que mejorar. Porque ahora estamos bastante limitados. Creemos que en 10 años la capacidad eléctrica se habrá multiplicado", explica el investigador de Max Planck. Además añade: "En su batería estará la clave de su despegue masivo".
No todas las empresas apuestan por esto. En el caso de la compañía eslovaca Aeromobil, su idea de coche volador es exactamente eso: un coche que vuela. Un vehículo que se transforma de coche a avión, por lo que necesita conductor, que necesita pista de despegue y que funciona con gasolina. La empresa planea empezar a vender las primeras unidades en 2018 y ya ha hecho la primera prueba de vuelo con una duración de tres minutos.
Ambos desarrolladores ofrecen la doble posibilidad de que el coche sea autónomo o con piloto. Sin embargo, ponen en valor las ventajas de un vehículo aéreo completamente autónomo: "Estaría en comunicación permanente con el resto de los vehículos que están en el cielo. Esto proporciona una gran seguridad porque al saber exactamente y de forma actualizada la posición en la que se encuentran es casi imposible un accidente. Es la forma más segura de conducción", reflexiona Bülthoff. "Es nuestra gran oportunidad para mejorar el sistema de seguridad, porque empezamos a construir desde cero". Aun así, siempre debería haber un piloto en el vehículo que pudiera tomar el control.
Sin pista de despegue y muy fáciles de conducir
Aunque algunos de estos coches voladores no tiene forma exacta de coche, se consideran así porque será posible aparcarlos y despegar desde tu propio jardín. Es decir, estos vehículos aéreos personales no necesitan de pista de lanzamiento ni aterrizaje porque cuenta con la tecnología que les permite despegar en vertical. Este sistema es reconocido por los investigadores como uno de los más difíciles de conseguir y también uno de los más costosos. Pero, muy ventajoso. Tanto que el proyecto de MyCopter ha recibido 4,4 millones de euros de fondos públicos de la Unión Europea para contribuir al desarrollo de un sistema de transporte diferente para Europa. "El objetivo es que nos movamos así en el futuro".
Esta característica es vista por E-Volo como una de las más beneficiosas: "Al no necesitar construir carreteras ni edificios disminuye mucho su coste. También puede ser muy útil en países donde no haya infraestructura y en ciudades muy congestionadas como Shangai, Rio o México DF. De hecho ya hemos iniciado conversaciones con ellos".
Otro de los aspectos que los expertos creen que puede posibilitar la llegada de estos vehículos es lo fácil que será conducirlos, tanto como un coche. A diferencia de un helicóptero, estos tienen un manejo similar al de un dron grande, con cuatro controles básicos: arriba, abajo, derecha e izquierda. Mike Jump es ingeniero en la Universidad de Liverpool y ha desarrollado un simulador de vuelo para este tipo de vehículos que ya se está utilizando en MyCopter: "Nuestro sistema ha utilizado tecnologías de control para que pilotos sin experiencia de vuelo puedan aprender en poco tiempo, menos de cinco horas, cómo controlar y volar uno de estos vehículos". Estos simuladores no representan al 100% la experiencia real de vuelo, pero sí una gran parte ya que incluyen factores como falta de visibilidad o turbulencia.
El objetivo, conseguir una regulación
Después de todas las cuestiones técnicas, surge la misma duda: ¿Está preparada la población para ver coches voladores? "No, creo que no. Admitimos que mucha gente expresará sorpresa y también negación. Necesitaremos un período de transición", considera Bülthoff. Las recientes polémicas de drones chocando contra aviones o de accidentes de los coches sin conductor inquieta a la población sobre las tecnologías que están por llegar. "En el caso de los drones es que quizás todo haya ido demasiado deprisa y a la gente no le ha dado tiempo a aceptarlo, pero no creo que pase lo mismo con estos vehículos. Queremos demostrar que estas nuevas tecnologías también tienen sus beneficios".
Los desarrolladores instan a los Gobiernos a mantener la calma y apoyarles. Reconocen que el debate que abren drones y coches como el de Tesla es beneficioso para poner el foco en la necesidad de una regulación que controle el tráfico y funcionamiento de estos nuevos aparatos. El investigador de Max Planck asegura: "La regulación es absolutamente nuestro principal desafío. Hace falta tener una de la misma forma que los aviones tienen las suyas. Sería peligroso no tenerla". Aun así, añade que no van a poder volar por todas partes, hay zonas sensibles en las que no será posible, su espacio de vuelo sería el mismo que el del dron y siempre tendría que estar supervisado por controladores.
Con una fecha en mente: 2026, ¿dónde los veremos primero? Los expertos no se ponen de acuerdo. Mientras, el director del proyecto del Volocopter asegura que será Alemania, puesto que es allí donde ya han realizado el primer vuelo y donde van a seguir realizando el resto; Bülthoff tiene más esperanza en el continente asiático para el desembarco masivo, aunque en Europa y Estados Unidos pueden estar los primeros early-adopters, aquellos que tengan suficiente dinero. "No sé exactamente donde, pero llegarán y podremos decir: la tecnología consiguió esto".
Coche transformable: de la carretera al cielo
El prototipo de coche volador de la empresa eslovaca Aeromobil es completamente diferente. Quieren que sea exactamente eso: un coche que vuela. Su proyecto es de un vehículo transformable que conserva tanto cuatro ruedas como alas que se transforma de un coche a un avión. La empresa planea empezar a vender las primeras unidades en 2018.
A diferencia de los otros, este funciona enteramente con gasolina, por lo que la distancia que puede recorrer es mucho mayor, ya que tiene una autonomía de 700 kilómetros. Llega a tener una velocidad de 160 kilómetros por hora. Es decir, se podría salir por tierra desde un domicilio en Madrid, llegar hasta un aeródromo cercano a la ciudad, desplegar las alas y volar hasta Barcelona. Eso sí, para lograr el viaje es necesario contar con una licencia de piloto de avión ligero.
Sin embargo, el Flying Car, como le llaman en inglés, no puede alcanzar gran altura. Se eleva como máximo hasta 3.000 metros, ya que su cabina no cuenta con un sistema de presurización ni con suministro de oxígeno.
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