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Ciudades inteligentes, ciudades laboratorio

La iniciativa StartUp4Cities estimula las aplicaciones que buscan solucionar problemas cotidianos en las urbes

Camilo S. Baquero
Un autobus sin conductor recorre la feria 'Smart City Expo World Congress', que se celebra en el recinto Gran Vía de Fira de Barcelona del 17 al 19 de noviembre.
Un autobus sin conductor recorre la feria 'Smart City Expo World Congress', que se celebra en el recinto Gran Vía de Fira de Barcelona del 17 al 19 de noviembre. Marta Perez (EFE)

Ayudar a una persona con problemas de visión a disfrutar de un paseo más seguro. Hacer que un vecino sin empleo se encargue de repartir paquetes de correo. Saber dónde y cómo deshacerse de los desechos difíciles de clasificar. Y todo con el móvil. Estas son algunas de las soluciones que buscan una ciudad que las apadrine, aprovechando el Smart City World Congress que se celebra esta semana en Barcelona.

Una de las críticas más frecuentes a las smart cities -ese paradigma que reflexiona sobre cómo las tecnologías de la comunicación y la información pueden cambiar la gestión de la urbe así como ya cambió la vida de los humanos- es su alto coste económico y cierta desconexión con la realidad. Las Administraciones invierten miles de millones de euros para dotar a la ciudad de infraestructuras digitales que el ciudadano desconoce o simplemente no percibe. Buscar dar visibilidad a propuesta que tiene un impacto directo y que se hacen a la medida de las ciudades es la apuesta de StartUp4Cities, una iniciativa de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), su homóloga portuguesa RENER y Fundetec.

"La idea es crear una red de laboratorios urbanos", explica May Escobar, directora de Innovación de Fundetec. En muchas ocasiones los emprendedores no tienen cómo validar sus proyectos antes de comenzar a desarrollarlos o les puede resultar difícil la posibilidad de probarlos en un entorno real. StartUp4Cities logra poner sobre la misma mesa a ciudades y empresas para que evalúen los proyectos y éstos reciban ayudas que van desde la difusión hasta una mentoría por parte de un Ayuntamiento. O hasta cerrar un buen trato.

A la convocatoria de este año, la segunda que se realiza, se presentaron más de 100 proyectos de España y Portugal. Una veintena, los que llegaron a la final, se sometieron ayer un pitching o presentación rápida del negocio ante representantes de una cincuentena de municipios. Escobar explica que se trata de una manera de enfrentarlos a la vida de real de las condiciones a las que tiene que enfrentarse una compañía incipiente. Se considera que una start-up pasa a ser una pequeña o mediana empresa cuando ha comprobado la viabilidad de su modelo de negocio. “Validar las ideas en un corto plazo de tiempo puede ayudar a tener mayores posibilidades de éxito”, agrega la directiva de Fundetec.

Ciudades más accesibles

Mapp4All estuvo entre las cinco mejor valoradas. Es una app creada por la Fundación Equipara y que busca ser, en palabras de uno de sus creadores, Josep Esteba, “la Wikipedia de la accesibilidad”. El programa recoge todo tipo de puntos de interés de las ciudades, desde museos hasta dependencias municipales, que son accesibles para personas con movilidad reducida. Para su elaboración confluye información proveniente tanto los ficheros abiertos de varios Ayuntamientos sobre el tema como la que construyen los mismos usuarios. Todo siempre certificado por un equipo de documentación.

“Estas propuestas son de coste cero para las administraciones pero les da un gran valor intangible e inclusivo”, asegura Ana Puertas, cofundadora de DisabledPark, la start-up que ganó la primera edición, el año pasado. Esta app, también dirigida para personas con movilidad reducida, ya tiene geolocalizadas unas 25 mil plazas de estacionamiento para este colectivo en todo España. Puertas, que tiene una discapacidad física, cuenta que la idea surgió cuando fue de visita a una ciudad y no encontró dónde aparcar y nadie sabía explicarle dónde había una plaza para ella.

“Ya hemos hecho una prueba en Rivas Vaciamadrid, haremos otra en Santander y Ayuntamientos como el de Madrid y el de Zaragoza nos han enviado los datos de sus plazas de aparcamiento para movilidad reducida”, asegura la co creadora de DisabledPark. No es el único proyecto que ya ha pasado por la prueba de las ciudades. Vadebike lo hace desde abril pasado, con 150 puntos repartidos por todo Barcelona, tras haber ganado un concurso municipal. Se trata de un sistema de anclaje de bicicletas privado que se puede pagar mediante tarjeta contacless. Su apariencia es similar al de un arco invertido permite no solo asegurar el sillín sino también el casco. “Este sistema cuesta una quinta parte del costo de lo que hay que pagar por un sistema de bikesharing”, explica Javier Achiaga, uno de sus creadores.

StartUp4Cities logra poner sobre la misma mesa a ciudades y empresas para que evalúen los proyectos y éstos reciban ayudas

En la convocatoria conviven iniciativas de diferente grados de madurez. “En algunos casos se ha evaluado que para poder escalar una start-up ya evolucionada necesita ser probada en un ámbito urbano más grande”, explica Escobar. Y las ciudades parecen interesadas, a decir por las preguntas que los proyectos recibían ayer. “Aquí tienen un espacio para conocer de primera mano los proyectos innovadores que se estén gestando en el entorno emprendedor, y que marcarán las tendencias. Pueden llegar a ser pioneros en su implementación”, agrega Escobar.

La ganadora de ayer vino de Portugal. Participare, una creación de la start-up portuguesa ChangeTomorrow, es una plataforma asociada a la implementación de presupuestos participativos, multilingüe, y que contribuye a las prácticas de gestión abierta. “Muchos procesos de este tipo fallan por la falta de representación ciudadana y la falta de confianza entre las partes. Aquí buscamos asegurar la identificación de los participantes, maximizar su compromiso y asegurar la fiabilidad de los procesos de votación”, explica Cesar Silva, director general de ChangeTomorrow.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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