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Una aplicación mexicana planta cara a los sobornos

Una app diseñada por un estudiante de 21 años de la UNAM tramita un recurso de amparo para evitar detenciones ilegales

Imagen de la app 'Toreado'.
Imagen de la app 'Toreado'.

El programa Conduce Sin Alcohol de la Ciudad de México no es único en el mundo y ha conseguido reducir en un 25% los accidentes registrados en la capital mexicana. La medida es popular y aceptada: tiene un 92% de aceptación, según datos oficiales. Pero en México la ley tiene caminos extraños. Una vez que un conductor es detenido porque ha violado el límite de alcohol permitido en la sangre (un 0,40 grados en México, por encima del 0,25 que se tolera en España) se topa con un laberinto de leyes que hace complicado que un ciudadano común se salve del pago de un soborno. “Hay muchos abusos en el programa. Desde los policías que te detienen hasta los coyotes: abogaduchos que se aprovechan de la ley para abusar de las personas”, explica Arturo Mansilla, un estudiante de 21 años de leyes en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Y tuvo una idea: hace una semana que lanzó una aplicación en la que ofrece asesoría legal a quien se encuentre en estos aprietos para evitar abusos, golpes o el pago de sobornos que son el pan de cada día para muchos mexicanos.

¿Cómo se llama la idea? Toreado, una aplicación disponible para Apple y Android que se descarga de forma gratuita. El nombre viene del sitio donde se retiene a los conductores en estado de ebriedad y donde se les obliga, en la mayoría de las ocasiones, a pasar la noche: el ‘Torito’: un centro que está listado dentro del sistema penitenciario del Distrito Federal. En cualquier otro país, no habría problema en cumplir la ley. Pero en México, donde los ciudadanos gastan un 14% de sus ingresos anuales en ‘mordidas’ según Transparencia Mexicana, es común que se espere que el detenido sea víctima de robos, golpes y abusos que no están legislados. “Yo nunca he estado en el Torito”, explica Mansilla. “Pero sí sabía, como muchos en esta ciudad, que es común que se cometan abusos de manera cotidiana”. Cita un caso que afirma ocurrió hace unos días. “Los policías robaron un reloj rolex a un detenido. Y los coyotes cobran lo que se les da la gana, según vean al borracho les ofrecen el servicio de ‘acelerar sus trámites’ por precios mucho más altos que el de un abogado común”.

“De ninguna manera queremos alentar que la gente beba y conduzca”, enfatiza Mansilla. “Nos aseguramos de que nadie de nuestros clientes vuelva a su coche y no queremos que se interprete nuestra ayuda como una manera de violar el programa. La persona que asesoramos no puede conducir bajo ningún concepto”. Explica que el equipo que lleva la app son cuatro personas —“un programador, un diseñador, una persona que nos ayuda en logística y yo, que soy quien lleva la parte legal”— y su coste es de 2.500 pesos, unos 151 dólares. Un coyote puede cobrar al menos unos 350 dólares. 

La aplicación funciona de manera sencilla y sus instrucciones son muy claras. “Envía tus datos y el pago correspondiente. Un representante de ‘Toreado’ redactará y presentará de inmediato tu amparo. Un juez de distrito aprobará la suspensión de tus horas en el ‘Torito’. En caso de que el juez determine que deberás cumplir posteriormente con horas de arresto, se te notificará a tu domicilio”. Mansilla explica que el desconocimiento de los derechos de los ciudadanos los hace presa fácil para los abusos. “Todos piensan que un abogado es muy caro o que el proceso es muy complicado. La aplicación no quiere promover accidentes ni el alcoholismo, simplemente busca que se actúe con apego a la ley”.

El recurso que interpone Mansilla y su equipo de Toreado es un amparo en contra de la detención sin orden judicial, una falta a la ley constitucional en México que marca en su artículo 16 que “nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente”. Un vacío legal que en México permite la mala interpretación de la ley.

Las autoridades del Distrito Federal han declinado, hasta ahora, hacer un comentario con respecto a la aplicación. 

Mansilla afirma que el trabajo de la aplicación no le distrae de sus estudios (cursa el quinto semestre de la carrera en leyes de la UNAM, que suma 10). “Trato de organizarme muy bien. Estoy participando en un par de concursos. Y la verdad es que sí que paso el día entero en la universidad. Me gusta mucho”, explica. ¿Ha elegido ya una especialidad? “Yo creo que voy para derecho comercial internacional”. Su preocupación es que el programa Conduce sin Alcohol continúe su funcionamiento y éxito en la prevención de accidente. Pero que funcione con apego a la ley.

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