Móvil a la carta
El Proyecto Ara, impulsado por Google, propone un teléfono inteligente por módulos que el usuario renueva a su gusto. Las primeras pruebas se harán en Puerto Rico este año
A Google le obsesiona la vejez. La de los humanos y la de los aparatos. Para los primeros tiene un plan de estudio de células, tratamientos y ADN. Para los segundos, actualizaciones constantes de software y un as que acaba de sacarse de la manga. El Proyecto Ara, que hace que el móvil nunca caduque, que sea un traje a medida según los deseos y necesidades de cada usuario. Convierte el proceso de elección de móvil en una nueva experiencia, una vuelta a la infancia con piezas de construcción. Se toma una base, aleación de aluminio con circuitos impresos y unos conectores electromagnéticos. Sobre los mismos se encajan, casi como si fueran piezas de Lego, los módulos: cámara, batería, módulo de NFC (chips para pagos y domótica), procesador, antena 3G y 4G, carga por inducción (sin necesidad de cables)...
Si esta sorprendente idea prospera, el mecanismo se extenderá a impresoras 3D, coches y todo tipo de tecnología que se integre en el hogar. Al menos, ese es el sueño de Regina Dugan, exdirectora de DARPA, el organismo que impulsó la creación de Internet, y, desde 2012, directora de movilidad en Google.
“Como sucedió cuando se creó Internet, hizo falta repensar todo y trabajar en equipo”, insistió. La finalidad que persigue este proyecto es crear una revolución de hardware similar a la que vive el software en este momento, con explosión de aplicaciones. “Se ha creado una riqueza, una creatividad, una forma de expresión increíble. Fue porque se hizo fácil y accesible. El hardware no ha evolucionado desde las últimas grandes misiones de la NASA en los 50 y 60. Queremos bajar la barrera, que sea accesible”, defendió en el cuartel general de Google, en Mountain View.
¿Qué hace de Ara un proyecto tan especial? La personalización, la sencillez y la renovación constante. Hipotéticamente, ya no hará falta cambiar de teléfono, solo de módulos, como se hacía con los ordenadores clónicos. La actualización de procesador, memoria o una cámara mejor será clave. Entre los expositores estaba Toshiba, que mostró tres tipos de cámara, de cinco, de ocho y de 13 megapíxeles. Cada una con una sensibilidad a la luz distinta y una capacidad de grabación de vídeo muy especial, la más avanzada era capaz de tomar hasta 900 imágenes por segundo. El resultado es una cámara superlenta propia de las retransmisiones profesionales. Una forma más de eliminar las críticas a esta iniciativa, que lo consideraban algo orientado al segmento de consumo más bajo.
Google, una empresa consagrada a los ingenieros, siempre sigue el mismo patrón. Se acerca a los desarrolladores, les habla de un proyecto, los involucra y después lo saca a la luz. El encuentro del miércoles por la mañana era la última sesión con los interesados en sumarse al proyecto con diferentes propuestas antes de que salgan al mercado, en la segunda parte del año, los primeros modelos. Puerto Rico es el lugar escogido para ello. Los motivos son diversos , pero la argumentación es impecable. En primer lugar, cuentan con una población hiperconectada, amante de la tecnología, con un 80% de la población con perfil activo en Facebook. “Puerto Rico es perfecto, no por ser un lugar cerrado, sino por ser un lugar mobile first, hay hiperconexión, con una operadora latina, Claro, propiedad de América Móvil, y otra americana, Open Mobile. La cobertura llega casi al 100%”, insistió Paul Eremenko, encargado del despliegue.
Otro factor, más social que tecnológico, tiene que ver con las costumbres de la isla. “Son muy amigos de los centros comerciales, de ir en persona y probar algo antes de comprarlo. De media, van dos o tres veces a ver un producto antes de comprarlo”, expuso el directivo. A partir de este dato decidieron que la mejor forma de llevar el móvil a los consumidores será siguiendo la moda de la comida callejera, con un food truck adaptado. “Podemos aparcar en la calle, en la playa, en un centro comercial”, proclamaba con una ilusión un tanto infantil. Se podrá comprar la placa base, los módulos, un kit concreto: para viajeros, para amigos de la fotografía, para los aventureros.
Nos planteamos crear un módulo de privacidad, de modo que al quitarlo, no quede ningún dato personal en el móvil. Así se puede hacer uso temporal de un aparato o guardar esa pieza para ponerla en otro móvil o evitar llevarse un disgusto si lo roban”
La última sorpresa que esconderán estas camionetas es la herramienta perfecta para la personalización. Una impresora 3D se encargará de hacer las carcasas según el gusto de cada cual, con retratos familiares, colores, diferentes patrones…
Durante la jornada, consagrada a los desarrolladores, surgieron varias dudas. ¿Cuál será el límite de potencia? ¿Qué tipos de módulos se podrán vender? ¿De qué manera? El límite dependerá de los fabricantes de chips, pero no está en principio predeterminado. Con los módulos fueron más estrictos. Dugan fue concisa: “No hemos cerrado aún el capítulo de normas, pero se trata de tener sentido común, de ofrecer algo práctico al consumidor”. Ermenko volvió al viejo lema de Google (don’t be evil): “Está claro, no seáis malos”.
La preocupación más importante, la seguridad, podría dar paso a una solución que expuso Ermenenko: “Nos planteamos crear un módulo de privacidad, de modo que al quitarlo, no quede ningún dato personal en el móvil. Así se puede hacer uso temporal de un aparato o guardar esa pieza para ponerla en otro móvil o evitar llevarse un disgusto si lo roban”.
Aunque se mostraron reticentes a dar un precio concreto, sí dejaron caer que la placa inicial costará alrededor de 50 dólares. Antes de la fecha de salidas contarán con una veintena de módulos distintos.
A pesar de que la prueba fue de tan solo unos minutos y con un prototipo las sensaciones son buenas. Se puede quitar la pantalla deslizándola de la parte frontal, escoger la disposición de los módulos como mejor parezca. Incluso poner dos cámaras y después usar un programa que permite crear grabaciones en tres dimensiones. El encendido después de intercambiar las piezas es tan solo de unos segundos, entonces aparece el logo de Android y arranca el sistema como si fuese un móvil al uso. Entre lo mejorable, el peso y la anchura. Prometen que adelgazará pronto...
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