Lula impulsa las negociaciones entre Mercosur y la UE
El presidente brasileño se reúne con Durão Barroso y Van Rompuy
Brasil abanderó ayer sin mucho éxito los esfuerzos del bloque Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) para allanar el camino hacia un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE) que dé acceso preferencial a las materias primas agrícolas de estos países al mercado comunitario. La factura que la crisis financiera ha pasado a los países europeos incluye un exacerbado proteccionismo de su mercado interno y una caída de las importaciones, amén de las históricas reticencias del sector agrícola de algunos Estados miembros, encabezados por Francia, que se opone a cualquier acuerdo que implique nuevas presiones a una cada vez más cuestionada Política Agrícola Común (PAC).
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunió ayer en Brasilia con los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para intentar desatascar unas negociaciones que durante los últimos seis años han permanecido suspendidas. La UE y Mercosur relanzaron formalmente las conversaciones comerciales a principios de este mes en Buenos Aires, en medio de un fuego cruzado entre Argentina y las autoridades comunitarias tras la inusitada decisión del Gobierno de Cristina Fernández de obstaculizar la entrada de productos agroalimentarios europeos en el mercado argentino. No es la primera vez que Argentina desata una gresca comercial aplicando medidas ultraproteccionistas hasta con sus vecinos más próximos. Durante los últimos dos años han sido frecuentes los bloqueos de productos brasileños en sus fronteras.
Pese a estas desavenencias, Lula ha dejado claro en varias ocasiones que antes de abandonar la presidencia brasileña a finales de este año pretende dejar enhebrado el complejo acuerdo comercial. En los próximos meses, la intervención de los negociadores brasileños en las rondas de contactos resultará fundamental, ya que Brasil asume en estos días la presidencia rotatoria de Mercosur.
Fuentes comunitarias conocedoras de las negociaciones destacan la dificultad para que se pueda alcanzar un acuerdo a corto plazo entre la UE y el bloque sudamericano. "De momento no ha habido ningún intercambio de ofertas novedoso. Es difícil que prospere a corto plazo dado el clima financiero internacional y gestos como el de Argentina, que no ayudan en nada. Además, las negociaciones para alcanzar un acuerdo EU-Mercosur están supeditadas a las que también se desarrollan en la OMC [Organización Mundial de Comercio]", explican.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, reveló ayer en el Congreso que los países de Mercosur están dispuestos a liberalizar "hasta un 92% de sus aranceles" con el fin de facilitar el acuerdo comercial con la UE. "Esa declaración, aunque parezca una gran noticia, no representa nada especial, ya que cualquier acuerdo de libre comercio entre bloques regionales requiere una liberalización mínima del 90% del comercio", según las mismas fuentes.
Durante la cumbre de Brasilia, de la que, en palabras del presidente de la Comisión Europea, ambas partes salieron "reforzadas", los mandatarios también abordaron la revisión del sistema financiero internacional, la reforma de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial, las negociaciones sobre cambio climático de cara a la conferencia de la ONU que se celebrará a finales de año en Cancún (México) y la controversia sobre el programa nuclear desarrollado por el régimen iraní, con el que Lula se ha alineado frente a un grupo de países, encabezados por EE UU, que pretenden ejecutar inmediatamente una serie de sanciones en el marco de la ONU.
Las relaciones comerciales bilaterales entre Brasil y la UE son de capital importancia para ambas partes. Según las cifras que maneja el Gobierno de Brasilia, los intercambios comerciales pasaron de 29.100 millones de dólares en 2002 a 82.600 millones en 2008, lo que equivale a un aumento del 184%. Ese mismo año, los países europeos invirtieron 21.100 millones de dólares en Brasil, es decir, el 48% del total de las inversiones extranjeras que recibió el país sudamericano. Con el latigazo de la crisis, el flujo comercial sufrió un recorte del 23% en 2009, si bien en el primer semestre de este año ha vuelto a repuntar un 27%. Brasil es el principal socio comercial de la UE en América Latina, y en 2009 experimentó un superávit comercial en sus intercambios con el bloque europeo.
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