La balanza de la equidad
Repartir el trabajo en los hogares beneficia no solo a las parejas o a las familias, sino que tiene un impacto a largo plazo positivo para la sociedad

Desde 2018, el 23 de marzo se conmemora en España el Día Nacional de la Conciliación y la Corresponsabilidad. Es este domingo. Usemos esta fecha para sensibilizar, tanto a las parejas que se inician en la convivencia como a las que ya llevan tiempo conviviendo, de la necesidad de que las parejas sean “equitativas, de que formen un verdadero equipo, no solo en beneficio propio sino también en el del conjunto de la sociedad.
Llevo años investigando y los resultados de los análisis permiten concluir que hasta que las parejas sean “equitativas” las mujeres no tendrán las mismas oportunidades en la vida que los hombres, por mucho que las leyes sean igualitarias y que las empresas tengan planes de igualdad. Y aunque todos los días deberían ser el Día de la Conciliación y la Corresponsabilidad, es importante darle visibilidad a esta fecha.
Porque afecta a demasiadas mujeres: según datos de mi última investigación, en España casi seis millones de mujeres viven agotadas mientras su pareja vive con más libertad. Estas mujeres están acarreando lo que hemos denominado la “losa de hormigón” porque ellas están soportando el 69% tanto de las tareas de la casa como de la crianza. En esta situación se encuentran casi dos de cada tres mujeres que viven con un hombre.
Porque tiene demasiados costes: las relaciones de pareja en las que uno de los dos miembros carga con la “losa de hormigón” conllevan muchos costes, no solo para la persona que soporta el desequilibrio, sino también para su relación de pareja, sus hijos o hijas, si los tienen, y para el conjunto de la sociedad (empresas, seguridad social, natalidad, divorcios…).
Y porque falta demasiado tiempo: al ritmo al que se están reduciendo las parejas desequilibradas, serán necesarias de dos a tres generaciones para lograr la plena equidad en los hogares. Entre el 2016 y el 2023 el número de mujeres que soportan el peso de la “losa de Hormigón” se ha reducido del 70% al 62%.
También, en este día, es importante entender qué es una pareja equitativa. Son aquellas en las que hay un reparto justo del tiempo que cada miembro de la pareja destina a las tareas que les afectan en su día a día: las de la casa, incluyendo tanto la realización como su organización, las de la crianza y el cuidado de personas adultas dependientes, incluyendo tanto la realización como su planificación y las del trabajo remunerado.
Consideramos que una pareja es equitativa cuando la suma del tiempo que un miembro de la pareja destina al conjunto de estos tres tipos de tareas, incluida la carga mental, es igual a la suma del tiempo dedicado por el otro.
Y al hablar de parejas equitativas hay tres consideraciones que estamos asumiendo. La primera, que no es necesario que el reparto de tiempos sea equitativo a diario, sino que ha de serlo en el cómputo global del horizonte temporal que cada pareja defina. La segunda, que no es necesario que sea siempre igual, sino que es lógico que se desequilibre según las exigencias profesionales y personales de cada miembro de la pareja.
La tercera, que en las etapas realmente complicadas de la vida en lo que a la gestión del tiempo respecta (algún familiar dependiente hospitalizado o un recién nacido en casa…) es muy posible que el tiempo del que ambos miembros de la pareja dispongan para su ocio sea muy reducido o incluso inexistente.
En esta ecuación no estamos considerando cómo contribuye cada miembro de la pareja al pago de las facturas porque creemos que este es un tema independiente. El tiempo es fijo para ambos, el día tiene siempre 24 horas. El hecho de que uno tenga ingresos superiores a los del otro no le exime de realizar la parte del trabajo que le corresponde.
Entender todo lo anterior reporta beneficios no solo para las parejas sino para la sociedad. En las relaciones mejorará la salud física y mental del miembro de la pareja que cargaba con la “losa”, porque tendrá más de tiempo para su ocio con lo que disminuirá su estrés y mejorará su estado de ánimo; mejorará el vínculo en la relación de pareja, incluido el ámbito sexoafectivo; también la relación de la madre con sus descendientes, porque estará menos agotada; la del padre con sus descendientes, porque estará más presente; y beneficiará la situación económica de la mujer, que no se verá obligada a poner frenos o a abandonar el mercado laboral por las dificultades que tiene para conciliar.
Para el conjunto de la sociedad porque habrá menos absentismo laboral de mujeres, por lo que disminuirán los costes para las empresas; disminuirán los costes para la seguridad social, porque las mujeres tendrán mejor salud física y mental; las nuevas generaciones tendrán menos sesgos y estereotipos de género por el ejemplo de equidad que habrán visto en casa; disminuirán las separaciones y divorcios; y puede ser un factor para el aumento de la natalidad.
Esta balanza solo estará equilibrada cuando los miembros de la pareja compartan de forma justa el peso de la “losa” de las cargas diarias que les atañen como pareja o como familia.
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