Fallece el periodista Luis Felipe Torrente, director de The Conversation España

El director y cofundador de The Conversation España, Luis Felipe Torrente Sánchez-Guisande, falleció anoche a los 57 años en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Entre todas las calamidades que le acompañaron en el último año y medio, desde que le fue diagnosticado un sarcoma óseo que fue minando su salud a una velocidad vertiginosa, un único deseo concedido: pudo morir, rodeado de su mujer, Pituca, sus hijas Claudia y Marina y el resto del clan familiar, en su querida Galicia, la tierra en la que también descansan sus padres, el escritor Gonzalo Torrente Ballester y María Fernanda Sánchez-Guisande Caamaño.

El horizonte geográfico (y mental) de los gallegos es tan inmenso que se pueden permitir nacer donde les da la gana. Luis Felipe Torrente lo hizo en Albany (Estados Unidos), en cuya universidad estuvo dando clases su padre de Lengua y Literatura entre 1966 y 1972. La mayor parte de su vida estudiantil transcurrió en Salamanca. Allí hizo periodismo (1988-1993) en la recién estrenada facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Pontificia. En 1994 culminó su formación en Madrid, donde cursó el Máster de Periodismo de EL PAÍS y labró una amistad indestructible con el periodista científico Javier Sampedro.

Luego se especializó en información cultural y tecnológica. Trabajó, entre otros medios, en Canal + (Servicios Informativos, Abierto en Canal y Lo + Plus), Proel (Promotora de Ediciones Electrónicas - Grupo Prisa), Telemadrid, donde dirigió el programa Los Cinco Sentidos de la Cultura, CNN+ y Cuatro (Noticias Cuatro). También fue guionista del programa Ochéntame y codirigió, junto a Daniel Suberviola, El hombre que estaba allí, un documental sobre la figura del periodista y escritor andaluz Manuel Chaves Nogales que fue nominado a un Premio Goya.

Y fue una figura capital en la puesta en marcha, en 2018, de la primera edición en español de la plataforma de divulgación del conocimiento académico y científico The Conversation. Primero como jefe de redacción y posteriormente como director, fue el máximo responsable editorial de esta plataforma digital que conjuga el rigor académico y el oficio periodístico. Torrente dio el barniz teórico a la publicación, debería haber cobrado derechos de autor por la frase “promovemos la conversación entre los que saben y los que quieren saber”, revisó uno a uno los más de 12.000 artículos publicados en The Conversation España y, en fin, lejos de aceptar la derrota por los embates de la posverdad, siguió abrazando, fiel a principios inquebrantables, la causa del buen periodismo, cuya crisis global está afectando a la calidad de las democracias.

Alérgico a cualquier forma de solemnidad, ejerció un liderazgo muy torrentiano. De hecho, él no se reconocería como líder, a pesar de que todos le admirábamos y su criterio solía imperar en cualquier discusión, tal vez por una razón imbatible: el suyo era casi siempre el mejor. Torrente nunca imponía sus decisiones, sino que triunfaba en la elección del titular, del tema de apertura, de la agenda de cada día a base de destellos, genialidades, sentido común, toneladas de oficio, una ética insobornable y un conocimiento enciclopédico de los grandes asuntos de nuestro tiempo. Torrente conquistaba por medio del conocimiento. El resto, qué le vamos a hacer, asumíamos felizmente la derrota.

Siempre mantuvo el tipo, con ánimo fuerte e íntegro, sin una sola queja, pese a que la enfermedad no le dio ninguna tregua. Hace unos días, en el canal de Slack que utilizamos los editores de The Conversation, nos mandó un mensaje muy sutil, a lo torrente, que ahora se revela como una despedida: “Revisaos con vuestros ojos y con los míos”. Así lo haremos, como siempre, querido Luis.