Una campaña viral que simula el dolor de la regla con estímulos eléctricos agita el debate de la baja menstrual en Francia
Diez diputados comparten sus reacciones en un vídeo durante el trámite de un proyecto de ley para conseguir 13 días de permiso al año
“¿Aceptas que te inflija dolor de manera temporal?”. Así empieza el experimento llevado a cabo por dos diputados ecologistas franceses para sensibilizar sobre lo doloroso que puede llegar a ser la menstruación. La prueba, realizada con un electroestimulador y grabada por vídeo, se hizo viral por la reacción de los legisladores que aceptaron la propuesta. “¡Aaah, para, para!”, rogó uno de ellos, doblado en dos. “Muy desagradable”, comentó otro, con la cara crispada. El objetivo era recabar apoyos para un proyecto de ley presentado por los ecologistas que busca instaurar una baja menstrual en el país, similar a la que existe en España.
La idea era que los diputados sufrieran el dolor en carne propia. Que se pusieran en la piel de las mujeres que experimentan molestias intensas y, a veces, incapacitantes, cuando menstrúan. “Cuando alguien me dice que le duele, generalmente le creo. Pero quería hacer la experiencia para ver, para entender cómo era”, explica por teléfono Erwan Balanant, uno de los 10 legisladores que aceptó someterse a la prueba. “Efectivamente, duele, sorprende y provoca evidentes pérdidas de concentración”, agrega el político del partido centrista MoDem, aliado del presidente Emmanuel Macron.
Et si les députés savaient ce qu’était la douleur des règles ?
— Louis Boyard (@LouisBoyard) March 22, 2024
On teste une machine qui simule les douleurs menstruelles.@MC_Garin et @speytavie ont déposé une proposition de loi pour un « arrêt » menstruel.
Ne laissez pas les députés voter contre sans avoir vécu la douleur. pic.twitter.com/6Gg7Md6shR
“Es un dolor insoportable”, reconoce por correo electrónico Louis Boyard, del partido izquierdista La Francia Insumisa, primer bloque opositor en la Asamblea y hermanado con Podemos en España. “Este simulador es ciertamente útil para sensibilizar a algunos diputados, pero lo que hace falta sobre todo es creer a las mujeres cuando nos hablan de su dolor. Es problemático que los hombres se vean obligados a ‘comprobarlo’ a través de un simulador”, reflexiona.
El vídeo tuvo éxito. Las imágenes de los diputados gritando, con risa nerviosa o contorsionándose por el dolor se compartieron más de 4.000 veces en la red social X y acumularon más de dos millones de visualizaciones. Durante la experiencia, se les pidió leer la exposición de motivos del proyecto de ley, que prevé una baja menstrual de hasta 13 días al año. Pero los legisladores interrumpen la lectura con cada descarga recibida, similar a los fuertes dolores de regla. La grabación es acompañada de una sonata de Mozart, que le añade cierto tono cómico.
“Es una pequeña muestra de lo que podemos sentir cada mes o no necesariamente cada mes, pero al menos regularmente en nuestras vidas”, explica en conversación telefónica Marie-Charlotte Garin, impulsora del proyecto, junto a Sébastien Peytavie, ambos del partido ecologista. El vídeo busca “impactar, llamar la atención y llegar a mucha gente”, prosigue. “También poder hablar del tema, que sigue siendo muy tabú hoy en día”, señala.
La idea de la experiencia vino de sus equipos y se propuso a diputados de distintos colores políticos. Para llevarla a cabo, emplearon un electroestimulador que se usa en el mundo deportivo. El objeto se conecta al cuerpo a través de electrodos y dispone de varios niveles de intensidad.
Creer a las mujeres
Al igual que Balanant, del MoDem, Boyard subraya que las menstruaciones incapacitantes pueden ir acompañadas de vómitos, mareos, problemas digestivos, malestar general y migrañas. “Solo es una visión parcial de estos dolores”, abunda el diputado centrista, que opina que “cuando hay equipos médicos e investigadores que afirman que las reglas pueden ser dolorosas e incapacitantes, uno no tiene que usar un simulador para creerlo”.
La propuesta de los ecologistas, de momento, no ha conseguido el apoyo suficiente. El texto fue rechazado a finales de marzo en una comisión parlamentaria. La Asamblea Nacional debía haberlo examinado nuevamente la semana pasada, pero finalmente no llegó a debatirlo. El tema, sin embargo, empieza a hacerse un hueco en el país. En febrero, el Senado, dominado por la derecha de Los Republicanos, rechazó otro proyecto en ese sentido presentado por el partido socialista.
Y desde 2023, algunas ciudades han empezado a implementar este tipo de baja para sus funcionarias, como Grenoble, Estrasburgo o Lyon. La pionera fue Saint-Ouen, una banlieue del norte de París. En España, la baja menstrual, integrada en la reforma de la ley del aborto, entró en vigor en julio.
La posibilidad de una baja aún divide y no consigue consenso hasta en la coalición gubernamental. El ministro delegado (por debajo de la ministra) encargado de Salud, Frédéric Valletoux, reconoció la importancia de que se hable y avance en el tema, pero rechazó las propuestas presentadas por razones que van desde el respeto al secreto médico a temores de que se produzcan discriminaciones a la hora de contratar. Un argumento que rechaza el exministro de Transportes Clément Beaune, perteneciente al ala socialdemócrata del macronismo y que también probó el simulador de reglas. “Si pensamos así, ¡deberíamos de suprimir el permiso de maternidad!”, opina en un correo electrónico a este diario.
Y añade: “Es la ley la que debe adaptarse al dolor que sufren millones de mujeres, y no al revés. No es justo obligar a las mujeres a evolucionar en el mundo laboral pidiéndoles que pretendan tener la misma vida cotidiana que los hombres. Como hombres, a veces es difícil imaginar lo que viven las mujeres en su día a día”.
Durante el vídeo, un breve texto asegura que “una de cada dos mujeres sufre reglas dolorosas” en Francia. Tras el experimento, los diputados hablaron con Garin de lo que sintieron y le hicieron algunas preguntas. ¿El dolor es siempre así? ¿Hay momentos en que se detiene un poco? No todos los diputados votarán a favor del texto. “Algunos ya eran favorables o pueden entender su utilidad, pero no están necesariamente de acuerdo con la versión que propusimos”, explica la ecologista. “Pero creo que todo el debate que suscitó nuestra propuesta de ley los empujará a idear ellos mismos un dispositivo”, apuntala.
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