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Sean Combs, demandado por una violación grupal en 2003 a una joven de entonces 17 años

El rapero enfrenta su cuarta denuncia en apenas tres semanas, tras la de su exnovia Cassie, que la retiró tras llegar a un acuerdo extrajudicial

Tribeca Film Festival
Puff Daddy durante un concierto en Nueva York, el 27 de abril de 2017.Taylor Hill (Getty Images)
María Porcel

El rapero y empresario Sean Combs, de 54 años y conocido como Puff Daddy o Diddy, enfrenta su cuarta demanda por acoso sexual en apenas tres semanas. La última, este miércoles, viene por parte de una mujer que no ha desvelado su nombre y que afirma que Combs la violó junto a otras dos personas en 2003, cuando ella tenía solo 17 años y él 34. La denuncia se suma a la que presentó la artista y exnovia del rapero Cassie el pasado 16 de noviembre y que retiró solo un día después, tras llegar a un acuerdo extrajudicial; a otra de una estudiante llamada Joi Dickerson-Neal, que le acusa de violación en 1991; y a una tercera de Liza Gardner, a principios de los años noventa. En este caso, la joven presenta pruebas gráficas de aquella noche. El rapero niega los hechos.

Según los 14 folios de documentos legales presentados ante la Corte, la joven (que se hace llamar con el pseudónimo Jane Doe y que entonces estaba cursando el penúltimo curso del instituto) afirma que “entre la primavera y el otoño de 2003″ estaba con unos amigos en un bar en Detroit, Michigan, por donde solían salir. Entonces se le acercó un hombre —que después supo que era Harve Pierre, el presidente de la discográfica Bad Boy, propiedad de Combs— que estaba allí con amigos, incluido otro individuo al que la demandante llama “el tercer asaltante”, sin dar más datos. Pierre empezó a charlar con ella, a alabar su aspecto e incluso a hablarle de su “mejor amigo”, su “hermano”, Sean Combs, al que llegó a llamar por teléfono para que hablara con ella. El rapero —entonces un adulto que le duplicaba la edad— le dijo que le encantaría conocerla, y que por qué no se iba a Nueva York para que se produjera ese encuentro. Entonces Harve le pidió que fuera al baño con él y ya allí, tras fumar crack, abusó sexualmente de la joven, obligándola a practicarle sexo oral. Seguidamente, el empresario, el tercer asaltante, otra persona más y la joven se marcharon hasta el aeropuerto de Pontiac, en Michigan, al jet del grupo. Desde ahí fueron hasta Teterboro, un conocido aeródromo para aviones privados de Nueva York, para ir hasta el estudio de grabación de Combs.

Según cuenta Doe en la demanda, interpuesta este 6 de diciembre en la corte del distrito sur de Nueva York, en el estudio tanto Combs como sus socios le suministraron drogas y alcohol hasta que ella “estuvo más y más ebria, hasta el punto de que era imposible que consintiera mantener relaciones sexuales con nadie, mucho menos con alguien que le duplicara la edad”, explica la demanda. Fue cuando la violaron Combs, el tercero en discordia y Pierre, “en ese orden”, mientras ella les iba suplicando que pararan. Después, tras un tiempo, ella recuperó la orientación y, sin apenas poder mantenerse en pie, salió del edificio, se subió a un coche y volvieron a trasladarla a Michigan, aunque apenas recuerda ese viaje de vuelta a casa por la mañana.

La cuestión, como aclara la demanda, es que la entonces joven, hoy ciudadana canadiense de 37 años, puede probar “no solo que conoció a Combs esa noche, sino que estuvo en su estudio en Nueva York con él entonces”, ya que tiene documentos y fotografías de ese día, que de hecho se adjuntan en la misma. Hay hasta cuatro imágenes, y en una de ellas la joven aparece sentada en el regazo de Combs.

Una foto de 2003 que la demandante anónima de Sean Combs presentó en su demanda contra el músico en diciembre de 2023, en la que aparece ella, entonces de 17 años y siendo menor de edad, sobre el regazo del artista.
Puff Daddy y su demandante, Jane Doe, en una de las fotografías de la demanda interpuesta por ella el 6 de diciembre de 2023 en Nueva York, en la que le acusa de violación.

Como explican sus abogados, esa violación ha perseguido a Jane Doe durante estos 20 años, y no se había decidido a denunciar ni a hacer pública su historia hasta el momento en que Cassie, Joi Dickerson-Neal y Liza Gardner han presentado sus demandas. Este año, una ley vigente en el Estado de Nueva York ha posibilitado este tipo de denuncias contra hombres en el poder, puesto que anula el plazo de prescripción de los delitos. Entre otros han sido denunciados el alcalde de la ciudad, Eric Adams, el actor Jamie Foxx, el cómico y actor Russell Brand, el también actor Cuba Gooding Jr o el cantante Axl Rose. Gracias a ella se han presentado hasta 2.500 demandas en 24 meses.

En los documentos se lee que “ver a otras mujeres hablar de forma tan valiente contra Combs y Pierre” ha hecho que la mujer salga de su anonimato y decida tomar acciones legales y pedir una compensación por los delitos de violación y tráfico sexual (por haber tenido lugar en más de un Estado), de los que acusa a Combs: “La demandante ha sufrido y continuará sufriendo daños monetarios, daños y perjuicios, lesiones físicas, dolor y sufrimiento, y angustia psicológica y emocional grave, que le dan derecho a una indemnización compensatoria y punitiva, a medidas cautelares, honorarios de abogados y costas, y otros recursos que este Tribunal considere apropiados por daños y perjuicios”.

La primera demanda contra Combs, presentada por su exnovia Cassandra Ventura, relataba un infierno muy similar al de Jane Doe, pero repetido a lo largo de 13 años y desde que ella tenía 19, de 2005 a 2018. En ella le acusaba de violación, abuso sexual, agresión sexual y tráfico sexual. Ventura contaba cómo el empresario, que ha vendido siete millones de discos y ganado tres premios Grammy, abusó de ella repetidamente en sus casas y en hoteles ante la vista de sus empleados, aunque “nadie se atrevía a alzar la voz, atemorizados por su feroz jefe”. “Tenía tendencia a unos ataques de ira incontrolable, y con frecuencia golpeaba a Ventura de forma salvaje”, se lee en esa demanda. “Muchos llegaron a decirle que, si no volvía con él, su carrera en la industria del entretenimiento se acabaría”, afirmaba el escrito. “La señora Ventura sintió que decirle no al señor Combs le costaría algo: su familia, sus amigos, su carrera y hasta su vida”.

Esta vez, por primera en estos días, Combs se ha pronunciado a través de un comunicado publicado en su cuenta de Instagram, con 20 millones de seguidores. “Ya es suficiente. El último par de semanas me he sentado en silencio y he visto cómo la gente intentaba acabar conmigo, destruir mi reputación y mi legado. Contra mí se han vertido acusaciones repugnantes por parte de individuos que buscan un pago rápido. Permítanme ser absolutamente claro: yo no he hecho ninguna de las cosas horribles que se alegan. Lucharé por mi nombre, por mi familia y por la verdad”.


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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

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