Concentraciones feministas para protestar por la reforma de la ley del ‘solo sí es sí'
Colectivos de mujeres en Madrid, Oviedo, Santander y Bilbao piden que no se modifique el texto y que se mantenga el consentimiento como centro de la norma
A grito de “sin consentimiento la ley es un cuento”, “más reparación menos penas de prisión”, y “no hace falta herida para tomar medidas” se concentraron decenas de mujeres este miércoles frente al Ministerio de Justicia en Madrid. La razón, la propuesta de la reforma de la ley del solo sí es sí registrada en febrero, en solitario, por el PSOE. Se vota este jueves en el Congreso, y pretende elevar las penas de las agresiones cuando haya violencia, intimidación o la víctima tenga anulada su voluntad por cualquier motivo. Los colectivos feministas piden dejar la ley como está, y denuncian que así se regresa el marco penal anterior a la norma del Ministerio de Igualdad, y que se elimina el corazón y sentido de la norma: el consentimiento.
Alrededor de un centenar de personas acudieron a la concentración, organizada por colectivos y juristas feministas después de que más de 2.000 personas y 150 organizaciones firmaran un manifiesto contrario a la modificación de la norma. “Estamos aquí porque las enmiendas que se han presentado vuelven a poner el foco en la víctima y no en el agresor. Las mujeres van a tener que volver a demostrar que han sido agredidas dependiendo de si tienen una herida o no”, expresaba Ana Usero, de Comisión 8M de Madrid, una de las organizaciones convocantes de la concentración.
La propuesta socialista no altera la definición del consentimiento tal y como está ahora en la norma, pero introduce en el tipo penal que define este delito un nuevo subtipo para las agresiones con violencia, intimidación o sobre una persona con la voluntad anulada. Es justo esto lo que el Ministerio de Igualdad critica, porque considera que aparta al consentimiento como elemento que define las agresiones sexuales y que devuelve a la violencia y la intimidación el peso previo a la ley de Libertad Sexual, cuando la diferencia entre abuso y agresión —los dos delitos que había antes de la norma y que fueron aunados en uno solo, la agresión— la daba que el delito se hubiese cometido con alguna de ellas.
En cualquier caso, los cambios en la ley no evitarán el goteo de rebajas de penas y excarcelaciones ocurridos tras la publicación de la norma, provocados por la rebaja de las penas mínimas y máximas de algunos supuestos tras unificar los delitos. Lo que sí implicará es elevar las penas de las agresiones que se cometan en el futuro. “El aumento de las penas no nos va a proteger. Lo que nos protege son otras muchas cosas, como, por ejemplo, la educación sexual”, insistía Usero.
El PSOE sacará adelante previsiblemente este jueves la esperada reforma con el apoyo parlamentario de la derecha. Los socialistas, además, anunciaron a mediados de abril su disposición a negociar con el PP antes del debate y la aprobación final una serie de correcciones técnicas en forma de enmiendas parciales. “El pacto entre el PSOE y el PP supone volver a un pasado al que no queremos regresar, volver a que no nos crean, volver a tener que demostrar que ha habido violencia. Y esto no puede ser, es un retroceso en nuestros derechos y los de nuestras hijas”, aseguraba Zinnia Quirós, otra de las mujeres presentes en la concentración.
El acuerdo entre las principales fuerzas políticas ha suscitado un gran descontento entre los colectivos feministas, que también convocaron concentraciones en otras ciudades como Oviedo, Santander o Bilbao. “Es muy llamativo que se eche mano de las formaciones de derechas, cuando ellos jamás han apoyado ninguna política feminista”, repetían, mientras tachaban a la propuesta de reforma de los socialistas de “cobarde”.
Julia era otra de las manifestantes. La mujer, de 65 años, relata que la violaron cuando tenía 14 y tardó 55 en darse cuenta de que lo que le había ocurrido era, realmente, una violación. “No hubo heridas ni penetración, por lo que tardé en darme cuenta. Por eso es tan importante esta ley como está, con el consentimiento en el centro”, explicaba la mujer. Tanto ella como otras asistentes, entre las que estaba Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, remarcaban también la importancia de la ley más allá de las condenas y las rebajas. “Esperamos conseguir que [la propuesta] se revierta, porque es un paso atrás“, decía Rosell.
“Esta ley ha sido acosada y manipulada públicamente, porque no se está hablando de los grandes avances que supone esta ley en términos de prevención y aparición de nuevos delitos”, incidía Quirós. La norma incluye medidas de protección como los centros provinciales de crisis 24 horas, la respuesta penal a la violencia digital y ayudas económicas para víctimas con bajos ingresos.
El debate sobre la reforma llegará tras conocerse la semana pasada el segundo balance oficial del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de las rebajas de penas a agresores sexuales desde que entró en vigor la ley del solo sí es sí. En total, desde el 7 de octubre se han reducido 978 condenas, de las que 104 han supuesto también la excarcelación del agresor.
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