La archidiócesis de Madrid recibe 34 denuncias de abusos sexuales contra clérigos, 23 de ellas de menores
El arzobispado madrileño, uno de los pocos que hace públicos sus datos, también ha atendido a 53 personas que sufrieron abusos en el ámbito intrafamiliar
EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.
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La archidiócesis de Madrid ha publicado este miércoles el recuento anual de los casos de abusos sexuales eclesiales que ha recibido Repara, su oficina de atención a víctimas: 34 denuncias contra miembros de la Iglesia, en 23 de las cuales las víctimas eran menores cuando sucedieron los hechos. De estos casos, 16 no habían salido aún a la luz. La diócesis no ha informado del número de agresores, aunque matiza que hay varios afectados que señalan a un mismo sacerdote de Madrid. Solo una decena de los casos fueron cometidos por sacerdotes pertenecientes al obispado madrileño (dos contra menores). El resto de acusaciones son contra cinco curas de otras diócesis (cuatro referentes a menores) y contra 19 religiosos de diferentes congregaciones o movimientos eclesiales (17 referentes a menores). La entidad tampoco ha señalado a qué orden u obispado pertenecen los acusados, la fecha de los abusos ni el lugar concreto donde sucedieron.
La oficina Repara también ha atendido a lo largo del último año 53 casos de agresiones sexuales dentro del ámbito intrafamiliar. La mayoría de víctimas (44) eran menores cuando las sufrieron y cuatro de ellas lo son en la actualidad. En total, 87 denuncias de abusos sexuales, dentro y fuera del ámbito eclesiástico, una cifra que supera el cómputo de los dos años anteriores, en 2020 fueron 64 y 49 en 2021.
Siete de los denunciantes forman parte de los tres informes con 500 casos que EL PAÍS entregó entre 2021 y 2022 a la Conferencia Episcopal Española y al Vaticano. Tras la publicación de estos trabajos periodísticos, Madrid ha sido de las pocas diócesis en abrir una investigación de los casos que le afectan (12) y también en informar del estado de los procesos canónicos. Hecho que no se repite en el resto de 69 diócesis españolas y en la mayoría de órdenes religiosas. Un año después de que estallara el escándalo de los abusos, la Iglesia ha cerrado filas y se sigue negando a revelar lo que sabe: este diario preguntó a finales de año a las 141 entidades religiosas sobre el número de casos que conocen, cuántos procedimientos canónicos han abierto y cuántas indemnizaciones han pagado. Solo el 13% aportó algún dato.
En España, a falta de cifras oficiales, EL PAÍS creó una base de datos que se actualiza periódicamente con los casos que ya han salido a la luz, bien a través de sentencias o en medios de comunicación. Hasta ahora —sin contabilizar aún los aportados por Repara— hay 910 acusados y 1.741 víctimas.
La archidiócesis de Madrid, dirigida por el cardenal Carlos Osoro, es una de las excepciones a la política general de opacidad de los obispados españoles. En los últimos años, ha apostado por la transparencia y por que todos los casos de abusos salgan a la luz. Es de las pocas que, a través de su discurso, quiere derribar los “mitos” que se han levantado alrededor del escándalo, como “que los casos cometidos por clérigos son pocos, que son episodios que buscan dañar a la Iglesia o que la víctima se lo ha inventado”.
Para Miguel García-Baró, director de Repara y miembro del equipo de la comisión del Defensor del Pueblo que investiga la pederastia en la Iglesia, acoger a las víctimas es el motor más importante para poner en marcha “el cambio moral y cultural que se necesita” para poner fin a esta lacra. “No solo es imprescindible que nosotros creamos a las víctimas, sino que la sociedad entera esté dispuesta a comprender que ha habido muchos casos, dentro y fuera del ámbito de la Iglesia. Y que, cuando alguien quiere hablar sobre ello, tiene que ser atendido, escuchado. No tiene que ser repudiado, no tiene que ser censurado. Y eso es muy complicado”, cuenta García-Baró. En cuanto a las indemnizaciones, Repara no ha informado de cuántas se han entregado a los afectados, ya que “es una cuestión de la que se encarga el tribunal eclesiástico de la archidiócesis”.
El director de Repara pone el acento en dos cuestiones. La primera, en al abultado número de denuncias que han recibido de agresiones sexuales dentro del ámbito intrafamiliar y, la segunda, en el daño “tan significativo” de los casos que fueron encubiertos dentro del ámbito eclesiástico. “El autoritarismo jerárquico en la Iglesia ha sido tal que, en definitiva, perjudica a la buena gente que hay dentro, que es muchísima. Por la mala administración de tantos casos durante mucho tiempo, se ha terminado por lanzar una sospecha generalizada”, dice García-Baró. Cuestión que acaba minando la confianza de muchas víctimas para denunciar su caso ante las diócesis o congregaciones religiosas.
Otras 15 personas acudieron a Repara para denunciar abusos de autoridad dentro de la Iglesia, una realidad habitual, pero no tan conocida. Repara también ha atendido psicológicamente a 19 familiares de víctimas y a cinco victimarios, tres de ellos eran clérigos. En un comunicado, Repara especifica que “a todas estas personas se les ofrecieron más de 1.500 sesiones gratuitas de atención psicológica y escucha, frente a las 700 de 2021. Aparte de la terapia individual, se mantuvieron los Grupos de Ayuda Mutua y también creció la demanda de asesoramiento canónico”. Además, afirma, impartió varios cursos presenciales en cuanto a prevención a 170 personas. La archidiócesis de Madrid insiste en que “sus puertas están abiertas a cualquier víctima”, a través del correo atencionrepara@archimadrid.es o del teléfono 618 30 46 66.
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