Mi hijo tiene tos y mocos, ¿son síntomas de bronquiolitis? ¿Cuándo debo llevarlo al médico?
Los especialistas destacan que durante los dos primeros días esta dolencia es indistinguible de cualquier proceso catarral y que lo importante es observar si tiene problemas para respirar, lo que suele ocurrir al tercer día
Un insólito aumento de casos de bronquiolitis en España está provocando en los últimos días una avalancha de ingresos de niños de corta edad con problemas para respirar, que presiona las unidades pediátricas de los hospitales. La bronquiolitis está causada por el virus respiratorio sincitial (VRS), un patógeno que provoca inflamación de los bronquiolos y dificulta que el niño reciba el oxígeno necesario. En España se produce un pico epidémico de bronquiolitis cada año, pero la situación actual es extraordinaria. La pandemia ha alterado las fechas en las que aparece el VRS, los casos han subido mucho y antes, y preocupa la evolución que puede tener la ola epidémica con la llegada del frío. Estas son algunas preguntas y respuestas sobre la enfermedad, cómo detectarla y cómo tratarla.
¿Qué es la bronquiolitis?
“Es la inflamación de los pequeños conductos que llevan el aire hasta los alveolos, el lugar de los pulmones donde la sangre se oxigena y libera el dióxido de carbono”, explica el pediatra y epidemiólogo Quique Bassat. Estos conductos son muy estrechos (menos de un milímetro de diámetro) y al inflamarse y llenarse de mucosidad dificultan el paso del aire. Esto impiden que el niño reciba el oxígeno necesario. La gran mayoría de las veces, la causa del proceso es el virus respiratorio sincitial.
¿Cómo puedo saber si un bebé sufre bronquiolitis?
El proceso suele empezar con una sintomatología respiratoria común y banal, como tos y mocos. La mitad de los niños no presentan fiebre y esta no es muy elevada (raramente supera los 38,5 grados) en los que sí la desarrollan. “Durante las primeras 36 o 48 horas, la infección es indistinguible de cualquier otro proceso respiratorio y no sirve de nada acudir al médico”, afirma David Andina, vocal de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP). El niño debe estar bien hidratado, son recomendables los lavados nasales y las tomas se pueden hacer más pequeñas y frecuentes. Una señal clara de que el bebé puede estar sufriendo bronquiolitis son las dificultades respiratorias, lo que suele empezar a ocurrir al tercer día. El bebe respira más rápido, puede emitir pequeños silbidos y la piel se le pega al pecho cuando aspira, señal de que siente que le falta oxígeno. Es habitual que rechace comer y suele estar somnoliento o fatigado. Es en este momento cuando debe acudirse a un centro sanitario con el bebé.
¿En qué casos los bebés serán hospitalizados?
Los facultativos de urgencias tienen en cuenta tres criterios básicos que determinarán si un niño será hospitalizado o mandado de vuelta a casa para completar su recuperación allí. El primero es la saturación de oxígeno en sangre, que muestra lo afectada que está afectada la función respiratoria. Si está por debajo del 92%, el ingreso es aconsejable. El segundo es la ingesta de alimento: si come menos de la mitad de lo que debería, también está indicado su ingreso. Por último, los médicos evalúan la dificultad respiratoria según varios baremos y si la ven elevada, el bebé también será ingresado. “La hospitalización media suele ser de unos cuatro días y tener muy buena evolución, aunque si es necesario el ingreso en la UCI puede prolongarse durante semanas”, explica David Andina.
¿Qué tratamientos recibe el niño en el hospital? ¿Y en casa?
No existe un tratamiento antiviral específico frente a la bronquiolitis, y el objetivo es ayudar al pequeño mientras su sistema inmunitario hace frente a la infección. Los cuidados en el hospital son de apoyo vital: hidratación, soporte respiratorio, medidas de confort y control para evitar que puedan desarrollarse complicaciones. En casa debe intentarse que el bebé coma a menudo, aunque sea poco, y se mantenga bien hidratado, además de vigilar su evolución.
¿Son frecuentes las complicaciones y los fallecimientos?
Aunque no ocurre muchas veces, tampoco es extraño que el bebé pueda desarrollar una neumonía u otitis. En estos casos necesitará un antibiótico. Los fallecimientos en niños previamente sanos en España y los países desarrollados son muy excepcionales.
¿Qué niños están en mayor riesgo?
La frase más repetida por los expertos es que “cuanto más pequeños, mayor es el riesgo”. Así lo expresa Quique Bassat. Los grandes prematuros, con sistemas inmunitarios aún débiles y el aparato respiratorio inmaduro, son los que pueden sufrir procesos infecciosos con peor pronóstico. Por eso los hospitales prevén en estas fechas, dentro de sus planes de contingencia, zonas de aislamiento para evitar que el virus respiratorio sincitial, muy contagioso, entre en ellas. A partir de aquí, el riesgo disminuye con la edad: es importante en los dos primeros meses, notable hasta el medio año y menor hasta los dos años. Este otoño, de forma excepcional, está habiendo ingresos de niños mayores, de hasta cuatro años, según las comunidades autónomas. Una hipótesis que lo explicaría es que las medidas frente a la pandemia han retrasado la primera exposición al virus de este grupo.
¿Hay otras patologías que predisponen a sufrir bronquiolitis más graves?
Sí. Los niños con dolencias cardíacas congénitas, respiratorias crónicas, trastornos neuromusculares de nacimiento y síndrome de Down, además de los grandes prematuros, son considerados de alto riesgo, tienden a sufrir cuadros más graves y su vida podría verse comprometida en caso de contraer el virus respiratorio sincitial. En estos casos, existe un anticuerpo monoclonal —proteínas del sistema inmunitario creadas en el laboratorio— llamado palivizumab que se administra a estos niños una vez al mes durante los cinco meses de mayor circulación del patógeno.
¿Hay otros tratamientos o vacunas en desarrollo?
Sí. La búsqueda de tratamientos o vacunas efectivas contra el VRS ha sido una larga lucha del sector farmacéutico que parece que ya está llegando a la línea de meta. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprobó a principios de mes otro anticuerpo monoclonal, el nirsevimab, desarrollado de forma conjunta por Sanofi y AstraZeneca, y que podría ser utilizado en todos los niños, sanos o con enfermedades asociadas. En la práctica, el fármaco será como una vacuna, ya que los lactantes recibirían una sola dosis (un pinchazo intramuscular) que los protegería durante cinco meses de forma mucho más efectiva de la que hasta ahora lo hacía el palivizumab en la primera temporada de circulación del virus. El fármaco aún no está a la venta en España, ya que las compañías deben alcanzar un acuerdo con el Ministerio de Sanidad que determinará su uso. Hay una decena más de tratamientos y vacunas frente al VRS en desarrollo, algunas de ellas para bebés, otras para mujeres embarazadas (que así transmiten las defensas al bebé) y un tercer grupo para personas mayores de 60 años, que también sufren procesos infecciosos graves por este patógeno.
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