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Cambio de hora: por qué los expertos prefieren el horario de invierno y la gente, el de verano

Los científicos defienden que un horario único de invierno beneficiaría a la salud y al sueño

Cambio de hora horario invierno
El horario de invierno comienza la madrugada del domingo.Getty
Andrea García Baroja

España cambia la hora la madrugada de este domingo. Moveremos una hora los relojes y dormiremos más: a las tres de la mañana serán las 2.00 (salvo en Canarias, donde a las 2.00 será la 1.00). Tal y como se estipula en la normativa europea, el último fin de semana de octubre marca el final del conocido como horario de verano y el inicio del de invierno. Con el objetivo de adaptar la jornada laboral a las horas de luz, amanecerá antes y será más luminosa la llegada al trabajo, pero también anochecerá más pronto y el día acabará más temprano.

La medida se aplica una vez más, después de años de debates sobre su conveniencia. Según una encuesta realizada por la Comisión Europea en 2018, el 84% de los 4,6 millones de ciudadanos que participaron se mostraron a favor de eliminar el cambio de hora en Europa, y cada vez son más los científicos que abogan por adoptar un horario único. Según los expertos, si se eliminara el cambio estacional y se mantiene solo uno de los dos, lo más equilibrado para el conjunto de la población española sería mantener el de invierno, que se estrena el domingo. A pesar de ello, el horario estival está mejor valorado por la población. Según los datos del barómetro de abril del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 65% de los españoles prefiere acabar con los cambios estacionales de horario y, de ellos, el 70,9% elige fijar el horario de verano.

“Desde el punto de vista de la cronobiología, el horario de invierno es más beneficioso porque va más acorde con los ciclos de luz y oscuridad”, explica María Ángeles Rol de Lama, catedrática de Fisiología en la Universidad de Murcia y directora del Laboratorio de Cronobiología. Algunos estudios indican que, al aumentar la luz y el ocio, también lo hacen conductas nocivas como el consumo de alcohol o de tabaco. Emilio J. Sánchez Barceló, fisiólogo y autor del libro Hicimos la luz… y perdimos la noche sobre los efectos biológicos de la luz, coincide con Rol: “Bajo un punto de vista estrictamente cronológico, el horario de invierno es más conveniente. Recibimos más luz durante el horario escolar y laboral, que beneficia a la concentración, y hay más oscuridad por la noche, lo que nos ayuda a conciliar el sueño”.

El cambio de este fin de semana nos da una hora más para dormir, y su efecto beneficioso se alarga también durante los días siguientes, algo “muy importante para nuestra salud” y de lo que “solemos ir cortos”, señala Rol. El horario de verano y las horas de luz extendidas, sin embargo, reportan más perjuicios desde el punto de vista de la fisiología: “Empeora el sueño, pero también empeora el rendimiento, por ejemplo, al volante, y se aprecia un aumento moderado de eventos cardiovasculares”, advierte la científica. La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, ARHOE, también afirma que el horario de invierno es el más beneficioso para nuestra salud. “Promueve un ritmo biológico más estable que el de verano, lo que mejora el rendimiento intelectual, en el trabajo y en clase, y ayuda a disminuir la aparición de enfermedades como las cardiovasculares, la obesidad, el insomnio y la depresión”, desarrolla César Martín Izquierdo, presidente de la comisión.

Descanso y tranquilidad

Para Rol, una de las razones principales por las que la población prefiere, aun así, el mal llamado horario de verano es, entre otras cosas, el propio nombre: “Al utilizar esta terminología lo asociamos al descanso, a tranquilidad, a vacaciones, y quizá eso no sea lo más adecuado”. En realidad, el horario que mantenemos durante los meses de invierno se denomina horario estándar, y el que llevamos de marzo a octubre, Daylight Saving Time (DST), tiempo de ahorro de luz diurna en castellano. ARHOE también pide un cambio de nombre. “La mera mención de la palabra verano evoca vacaciones y buen tiempo, y eso condiciona la opinión de la ciudadanía”, opina Martín.

Casi todos los organismos que estudian los ritmos del sueño, como la Sociedad Americana del Sueño, la Sociedad Europea de Ritmos Biológicos o la Sociedad Española del Sueño, propugnan acabar con el cambio estacional, y recomiendan adoptar el de invierno. Y las razones no son únicamente cuestión de salud. “Con el horario estándar, la cantidad de luz que se recibe en distintas zonas de España está equilibrada. Si nos quedáramos permanentemente con el horario DST, se descompasaría. Por ejemplo, en Santiago de Compostela amanecería demasiado tarde”, expone la fisióloga.

Sin embargo, la mayoría de los españoles siguen prefiriendo mantener el horario DST u horario de verano. Al ampliarse las horas de oscuridad, acompañadas además de una bajada de las temperaturas, se limitan las actividades sociales y al aire libre. “Es normal que quien sale de trabajar a las cinco prefiera tener luz, y el dueño de una cafetería preferirá mantener también el horario de verano por una cuestión laboral”, opina Sánchez.

Desde el punto de vista psicológico, el horario estándar puede, en algunas ocasiones, acarrear un empeoramiento de la salud mental, especialmente en personas que ya tenían síntomas depresivos. “La ausencia de luz se relaciona con mayor producción de melatonina, y la melatonina está relacionada con la somnolencia. Cuanto menor es la luz, mayor es la producción de melatonina, lo que aumenta el sueño y puede provocar, por ejemplo, falta de energía, empeorando los síntomas depresivos”, explica Valentín Martínez-Otero, doctor en psicología. En algunos casos, puede aplicarse la fototerapia, un tipo de terapia que aumenta la exposición a la luz para “paralizar la producción de melatonina”, cuenta. Sin embargo, el psicólogo también opina que es más beneficioso el horario de invierno: “Los horarios y el sueño afectan tanto a la mente como al cuerpo, es lo que llamamos ritmos psicobiocronológicos”.

Para Rol, el problema no es que anochezca antes, sino el ajuste de la jornada laboral. “Es normal querer tener tiempo libre con luz solar después del trabajo, pero entonces el problema a lo mejor no es la luz del sol, sino que tenemos unos horarios de trabajo muy extendidos en el tiempo, menos parecidos a los que tienen en Europa”, opina la fisióloga. “Cuando jugamos solo con una hora de cambio, las diferencias tampoco son tremendas. Conceptualmente, es mejor el horario de invierno, pero cuantificar esa mejora es difícil, y probablemente sea pequeña”, contempla el científico Sánchez Barceló.

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