El Papa da la razón a una víctima de abusos y ordena volver a investigar el caso de un colegio del Opus Dei en Bizkaia
El Supremo condenó a un profesor en 2020, pero la justicia eclesiástica lo archivó y la Obra siempre ha defendido la inocencia del acusado
El Papa ha intervenido personalmente para dar un giro a uno de los casos más conocidos de pederastia en la Iglesia española, el del colegio Gaztelueta del Opus Dei en Leioa, Bizkaia ―con un profesor condenado en firme por el Supremo, pero negado por la Iglesia―, y ha ordenado reabrirlo y que la justicia eclesiástica vuelva a investigarlo. La familia del menor, que lleva buscando justicia desde 2013, siempre denunció que la investigación eclesiástica, que en 2015 archivó la denuncia, fue “negligente, tramposa y totalmente incoherente con lo que predica la Iglesia”, según el padre del menor, Juan Cuatrecasas. Antes del verano su hijo escribió al Papa para pedirle que reabriera el caso y el Pontífice le respondió con una carta de puño y letra, fechada el 12 de agosto y conocida ahora, adelantada por eldiario.es, en la que es claro y contundente: “Ya se terminó el estudio de todo el material que había aquí. Por lo que aparece a primera vista es necesario abrir el proceso. Se hará una reunión para decidirlo. Luego nombraré el tribunal que llevará adelante el juicio. Te tendré informado”.
Cuatrecasas, actualmente diputado del PSOE, se ha convertido con el tiempo en uno de los rostros más conocidos de la lucha contra los abusos en la Iglesia y ha fundado la asociación Infancia Robada. Ha recibido la noticia con “mucha satisfacción”: “Llega muy tarde, desde mayo de 2011 que comenzamos con esta historia, cuando nuestro hijo nos lo contó, pero esta rectificación del Papa es una satisfacción, porque no lo entendía. Que con una sentencia firme el Vaticano siguiera defendiendo a un pederasta como cristiano, porque yo me sigo considerando cristiano, me resultaba increíble”.
El Opus Dei, por su parte, ha emitido un breve comunicado con estas palabras: “Manifestamos una vez más nuestra repulsa por cualquier tipo de abuso (...). Deseamos que este nuevo proceso ayude a sanar heridas y a arrojar una mayor claridad sobre el caso”.
El profesor José María Martínez Sanz, miembro del Opus Dei, fue condenado en 2018 por la Audiencia de Bizkaia a 11 años de prisión por abusar sexualmente de este alumno en los cursos 2008-2009 y 2009-2010, cuando el menor tenía 12 y 13 años. Luego el Supremo rebajó la pena a dos años. Ya en 2018 el colegio se cerró en banda y el director, Imanol Goyarrola, se negó a aceptar la sentencia: “Se me dice que tengo que pedir perdón, pero no puedo”. “No comparto la sentencia”, dijo. “El relato del menor no es creíble”. Esta ha sido siempre la tesis del Opus Dei, sostenida en la decisión de la Congregación de la Doctrina de la Fe, el órgano disciplinario vaticano, presidido por el jesuita español Luis Ladaria, que en 2015 cerró el caso.
Para la familia fue un cierre en falso. “En realidad no se abrió ningún procedimiento, nunca hubo un proceso canónico como tal, solo mandaron a una cura, Silverio Nieto, que se reunió con mi hijo, pero sin abogado, diciendo solo que era un encuentro afectivo, y le tendió una trampa para sonsacarle información. Le hizo dibujar un plano del lugar de los hechos y luego se fue al colegio a cambiarlo todo. Luego lo archivaron al decir que el testimonio no era creíble”, asegura Cuatrecasas. Silverio Nieto es un extraño fontanero de la Iglesia, expolicía y antiguo magistrado, con conexiones con la política, que ha actuado de detective oficioso en algunos casos de pederastia del clero. Amigo del exministro de Interior Jorge Fernández Díaz, apareció incluso como intermediario entre los implicados de la trama del caso Kitchen. Su investigación es la que determinó el archivo del caso, avalada por el Vaticano, que incluso pedía reponer el buen nombre del profesor. Todo el proceso ha sido ahora desautorizado por el Papa.
Esta decisión del pontífice llega además en el marco de su reciente maniobra para recortar el poder del Opus Dei. Un motu proprio (documento papal) del pasado mes de agosto, titulado Ad charisma tuendum (Para tutelar el carisma), restó poder e independencia a la Obra dentro de la Iglesia y degradó a su prelado, que ya no tendrá el cargo de obispo ni podrá llevar anillo ni vestiduras episcopales.
El Opus Dei nunca ha pedido perdón por los abusos a la familia, ni siquiera tras la sentencia definitiva del Supremo. Cuatrecasas se lo exigió formalmente, con la sentencia en la mano y, dando la vuelta a las conclusiones del Vaticano, para reponer el buen nombre de su hijo. Pero el prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, le respondió por carta que “tanto el colegio Gaztelueta, como un representante de la Santa Sede (el prefecto Ladaria), sacaron unas conclusiones que no se corresponden con las de la justicia civil”. Por esa razón siguió sin pedir perdón y se limitó a decir: “Una vez que la justicia civil se ha pronunciado, solo queda aceptar la verdad judicial, sin más consideraciones”.
Si conoce algún caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escríbanos con su denuncia a abusos@elpais.es. Si es en América Latina, puede escribir a abusosamerica@elpais.es
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