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La emancipación juvenil crece ligeramente tras tocar fondo durante la crisis del coronavirus

Los datos de 2021 muestran “una gran brecha de género”, según el Consejo de la Juventud de España: se emancipan más ellas pero el doble de hombres que de mujeres lo hacen en solitario

Emancipacion juvenil
La presidenta del Consejo de la Juventud de España, Elena Ruiz Cebrián, presenta este jueves los últimos datos del Observatorio de Emancipación en la sede del organismo, en Madrid.FERNANDO ALVARADO (EFE)

Celebrar los avances, pero con cautela. Es la advertencia que ha trasmitido este jueves el Consejo de la Juventud de España (CJE) en la presentación de su último Observatorio de Emancipación. En ese informe se recogen una serie de mejoras en la situación de los jóvenes españoles en el segundo semestre de 2021. Para empezar, el porcentaje de personas de entre 16 y 29 años que viven fuera del hogar familiar escaló al 15,8%, frente al 14,9% registrado en el primer semestre del 2021. La tasa de paro juvenil también mejoró, con una caída semestral de 5,2 puntos hasta situarse en el 23,6%, la cifra más baja desde 2008. “Tenemos que tener en cuenta que cuando llegamos a un nivel histórico, cuando se toca fondo, hay que entender que de ahí se sube”, ha señalado la presidenta del CJE, Elena Ruiz Cebrián. Se refiere a que en el primer semestre del año pasado, la tasa de emancipación alcanzó un mínimo no visto desde los años noventa.

La tasa de emancipación del segundo semestre del año pasado es una cifra aún por debajo de las de 2019, antes de la pandemia del coronavirus, cuando el 18,7% de la juventud había conseguido emanciparse. “Se nota que estamos saliendo de la crisis más profunda de la covid, pero también somos conscientes de que no estamos recuperando los valores previos a la pandemia ni estamos viendo una mejoría real”, ha alertado Ruiz. La tasa de emancipación española sigue estando por debajo de la media europea, y el perfil del joven que logra salir de casa no es tan joven: ya tiene 29 años.

El observatorio, que se elabora semestralmente a partir del análisis de datos de varias estadísticas oficiales, concluye que la leve mejora de la emancipación juvenil registrada en el segundo semestre de 2021 se debe a la recuperación del empleo que fue destruido durante los peores meses de la pandemia. Sin embargo, el CJE alerta de que el empleo aumentó, sí, pero también la precariedad. Según el informe, esto se refleja, por ejemplo, en la temporalidad: más de la mitad (55,4%) de los jóvenes tenía un contrato temporal en ese segundo semestre de 2021. Otro indicador: la parcialidad, que alcanzaba el 25,4% de los contratos entre los jóvenes. De los jóvenes trabajando a tiempo parcial, la mitad lo hacía de manera involuntaria. Además, el documento pone de manifiesto que esta recuperación no ha ido acompañada de un aumento de los sueldos de los jóvenes trabajadores. El CJE considera que sin ese incremento no se darán las condiciones para conseguir reducir “la brecha” entre los altos precios de la oferta de vivienda y la poca renta disponible de quienes buscan dónde vivir.

Hablando de la vivienda, para vivir solo, un joven debía dedicar el 79,2% de sus ingresos al alquiler. Si quisiera comprar, debía dedicar 3,8 veces su salario neto anual para pagar la entrada de una hipoteca para la compra de una vivienda media del mercado inmobiliario español. Ante esta situación, la alternativa para la juventud en España es uno, alquilar, y segundo, compartir vivienda, apunta el estudio. Un joven de menos de 30 años que comparte piso debía dedicar el 25% de su salario al alquiler.

María Cascos es abogada, tiene 26 años y se emancipó el 1 de julio. No fue fácil hacerlo: “Encontrar un piso es misión imposible. Los precios de la vivienda actualmente rozan cantidades que no se pueden pagar con los sueldos que tenemos”, cuenta. Ella tiene “la suerte” de vivir con su pareja, con el que comparte los gastos. Viven en un piso en Legazpi (Madrid) porque es el único barrio donde encontraron un alquiler que podían asumir. “El precio más bajo que puedes encontrar para un piso [en Madrid], de una habitación, son 800 euros. Eso hace que sea muy complicado el acceso a la vivienda. Nosotros, gracias a Dios, entre los dos sí que podemos pagarlo, pero el precio es muy caro y no hay ninguna facilidad”, relata. “Si no tienes un colchón, una base con lo que pagarlo, es muy difícil emanciparse”, añade.

“Una gran brecha de género”

Los datos de 2021 también muestran “una gran brecha de género”, ha destacado Ruiz. “Ser mujer y ser joven hace que esa mochila que llevamos pese un poquito más. Pero si además eres mujer, eres joven y eres migrante o si tienes alguna discapacidad o eres una mujer racializada, esto va haciendo que ese lastre sea muchísimo mayor”, ha añadido la presidenta del CJE. Aunque la emancipación residencial es mayor entre las jóvenes (18,5%) que entre ellos (12,7%), la forma de hacerlo es diferente: casi el doble de los chicos pueden emanciparse en solitario (el 26,7% de ellos frente al 13,8% de ellas).

Esta realidad puede deberse, según el estudio, a una mayor precariedad laboral entre las mujeres. Aunque la tasa de paro es inferior entre las chicas (el 23,1% de ellas frente al 24% de ellos), la tasa de temporalidad de las mujeres es superior a la de los hombres (58,6% frente al 52,3%). La de parcialidad es casi el doble (33,7% ante 17,8%), y en la subocupación (estar trabajando menos horas de las que se desearía), las mujeres jóvenes superan por cinco puntos a los hombres, con una tasa del 17,6%. Ruiz ha destacado que, en el segundo semestre de 2021, estas dos últimas cifras ―la parcialidad y la subocupación― aumentaron entre las mujeres mientras que descendieron entre los hombres.

“Es necesario sensibilizar acerca de las desigualdades que padecemos las mujeres en el ámbito social, laboral, profesional, político o cultural, para poder llegar a revertir esta situación. Además, tenemos que seguir trabajando para que las mujeres jóvenes tengamos un acceso real al mercado laboral y hablar también de conciliación”, ha subrayado Ruiz.

Soluciones “a medio y largo plazo”

En el marco del Año Europeo de la Juventud de la Comisión Europea, que se celebra este 2022, el CJE ha insistido en sus reivindicaciones de priorizar a la juventud en la agenda pública y ha exigido que se pongan en marcha políticas “a medio y largo plazo”. “Creemos que un año no es suficiente. Hay que tener un horizonte más a largo plazo, o al menos a medio plazo”, ha apuntado Ruiz. “No podemos pretender que la juventud sea una enfermedad que se cura cuando pasas de los 30″, ha añadido.

El CJE ha enumerado una serie de soluciones “para paliar la situación” de los jóvenes españoles. Una de ellas es “seguir trabajando para que el salario mínimo interprofesional suba y alcance el 60% del salario medio” de España. Otra es facilitar el acceso al ingreso mínimo vital. “Las personas de entre 18 y 23 años directamente están excluidas de esta normativa, y las personas de 23 a 30 años tienen unos requisitos más duros, más exigentes, que las personas mayores de 30″, ha apuntado Ruiz.

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