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Críticas y dimisiones tras los discursos sexistas de una asociación universitaria de estudiantes de Ámsterdam

La presidenta ha renunciado después de que tres miembros de la junta llamasen “putas” y “cubos de semen” a las mujeres en una fiesta de la agrupación

Nimega
Una mujer escribe comentarios ofensivos que escuchan las mujeres en su día a día durante una protesta en Nimega (Países Bajos), a principios de julio.SOPA Images (Getty Images)
Isabel Ferrer

Los discursos sexistas efectuados durante una fiesta celebrada el 24 de julio por la mayor asociación universitaria de Países Bajos (ASC/AVSV, en sus siglas neerlandesas), ha originado una ola de críticas a escala nacional. Tres estudiantes varones, miembros de la directiva, hicieron comentarios misóginos como este: “Si pienso que ella irá el domingo 24 de julio con su vestido más bonito al muelle NDSM [un espacio cultural en Ámsterdam], entonces ella es una…” . La respuesta de la sala, formada solo por chicos, fue la siguiente: “Puta”. En otra de las glosas se dijo además que las mujeres son “cubos de semen”, y uno de los oradores propuso incluso “romperles el cuello para penetrarlas”. A la vista de los hechos, ha dimitido la presidenta de la agrupación, así como el trío responsable de estos parlamentos. Por su parte, el rectorado de la Universidad no renovará por ahora el subsidio destinado a esta sociedad, y 270 alumnas han escrito una carta de repulsa.

Lo que ocurre en las asociaciones universitarias, en particular las novatadas a que son sometidos todos los años los nuevos miembros, no suele trascender. Hay una ley del silencio no escrita, pero esta vez se ha filtrado un vídeo del festejo. En él, puede verse a los varones, algunos muy jóvenes, coreando varias veces al grito de “putas” las arengas de sus compañeros de cursos más avanzados. La celebración tuvo lugar en salones separados, para alumnos y alumnas, aunque el resto del año suele haber actividades conjuntas. Algunos invitados abandonaron la sala ante el tono de los oradores. La periodista y feminista Milou Deelen, que no estaba allí, critica que quienes hacen esos comentarios “creen que son graciosos, cuando son terribles”, dice al teléfono la joven, de 26 años.

Deelen añade lo siguiente: “Estos sujetos se provocan unos a otros porque, al final, lo que pasa es que consideran estupendo poder tener sexo con la mayor cantidad posible de chicas. Decir esas cosas les da una peligrosa sensación de poder”. Hace seis años, ella misma formó parte de Vindicat, una asociación de estudiantes de la universidad holandesa de Groningen. En un momento de sus estudios, Deelen fue injuriada con una canción denigrante entonada por sus propios compañeros, y respondió denunciando la misoginia de su antigua agrupación. Grabó para ello un vídeo donde reivindicaba su libertad sexual, mostrando así el doble rasero que se le aplicaba. Era la misma libertad disfrutada por los chicos de su entorno sin que nadie les insultase.

La asociación no ha respondido a las llamadas de El PAÍS, cuya presidenta, Heleen Vos, dimitió el pasado jueves. Según ha dicho, “hay miembros que se oponen a que las cosas cambien, y queda mucho por hacer”. Poco antes de su marcha, había pedido que se detuviese “la campaña de intimidación y amenazas padecida ahora por las personas involucradas”. En las redes sociales circulan perfiles de los tres estudiantes miembros de la directiva con sus rostros pixelados y mensajes insultantes. Por su parte, en su carta, las 270 firmantes aseguran que están “hartas de este sexismo”. “Esto no es una broma. No tenemos palabras para describir lo que supone para nosotras ser presentadas de una forma tan irrespetuosa en nuestra propia cena y celebración”, añade la nota.

La campaña personal de Milou Deelen se hizo viral hace seis años, y lamenta que las cosas sigan igual. Dice que es muy difícil imaginar que estos estudiantes varones quieran decir algo así, “después del fenómeno #MeToo, cuando el feminismo está en la agenda política, y con un escándalo de acoso sexual reciente en Países Bajos, en el concurso musical La Voz [The Voice]”. Los tres alumnos de Ámsterdam que han presentado la dimisión estaban al final de su ciclo universitario, y a Deelen le parece “muy peligroso que puedan ejercer trabajos importantes y con poder en el futuro”. “Por lo que sé, ya no están activos en la junta, aunque siguen siendo miembros de la sociedad. Ellos escribieron sus discursos y creo que deberían echarlos. Si no, las cosas seguirán igual”, asevera.

El estudiante que filtró las imágenes prefiere guardar el anonimato, y el vídeo fue publicado en Dumpert, una plataforma digital propiedad de Mediahuis, una empresa privada de comunicación con activos en Bélgica, Países Bajos, Irlanda y Luxemburgo. Los medios holandeses han recogido luego extractos en sus ediciones. También se ha filtrado otro vídeo de un espectáculo contratado por la misma asociación, donde dos mujeres semidesnudas golpean con su trasero el rostro de unos hombres sobre un escenario. Fue presenciado por centenares de miembros de ASC/AVSV.

Fundada en 1851, ASC/AVSV cuenta con 2.700 miembros activos, y Femke Halsema, alcaldesa de la capital holandesa, ha alzado también la voz calificando las soflamas de “incitación a la violencia contra las mujeres”. En estos momentos, investiga la posibilidad de retirar temporalmente la licencia a la asociación. El año pasado, esta ya no recibió la contribución correspondiente, remitida por el rectorado, para llevar a cabo sus actividades. Entonces fue por culpa de la violencia de las novatadas soportadas por los nuevos aspirantes: hubo golpes, patadas y bofetadas, y se anunció “un cambio de tono” que no se ha producido.

La universidad de Ámsterdam, la Universidad Libre (VU) —también de la capital holandesa— y la politécnica (Hogeschool) han mostrado su repulsa por lo ocurrido. El Ministerio de Asuntos Exteriores, que figura entre los potenciales empleadores de estos estudiantes, ha pedido a la asociación que retire el logotipo de la institución “de inmediato de su página de web”. Y la cervecera Heineken, uno de los patrocinadores de la fiesta, se ha distanciado de los discursos sexistas.

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