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Críticas en Holanda contra el sexismo de las canciones entonadas por los universitarios

El rectorado de Utrecht ha retirado la subvención a la asociación de estudiantes de la Facultad de Geología por un cancionero que llama zorras y putas a las mujeres

Isabel Ferrer

El cancionero de la asociación de estudiantes de la Facultad de Geología de la universidad holandesa de Utrecht está en entredicho. Tanto, que han perdido la subvención recibida para sus actividades, después de que un grupo de padres se quejaran del “sexismo, odio a la mujer y fantasías sobre la violación” presentes en unas melodías acompañadas de palabras como “puta” y “zorra”.

Entonadas durante las fiestas y actividades organizadas para los nuevos alumnos, la conmoción causada ha dado los primeros frutos: ambos términos han desaparecido ya de unas rimas donde también se evoca, por ejemplo, a “una sucia cualquiera que me vomita encima”. El rectorado ha abierto a su vez una investigación oficial.

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“Rechazamos cualquier forma de sexismo, amenaza o intimidación entre nuestras asociaciones de estudiantes, y hemos tomado las medidas pertinentes”, reza la nota del rectorado de la universidad de Utrecht, firmada por su titular, Bert van der Zwaan. Al menos 5 de las 13 canciones entonadas por los miembros de la de Geología (con un millar de inscritos) utilizan metáforas groseras para referirse a los encuentros sexuales. Una de las rimas menciona incluso lo “raro que le resulta a una chica ser penetrada por un tipo muy bien dotado, cuando ella solo tiene 14 años”. Al ver que los padres de los inscritos en primer año, que son obligados a cantarlas, calificaban la situación de “escandalosa”, la dirección de la asociación de Utrecht ha explicado que “nadie se las toma realmente en serio”. “Solo son palabras impresas para reírse del sexo; tampoco deben ser tomadas al pie de la letra”, añaden.

El tropiezo musical de Utrecht se suma al registrado en 2106 en la universidad de Groningen (norte del país) donde una alumna de idiomas, Milou Deelen, entonces de 21 años, denunció la forma denigrante de describirla en el seno de Vindicat, la asociación estudiantil más conocida. “Lo puedes hacer con ella por un paquete de cigarrillos y una [botella de vodka] Smirnoff”, era el retrato que le dedicaban. A la menor queja por su parte, le decían que era una broma. Su respuesta fue subir un vídeo a Facebook con motivo del Día Internacional de la Mujer, para subrayar que “mi sexualidad es mía”.

Al menos 5 de las 13 canciones entonadas por los miembros de la facultad de Geología usan metáforas groseras para referirse al sexo

Sujetando unas cartelas, enumeraba los adjetivos dirigidos a las estudiantes por parte de Vindicat, entre ellos diversos sinónimos de “mujerzuela”. Milou recordaba a continuación que “este tipo de etiquetas no son aceptables”. Que mientras “ellos son fuertes, yo soy una fulana”. Que “yo decido cómo vestirme ¿y eso me convierte en una zorra?”, para concluir que “mi sexualidad nada tiene que ver con mi valía”. Al final se convirtió en la comidilla de Vindicat, que le dedicó una canción donde la tildaba de “fácil” desde el punto de vista sexual. El vídeo ha sido visto cerca de un millón de veces, y a las muestras de apoyo se suman algunas críticas, en particular la de que nadie le obligó a sumarse a la asociación de estudiantes en cuestión.

El sexismo de las canciones aparece también en algunos carteles de otras asociaciones estudiantiles para anunciar ciertas actividades, como el remo en los canales, con desnudos femeninos. O bien en las listas de chicas acompañadas de puntuación en función “de los buenas que están”, que circulan en algunos campus. Pero las asociaciones holandesas de estudiantes tienen aún otro problema: las novatadas peligrosas y el incivismo de algunos de sus miembros, que se ha hecho público por fin y ha sido también criticado públicamente por los rectorados de las universidades de Delft, Leiden y la propia Groningen, entre otros. De ahí que empiece a verse como un problema, y no un mérito, haber formado parte de una de estas asociaciones a la hora de presentar un currículo. Studenten, la red que los representa, admite que “muchos se preguntan si dicho pasado puede entorpecer su vida laboral” en el futuro.

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